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miércoles, 20 de noviembre de 2024

Lucha contra el hambre y la pobreza, Fracaso

     El G-20. el club de las principales economías del mundo que se celebró en Brasil su cumbre anual, ha salvado la unidad de la reunión, pero no ha logrado alcanzar un consenso a la altura de los desafíos globales. La cita, marcada por las  guerras de Ucrania, Gaza y Líbano y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca,  ha mostrado el alcance de las discrepancias internas tanto ante el horizonte bélico como sobre en lucha contra el hambre y la pobreza,  la gran apuesta del presidente anfitrión Luiz Inácio Lula da Silva.

     La declaración final de los líderes participantes hace un llamamiento a un alto el fuegoo en la franja de Gaza y a agilizar urgentemente la entrada de ayuda humanitaria, sin mencionar a Israel  ni a Egipto, que controlan los pasos fronterizos. El pronunciamiento sobre Ucrania es incluso más genérico, evita una referencia a la integridad territorial y se limita a alentar cualquier esfuerzo por lograr "una paz justa y duradera".

     Lula y la diplomacia brasileña se anotaron el tanto de haber logrado una declaración final en el primero de los dos días de la cumbre, cuando a menudo las negociaciones se extienden hasta el final o incluso más allá de la clausura. 

     El documento final de 22 páginas, también menciona la necesidad de un mundo sin armas nucleares. El G-20 recoge en su documento final una defensa de la coperación mundial al señalar que "los desafíos que enfrenta hoy la comunidad global solo pueden abordarse a través de soluciones multilaterales y el fortalecimiento de la gobernanza global, tanto para las generaciones presentes como las futuras".  Con esta premisa, los miembros de la cumbre se comprometieron "a trabajar por sistema multilateral fortalecido".

     "Esto  significa para Brasil y otros países emergentes, abordar de una vez por todas la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, de las instituciones financieras como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial para que reflejen los equilibrios de poder actuales y no los de hace más de siete décadas", señalan los autores  del artículo que acabo de resumir, publicado en El País el día 20 de septiembre de 2024.

     Desde mi punto de vista, como indico en el título de esta "píldora para pensar", todo esto significa un "fracaso en la lucha contra el hambre y la pobreza". Ojala esté confundida. Soy firme defensora de la Agenda 2030.

lunes, 18 de noviembre de 2024

Guerra contra el hambre

     El hambre  en Brasil se ceba en las grandes ciudades, mientras en el campo su impacto se ha ido mitigando con programas sociales como Bolsa Familia o compras gubernamentales a agricultores para luego repartir frutas y hortalizas a comedores escolares o familias necesitadas.

     Una de las prioridades del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, como anfitrión de la cumbre del G-20, el club de las mayores economías, mañana y pasado (17 y 18 de noviembre de 2024) en  Río de Janeiro, es  forjar una alianza mundial contra el hambre y la pobreza. Ante un panorama marcado por la victoria y el aislacionismo de Donald Trump, las guerras en Oriente Próximo y Ucrania y la urgencia climática, el niño expulsado de su Pernambuco natal por la  sequía que fue obrero antes de conquistar la presidencia de Brasil, reclama un cambio profundo que vuelva a situar la lucha contra el hambre entre las prioridades de los poderes públicos. "El mundo no puede seguir gastando 2,4 billones de dólares en guerras y conflictos cuando deberíamos usar ese dinero para alimentar y alfabetizar  a millones de personas en el mundo. Necesitamos aprender a cuidar de  los más pobres y crear una cultura de consumo para que sus vidas mejoren".

     Los hambrientos suman 722 millones de personas en todo el mundo, incluidos ocho millones de brasileños,  según la ONU, una catástrofe cotidiana que poco ha mejorado tras lo que supuso la pandemia. Desde entonces, la FAO constata que aumenta en África, en Asia sigue estable y solo América Latina ofrece progresos notables, impulsados sobre todo por Brasil. Combatir el hambre -la inseguridad alimentaria que dicen los expertos- es una de las grandes banderas de Lula, un ámbito en el que Brasil atesora logros que compartir con el mundo, pero también desafíos importantes.

     Lula suele proclamar: "El problema no es la falta de alimentos. El problema es que la gente no tiene dinero para acceder a los alimentos. Por eso. solo acabaremos verdaderamente con el hambre cuando garanticemos que todos los trabajadores tengan un salario con el que puedan sacar adelante a su familia. Este es el país que tenemos que construir".

     Al  colocar este asunto en la agenda de las 20 economías más potentes del mundo, el presidente brasileño quiere que la cuestión vuelva al centro del debate internacional cuando quedan seis años para que  se cumpla el plazo que el mundo se dio en la ONU para erradicar el hambre y la seguridad alimentaria, 2030. (Fuente: El País. 17 de noviembre de 2024)

     El segundo objetivo  de la Agenda 2030 es "poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible". Pero eso no es posible si no "se pone fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo" (objetivo 1) .

     Muchos de los objetivos de desarrollo sostenible no se pueden alcanzar si no es de forma conjunta. En este caso, "garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos" (objetivo 4) : "garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos" (objetivo 6); "garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos (objetivo 7);  y "promover el crecimiento inclusivo y sostenido, el pleno empleo productivo y el trabajo decente para todos" (objetivo 8).


domingo, 17 de noviembre de 2024

Cambio climático. Valencia

      Estamos sujetos a fenómenos naturales que en un momento arrasan con vidas, posesiones, sueños y posibilidades. La ciencia es una ayuda siempre. La meteorología ha avanzado muchísimo en unas décadas y, aunque no siempre acierte a largo plazo, suele  mostrar toda su capacidad en plazos cercanos. La Aemet ha sido capaz de predecir con precisión donde iba a haber una dana y avisó con tiempo. La gente lo supo, pero solo los mandos políticos podían tomar decisiones. Al parecer, minimizaron el rol de los científicos. ¿Qué hace que, a pesar de los esfuerzos de divulgación, la gente no crea en la ciencia? Y que los políticos con capacidad de organización y toma de decisiones lo obvien, y luego se excusen diciendo que "no era seguro" que ocurriera. Se espera que los episodios extremos aumenten. Esta dana ha sido un récord, pero no va a ser el  último. ¿Podemos aprender de ello? ¿Podemos divulgar mejor la ciencia? Nuestra vida depende de ello. (Fuente: M.Nieves Cansañ-Pastor Barcelona, 13 de noviembre de 2024)

      Seguir la tragedia de la dana en Valencia es un reto tan emocionalmente agotador como desalentador. No solo por la dimensión de la catastrófico, sino por los bulos que circulan sin freno. Su propagación perjudica tanto a quienes buscan información confiable como a medios y autoridades que dedican tiempo y recursos a desmentirlos en lugar de concentrarse en la coordinación y ayuda directa a las víctimas. Sin  esa maquinaria propagandística, los expertos de la Aemet, el general jefe de la UME y otros organismos y autoridades no  tendrían que  dedicarse a desmentir informaciones. La responsabilidad de verificar y compartir información veraz se convierte en momentos como este en una tarea de todos. (Fuente: Alejandro Alemañ Miralles  Elche (Alicante), 13 de noviembre de 2024)

     Son dos cartas a la directora de El País, que les pido añadan a mi última "píldora para pensar" dedicada a hablar de la COP29.  

 

 

Cambio climático. COP 29

     La cumbre de Bakú, la COP29, a arrancado con una demanda central sobre la mesa: cómo ayudar a los país más pobres y que menos contaminan a sobrevivir a eventos similares a los que ha sufrido España estos días con la dana. Emiten menos gases contaminantes, pero sufren más las consecuencias del calentamiento y sus problemas de salud son prueba de ello. (Fuente: El País,17 de noviembre de 2024)

     Esperemos que esa demanda sea atendida en la COP29. ¿Qué podemos hacer nosotros, culpables principales del cambio climático?  

     Todos vivimos en la que se suele llamar "nave espacial Tierra" en que existen unos pocos pasajeros de primera que viajan cómoda y lujosamente, y un gran número que casi no tiene sentarse y al que no llegan siquiera los servicios de alimento y sanidad, con el agravante de que los ocupan los lugares más cómodos están destrozando parte esenciales de la nave, al que, sin duda conducirá a el viaje termine para todos los seres humanos.  Para que eso último no suceda debemos hacer lo posible para que se resuelva el problema que se plantea en la COP29,

sábado, 16 de noviembre de 2024

Cambio climático. Metano

     El avance de la inteligencia artificial y los progresos en la vigilancia desde los satélites van a poner cada vez más a los países y a las empresas de combustibles fósiles en el punto de mira si no luchan contra las fugas de metano, un gas con una potente capacidad de efecto invernadero y que en los últimos ha entrado con fuerza en la agenda de la lucha internacional contra el cambio climático. un proyecto internacional vinculado a la agencia del medio ambiente de Naciones Unidas (Pnuma) está monitoreando estas fugas a través de imágenes  por satélite. Cada vez que las localizan, informan a los Gobiernos y a las empresas para que tomen medidas, en el caso de que sea posible determinar el propietario de la instalación de la que parte la filtración. Pero en la inmensa mayaría de los casos los avisos se están ignorando.

     Entre el 1 de enero y el 30de septiembre de este año, el Sistema de Alerta y Respuesta al metano de la ONU (conocido por sis siglas en inglés MARS) emitió 1.225 notificaciones de fugas que se detectaron desde los satélites por en rastro que dejan. Sin embargo, "solo el 1% de las notificaciones recibió una respuesta sustantivas en la que proporcionaron más  detalles sobre la causa de las emisiones o si se habían adaptado medidas", explica el Pnuma en un informe publicado el 15 de noviembre, coincidiendo con la cumbre del clima.

     Las fugas pueden ser accidentales - por ejemplo, una filtración desde un gaseoducto  por una rotura- o deliberada -librarse del metano sobrante en un pozo de petróleo simplemente enviándolo a  atmósfera para ahorrase e, coste de su tratamiento correcto-. Aunque principalmente proceden de infraestructuras de gas y petróleo, también hay grandes fugas en minas de carbón.

     Históricamente, la lucha contra el cambio climático se ha centrad0 en reducir las emisiones de dióxido de carbono. Pero en los últimos años los científicos y demás expertos han puesto el foco también en el metano, un gas cuya vida en la atmósfera es mucho más corta -alrededor de una década- pero que tiene un poder de calentamiento mucho mayor que el de dióxido de  carbono. El IPCC (las siglas en inglés del panel internacional que se encarga de sentar las bases científicas sobre el cambio climático) calcula que metano es responsable de aproximadamente el 25% del aumento de  la temperatura global registrado en el planeta desde la era preindustrial. Y reducir sus emisiones abre una ventana de esperanza para intentar que el calentamiento no se desboque todavía más. (Fuente: El País, 18 de noviembre de 2024)




viernes, 15 de noviembre de 2024

Crimen de guerra Israel

      Israel ha cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad por desplazamiento "forzado, masivo y deliberado" de casi toda la población de  Gaza de forma repetida y "sin razón militar imperiosa desde que comenzó la presente guerra en octubre de 2023, según un informe de Human Rights Watch (HRW) que fue publicado el  14 de noviembre de 2024. El texto añade que los planes para expulsar de manera permanente a los palestinos de la Franja, expresados por algunos miembros del Gobierno israelí suponen una "limpieza étnica".

     Esta organización humanitaria reclama que el Estado judío sea sancionado y que se deje de venderse armas -cita expresamente a Estados Unidos y Alemanía-  que suponen "un cheque en blanco para nuevas atrocidades". Además, solicita que el Tribunal Penal Internacional (TPI) de la Haya investigue esas órdenes del ejercito israelí de desplazamiento de cientos de miles de personas -un desplazamiento que afecta a 1,9 de los 2,3 millones de gazatíes - y de la negativa al retorno impuesto. 

    Además, añade HRW, Israel incumple también las leyes por las que se rige la guerra y el Derecho Internacional Humanitario (DIH) al destruir infraestructuras y edificios en "gran parte del territorio". En algunos casos lo han hecho para crear corredores para el ejército o  espacios vacíos que van a impedir el regreso de la población a esos lugares. Los ataques se suceden también sobre las vías de escape que señala el ejército, que ha destruido también de "manera intencionada"  la infraestructura que necesita la población para sobrevivir, Entre ellos, hospitales, escuelas, infraestructuras de agua y energía, panaderías o tierras agrícolas.

     Esto es solo parte de informe de Human Rightr Watch (HRW). Debo decir que no estoy de acuerdo con ese informe. En ninguna guerra, los ejércitos se preocupa de no destruir las infraestructuras que la población necesita para sobrevivir. Decimos "no a las guerras", no son propias del verdadero ser humano, empático, social y solidario 

Prácticas agroecológicas. África

 Al casarse con 17 años por presiones familiares, Mariama Sonko se fue a vivir a Niaguis, el pueblo de su marido, un pequeño núcleo agrícola en la región de Casamance, al sur de Senegal. Allí empezó a trabajar la legumbre y se involucró en una asociación de campesinas. Constató con rabia que la tradición impedía a las mujeres poseer tierras y que solo podían aspirar a alquilarlas en condiciones abusivas. Ya podían decir las leyes lo que quisieran: el peso de la costumbre convertía su supuesto afán igualitario en papel mojado.

Hace unos 20 años, un episodio de injusticia sangrante soliviantó especialmente a la joven Sonko. Ella y un grupo de agricultoras habían alquilado unas hectáreas a un marabout, un líder religioso islámico. Tras años de duro trabajo —de desbrozar, arrancar malas hierbas, arar y sembrar de sol a sol— el marabout les comunicó que quería rescindir el alquiler. No por casualidad, el hombre tomó su decisión justo cuando la tierra empezaba a producir buenas cosechas. “Me indigné. Le dije que no podía echarnos precisamente al comprobar que nuestro esfuerzo estaba dando al fin sus frutos”, narra Sonko a este periódico en un parque de Turín, donde viajó a finales de septiembre para participar en Terra Madre, la feria organizada por el movimiento de alimentación sostenible Slow Food.

 Sonko pagó cara su rebeldía frente al líder religioso. “Se formó un escándalo. Los notables del pueblo me acusaron de enfrentar a hombres y mujeres. Yo respondí que lo que se había hecho con nosotras estaba mal desde una óptica moral. Pero no sirvió de nada”. Pasó a ser una proscrita en Niaguis. Se le prohibió seguir participando en el movimiento asociativo y se le despojó de un cargo que ostentaba en el ayuntamiento. “Intentaron callarme, pero no lo lograron”, afirma orgullosa, con su pose firme, de movimientos escuetos, y su voz rotunda.

Sonko, que tiene actualmente 52 años, cuenta que, siempre que han intentado humillarla, en lugar de amilanarse, ella se ha venido arriba. Ocurrió cuando, de pequeña, visitaba a la familia de su madre en Dakar. Algunos niños la acosaban por ser jola, la etnia mayoritaria en Casamance, otros la llamaban “perra hambrienta”. “En la capital, hay quien nos considera unos salvajes. Siempre he sido físicamente fuerte. Me enfrentaba a ellos y, si era necesario, les pegaba para que entendieran que sería la última vez que me decían eso”, explica.

 Cuando se produjo el incidente con el marabout, Sonko ya había alcanzado notoriedad en la región, entre otras cosas, por ser gestora en la federación de organizaciones de mujeres en Ziguinchor, una de las tres provincias en que se divide Casamance. “Seguí mi combate desde allí, sensibilizando y formando a compañeras”. En radios y foros. En conversaciones privadas y corrillos de campesinas. Siempre que tenía ocasión, Sonko esparcía su mensaje: la tierra, para quien la trabaja.

Años después, comenzó a observar con preocupación cómo la Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA, por sus siglas en inglés), creada en 2006, estaba presionando para imponer un modelo agroindustrial en el continente. Sonko rechazaba la idea de un campo africano sembrado con semillas modificadas genéticamente y plagado de fertilizantes y pesticidas químicos. Poco a poco, fue cristalizando su causa personal, en la que convergen la lucha por los derechos de las mujeres y la defensa de un sistema de alimentación respetuoso con el medio ambiente. Sonko considera natural esta simbiosis ecofeminista: “En África, la agroecología no es más que una forma de soberanía alimentaria de la que se han encargado tradicionalmente las mujeres”.

 En 2011, creó junto a 12 organizaciones de cinco países (Senegal, Burkina Faso, Guinea-Conakri, Mali y Ghana) el movimiento que hoy preside: Nous sommes la Solution  (Somos la solución, NSS, según sus siglas en francés). Sostiene que solo las mujeres podrán encabezar el remedio al problema de la agricultura hipertecnificada e intensiva, que describe como una absoluta catástrofe. “Amenaza con destruir todo lo que nuestros ancestros nos han legado, en especial los suelos fértiles y las semillas autóctonas”, recalca.

 NSS agrupa actualmente a más de 800 organizaciones que representan a unas 175.000 campesinas de ocho países (a los cinco iniciales se sumaron posteriormente Costa de Marfil, Gambia y Guinea-Bisáu). A pesar de la lógica diversidad en un movimiento tan extenso, un objetivo sirve de eje: que las agricultoras sean propietarias de la tierra que cultivan y que produzcan a partir de los principios de la agroecología. Sin química ni deforestación. Sirviéndose de los saberes ancestrales y añadiendo a estos conocimientos científicos e innovaciones adaptadas al contexto.

 Mientras se avanza en esta dirección, NSS pretende que brote entre los hombres una nueva mentalidad que “reconozca el papel de las mujeres como pioneras en el desarrollo delterritorio", continúa Sonko. A pesar de los avances, explica que en los campos de África occidental sigue imperando el “desprecio” hacia la figura femenina. Pervive una sólida inercia apuntalada, salvo excepciones, por un empeño en no cuestionar al status quo: “La mayoría de hombres piensa, sin más, que así se tienen que hacer las cosas porque así se han hecho siempre”.

Respeto al entorno y libertad

NSS rechaza el frente de batalla jurídico y blande armas de persuasión reforzadas con pura lógica. “Insistimos en los beneficios de que las mujeres puedan comprar o heredar tierras. Por ejemplo, porque así el patrimonio de la familia aumenta. Utilizamos este tipo de argumentos para que los hombres se abran”. Según ella, la estrategia está funcionando: “Gracias a nuestro trabajo, muchas mujeres de África occidental cultivan hoy sus propios terrenos”.

Insistimos en los beneficios de que las mujeres puedan comprar o heredar tierras. Por ejemplo, porque así el patrimonio de la familia aumenta. Utilizamos este tipo de argumentos para que los hombres se abran

En el debate estrictamente agrícola, NSS aduce la fuerza de los hechos. “El sector agroindustrial nos acusa de ser ignorantes, de estar trayendo pobreza... Lo mismo de siempre. Nosotras no entramos al trapo, no nos interesa una conversación en términos teóricos o abstractos. Simplemente, invitamos a visitar nuestras granjas para que la gente juzgue por sí misma”. Según Sonko, en las plantaciones que promueve el movimiento todo se armoniza bajo un “sistema sostenible, con biofertilizantes y bioprotectores, que produce buenos rendimientos”. El fin máximo pasa por alcanzar la soberanía alimentaria, aunque nadie corta las alas a aquellas mujeres que quieran volar más alto. No hay freno a la hora de expandir la producción para vender en mercados locales o internacionales. Solo existe una regla: “Servirse de técnicas que no contradigan la preservación del medioambiente”. A partir de ahí, “se puede crecer lo que una quiera”.

     Sonko sigue viviendo en Niaguis, donde cultiva “un poco de todo” en su finca de tres hectáreas, forma sobre prácticas agroecológicas y alienta debates abiertos en torno al “papel de la mujer en las explotaciones familiares y la política local”. Ha llovido mucho desde que los notables del pueblo hicieran todo lo posible por silenciar a aquella joven de voz poderosa que hablaba demasiado.   (Fuente: El Paìs. Planeta Futuro. 9 de noviembre de 2024)

      Me parece importante conocer lo que sucede en África. Lo que no sé es si es adecuado ver hasta qué punto se debe pensar en Agenda 2030. Si fuera así debería pensar en Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: "Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible". También habría que pensar en el ODS 5: "Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas".