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lunes, 29 de julio de 2019

3D Impact


Como complemento a lo  indicado en la última “entrada”, me ha parecido conveniente mencionar las partes más importantes del proyecto 3D impact, ganador en la III edición del Programa Imparables de Aquarius.
Lo que aquí voy a indicar está extraído de la página web  de esa empresa social. Empieza indicando que su objetivo es la inserción laboral de personas en riesgo de exclusión social y la protección del medioambiente, mediante una red de puntos limpios para los residuos de la impresión 3D.  Esta red está formada por “cajas verdes”, que la empresa (una cooperativa) suministra para depositar estos residuos. 3D impact se encarga de recoger esas cajas, (si no hay ninguna cerca, se indica que se puede solicitar ayuda a la empresa.  En la empresa, primero, se separa lo que se puede reutilizar (por ejemplo, carretes de filamentos) y se lleva  de vuelta al mercado; después, se  recicla el resto, evitando utilizar complejos procesos químicos.
Los autores de la idea. Señalan que desde el primer momento pensaron que su proyecto de “Red de Puntos Limpios” debía alinearse con varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda 2030). En el caso de 3D Impact los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) concretos con los que se relaciona el proyecto son:
-     ODS 10. Reducción de las desigualdades.
“Perseguimos que personas con dificultades para acceder al mercado laboral y en riesgo de exclusión social, puedan acceder al mercado laboral”.
-        ODS 12. Producción y consumo responsable.
“Fomentamos la gestión responsable de los residuos de la impresión 3D, optimizando la forma en que se eliminan estos desechos plásticos”.
-        ODS 13. Acción por el clima.
“Nuestro proyecto propone crear conciencia y aplicar una medida muy sencilla y eficaz para ayudar a limitar la degradación del planeta”.
En el blog se indica, entre otras cosas, las siguientes:
-        “3D Impact participa en el Investor Day de EOI Andalucía, en Sevilla”. 17 de enero de 2019. El Objetivo de la participación fue desarrollar el proyecto de creación de una Red de  Puntos Limpios Para la recogida, reutilización y reciclaje de residuos procedentes de la impresión 3D.
-        “3D Impact participa en el Open Day de ‘El Cubo’, AOF en Sevilla”. 24 de enero de 2019. El espacio de crowdworking  abrió sus puertas a todas las startups locales que quieran conocer mejor y recibir asesoramiento personalizado para su proyecto. La sociedad cooperativa andaluza, 3D Impact acudió para analizar cuáles eran las opciones ‘reales’ de financiación de su proyecto.
-        “3D Impact acude a la Jornada se Cooperación entre Emprendedores, en PCT Cartuja, Sevilla”. 18 de diciembre de 2018.Esa Jornada fue organizada por la tecnoincubadora Marie Curie.
-        “3D Impact ofrece una charla sobre impresión 3D en el colegio San francisco de Paula en Sevilla”. 18 de octubre de 2018. Se trataba de divulgar información sobre innovación, impresión 3D, conservación del medio ambiente y desarrollo sostenible.

sábado, 27 de julio de 2019

Empresas sociales


En un Publirreportaje (El País, 14 de julio de 2019) se anunciaba un “Premio para una idea sostenible e inclusiva”. “Un plan de reciclaje de residuos de impresoras 3D impulsado por José Manuel de Ben (69 años) gana la III edición del Programa Imparables de Aquarius, en una final muy reñida por la calidad de los cinco proyectos finalistas”.
El proyecto 3D Impact tiene de especial el que su autor es un emprendedor senior, cuyo objetivo no es hacer dinero, sino hacer sostenible la impresión en tres dimensiones mediante un servicio de recuperación y valorización de los residuos que genera esta actividad; además, es un proyecto colaborativo que se sustenta en una comunidad de usuarios, es sostenible porque vuelve a dar valor a los residuos de la impresión 3D, y es inclusivo porque ofrece trabajo a personas en riesgo de exclusión social.  Independientemente de la edad de su autor, 3D Impact no es una empresa pública ni es una empresa privada: es una empresa social
“Animo a todas las personas, tengan la edad que tengan, a que busquen las ganas por hacer cosas nuevas” repitió el periodista Juan Luis Cano, que participó en la gala de entrega del premio.
Según el indicado publirreportaje, a esta III edición de Imparables de Aquarius se han presentado más de 70 ideas. El jurado eligió cinco finalistas, entre los que estaba el autor del proyecto 3D Impact. Los otros cuatro finalistas fueron:
-        Georgind Regas (86 años) y su Cooperativa de Madres de Zinguichor, con la que enseña a familias senegalesas a elaborar confituras;
-        Xaime Fandiño (66 años) con Vulnerables, una iniciativa que fomenta el envejecimiento activo;
-        Paco Estrella (63 años) y su proyecto Nuss, cuyo objetivo es ayudar a pequeños artesanos y diseñadores locales a mantener vivo su oficio de una manera innovadora y contemporánea a través de productos de iluminación sostenibles; y
-        Rosa  María Sadornil (62 años), que busca la inserción sociolaboral de jóvenes con el programa Creando puentes. Coaching educacional.
Igual que el ganador, el resto de finalistas han contado, durante todo este último mes, con el apoyo de jóvenes emprendedores de éxito en España:
-        Jaime Garrastazu, cofundador de Pompeli. Marca española de zapatillas que está revolucionando la moda;
-        Daniel Jiménez, impulsor y fundador de Waynabox, Vive un viaje sorpresa emocionante;
-        Pablo Ruibal, creador de Boatjump. Alquiler de barcos; y
-        Gala Freixa, fundadora de Sheedo. Fabricantes de papel con semillas plantables y regalos de empresa ecológicos.
Para la puesta en marcha de esta iniciativa, Programa Imparables de Aquarius, ha sido imprescindible la colaboración de Ashoka, la asociación de referencia a nivel mundial de emprendimiento social.  Ashoka es una fundación sin ánimo de lucro, independiente y aconfesional y no depende de ningún órgano público o privado. Fue fundada en Estados Unidos y España en 2005. Su fundador, Bill Drayton, recibió el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Ashoka “organiza encuentros que atraen a empresarios sociales de todos los rincones del mundo para colaborar en temas que van desde el tráfico de personas a la resolución de conflictos. Ashoka anima a los empresarios sociales a que den a conocer sus proyectos en su sitio web Changemakers para que quien lo desee pueda colaborar en el desarrollo de sus iniciativas. Actualmente, Ashoka apoya el trabajo de más de 3.000 empresarios sociales en más de 70 países”. (Jeremy Rifkin, La sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo (Paidós, 2014:329). La motivación principal de la empresa social es “hacer el bien” el lugar de “ir bien”. El empresariado social es un importante componente del nuevo paradigma económico que, según Rifkin, puede  eclipsar al capitalismo.

jueves, 25 de julio de 2019

Afrotopía


Afrotopia es un libro  del senegalés Felwine Sarr, citado en la “entrada” del día 19 de este mes, editado por Casa Africa en colaboración con La Cararata,  que contribuye a un mejor conocimiento de la actualidad de los países africanos.  Para Sarr se trata de pensar en África en movimiento pasando por encima de los conceptos y términos que se han utilizado para describir y baremar el continente (crecimiento económico, Producto Interior Bruto, …) y  que han fracasado al aplicarlos a las sociedades africanas y que, en realidad,  han negado “la creatividad propia de estas sociedades y su capacidad para producir otros futuros posibles”.  En otras palabras,  las sociedades occidentales sean constituido en referente que descalifica “cualquier trayectoria y forma de organización social” distinta a la suya. De ahí la importancia y necesidad, según Felwine Sarr, de elaborar un proyecto, en muchos países africanos, que emane de su propio ser y visión del mundo, alejando modelos sociales que no son adecuados para ellos y que carecen de sentido para quienes los habitan. Deshacerse, en definitiva, del modelo que impera a nivel global, en el que prima “la cantidad sobre la calidad”, “el tener sobre el ser”.
Pero, sobre todo, Sarr alude al déficit de pensamiento, a la necesidad de articular un pensamiento sobre el presente y el devenir de África.
Lo anterior enlaza  con lo que los intelectuales africanos han mostrado en múltiples ocasiones: la necesidad de descolonizar el pensamiento y crear una comunidad intelectual  que pensara y reflexionara primero sobre África desde dentro y, después sobre el mundo contemporáneo. Una de las causas del empobrecimiento económico y social de África es la previa depauperación de las mentes africanas a las que se ha condenado exclusivamente a tratar de sobrevivir.
Africanos expertos de distintas ramas del saber señalan la exigencia de que  África no sea un pálido reflejo de Europa. “Si  queremos que la humanidad de un paso más allá, que queremos elevarla a un nivel diferente de aquel a donde la ha llevado Europa, hay que inventar, entonces hay que descubrir”. Sarr habla de la relación con lo económico de un orden mecanicista, racionalista  que somete al mundo y a sus recursos a una explotación en beneficio de una minoría, desequilibrado así las condiciones de vida.
Consciente de que “pensar África es caminar bajo un amanecer incierto”, el autor de Afrotopía, expresa el deseo de que su discurso no se quede en palabras, para lo cual, a lo largo del libro, pone ejemplos y aspectos muy concretos en los que comenzar a incidir para llegar a una auténtica “revolución cultural”.
 África no tiene que alcanzar a nadie, no tiene que imitar a nadie. Necesita lograr su descolonización a través de un encuentro fecundo consigo misma.
En treinta y cinco años, la población africana representará un cuarto de la humanidad. Un peso demográfico y una vitalidad que inclinarán los equilibrios sociales, políticos, económicos y culturales del planeta. Afrotopía no es un dulce sueño. Es una utopía activa que pretende sacar a la luz los vastos espacios posibles de las realidades  africanas y fecundarlos; es conducir a la humanidad a un nivel superior. (“África o el ser más que el tener”, blog.elpaís, “África no es un país” 14 de diciembre de 2018)
Esta idea estuvo presente los días  en que celebró el Congo Internacional Film Festival (CIFF), el festival de cine más veterano de la República Democrática del Congo –van por la decimocuarta edición- que este año se celebró en “la ciudad volcánica de Goma, en el este del país, esa región donde late uno de los peores conflictos del planea”.
“Ya hace 25 años que la guerra plantó aquí sus raíces y desde entonces, además de cinco millones de muertos, la violencia ha condenado a la población al desplazamiento constante, al miedo y a la vida donde el mañana  es casi imposible de predecir. Las decenas de grupos armados cambian de nombre y de intensidad marcando por días o temporadas, los grados de violencia, mientras de las minas siguen saliendo oro, diamantes y coltán”.
Por eso el CIFF no va de estrellas y de estrenos. La idea es aprovechar la situación para construir la paz, la dignidad, el pensamiento crítico. “Y para eso hacemos falta todos”, afirma Kenye, fotógrafo de 21 años.
Según la moderadora de las sesiones de debate del CIFF , este festival y la entidad que lo organiza constituyen un espacio de esperanza para Goma y para todo el país. Es cierto que las meras condiciones de seguridad hacen que convocar a un pase de películas cuando ya ha caído la noche, sea un reto. Pero hay que atreverse a ver cine, a hacerlo y a preguntarnos que queremos para nuestro futuro, Es una cuestión de responsabilidad. Para ella,  solo hay dos opciones: “O nos  comprometemos con la reconstrucción y el desarrollo de nuestro país y lo convertimos en una tierra pacífica o nos dejamos retroceder”. (“Un festival de cine como desafío al conflicto en Congo”, El País, 23 de julio de 2019)

sábado, 20 de julio de 2019

Turismo sin dinero


Leila Slimani, escritora, ganadora del Premio Gancourt 2016 con Canción dulce, en n trabajo periodístico, “Construir puentes” (El País, 14 de julio de 2019) cuenta: “Cuando era niña pasaba mis vacaciones en el norte de Marruecos, en un pequeño puerto en la orilla del Mediterráneo. […] Cuando almorzaba con mi padre no sabía que existía entre los seres humanos una desigualdad terrible y profunda ante el viaje a otra parte.  No calculaba que loa que veían, como nosotros, las costas españolas sabían que tal vez jamás iban a tener la posibilidad de visitar ese continente tan próximo”.  Comenta esta escritora que “algunas personas, dotadas  del pasaporte apropiado, tenían el mundo a su alcance. Otras estaban atrapadas en sus países y no tienen esperanzas de hacer turismo ni  descubrir el mundo”.
Tres párrafos más tarde cuenta que hacía varios meses, en la conversación que mantuvo con el conductor del taxi que tomo, éste le indicó que hacía 35 años, cuando tenía 20, era fácil viajar: estuvo en España y llegó, habiendo turismo, hasta Suecia. “Cuando se lo cuento a mi hijo, que tiene 18 años, no se lo cree”. Me dice: “Los marroquíes como nosotros no pueden hacer esas cosas”. ¿A cuántos de mis amigos artistas y escritores les han negado el visado para ir a Europa a participar en festivales, porque representaban un riesgo migratorio?  
¿Se puede decir que es cosa del azar? Si uno nace en París puede trasladarse a cualquier lugar, pero si nace en Bangladés no puede viajar. Leila se pregunta: “¿A quién pertenece la tierra y  quién tiene derecho a recorrerla? ¿Cómo vivir juntos en este bien común? En su Proyecto de paz perpetua, Kant definió el derecho de hospitalidad como el derecho que tiene todo hombre a proponerse como miembro de la sociedad, en virtud de la común posesión de la superficie de la tierra: los hombres no pueden diseminarse hasta el infinito por el globo, por lo que deben tolerar mutuamente su presencia, ya que nadie tiene originariamente más derecho que otro a estar determinado lugar del planeta”.
¿Desde cuándo la “superficie de la tierra” no es un “bien común de la Humanidad”? Contestación. Desde que se instauró el vigente sistema económico, desde que, a través de la globalización, la cultura del libre mercado se ha convertido en la única cultura. Para el actual sistema económico, tanto los derechos humanos como los bienes comunes de la Humanidad son mercancías, es decir, solo podrán disponer de ellos quienes tengan suficiente dinero. Está prohibido que las personas que no tienen suficiente dinero puedan moverse de un país a otro, incluso cuando lo hagan en busca de sustento.
El conocido humorista gráfico, EL ROTO, escribió una viñeta de El País de 9 de julio de 2016: “¡Si traen dinero, son inversores, acogedlos! ¿Si no lo traen, son invasores, expulsadlos!
Es imposible que el mundo funcione, la paz perdure y la naturaleza se salve mientras no dejemos de comportarnos como Homo economicus y seamos, lo que en realidad somos, Homo sapiens y, como tales, reconozcamos esa solidaridad que une a los seres humanos  entre sí. Necesitamos un paradigma económico nuevo. Muchos autores dicen que ya ha empezado, gracias al poder creativo que adorna a la especie humana. El problema es que hay Homo economicus que harán lo posible para que eso suceda.
Copio, a continuación,  el último párrafo del texto de Leila Slimani. “Ante unos Estados y unas instituciones que han fracasado, hay que reconocer que hoy son personas individuales, capitanas de barco o simples ciudadanos, los que encarnan esa hospitalidad. Los que encarnan lo que Vassili Grosman, el gran escritor ruso, llamaba “la pequeña bondad sin ideología”. Las gentes sencillas llevan en su corazón el amor a todo lo que está vivo, protegen la vida. Este verano, cuando vuelva a acercarme a las costas del Mare Nostrum, pensaré en todas esas personas anónimas que alimentan y consuelan, que salvan del ahogamiento y la humillación, que hacen honor a nuestro continente”.