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jueves, 26 de septiembre de 2019

Responsabilidad Social de la empresa


No se pueden alcanzar el recorte de emisiones exigido para hacer frente al cambio climático –Acuerdo de París- , si no se cuenta con el apoyo de las empresas, sobre todo, de las grandes empresas multinacionales.
Se entiende por Responsabilidad Social de la Empresa (RSE) al conjunto de comportamientos éticos de una empresa relacionados con sus impactos sociales, medioambientales, laborales y de derechos humanos. Una empresa socialmente responsable debe contar con gestores que, sin descuidar la búsqueda de beneficios económicos, tengan en cuenta el futuro a medio o largo plazo, es decir, se preocupen por el planeta que van a dejar en herencia a sus hijos y nietos.  
La prensa (El País, 24 de septiembre de 2019) cita a Lise Kingo, consejera delegada de. Pacto Mundial de la ONU (Global Compact) que, en un evento paralelo a la cumbre del clima, “pidió ayer a los emprendedores que se conviertan en activistas”. El periodista, autor del texto, dice: “El 90% de las grandes compañías que integra esta iniciativa entiende que el desarrollo sostenible es clave para su futuro. Pero solo el 20% cree que hace un buen trabajo”.
¿Qué es el Global Compact? Como tantas otras cosas, la RSE no surgió de forma espontánea. Sus antecedentes se pueden situar en el Pacto Mundial, presentado a las empresas en 1999 por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan. Este pacto pretendía que las empresas se sintieran obligadas, entre otras cosas, a favorecer el medio ambiente.
El sociólogo, Jean Ziegler, ex Relator Especial de las Naciones Unidas para la Alimentación, en su libro El imperio de la vergüenza (Santillana Ediciones Generales, 2006:264) explica que los dirigentes de las empresas firmaron ese pacto, pero nada más; y lo hicieron porque las empresas que firmasen tendrían derecho a hacer constar su adhesión a él en todos sus folletos y documentos publicitarios,  en definitiva, apropiarse del logotipo de las Naciones Unidas. Ziegler comenta que, en vista de que después del pacto, todo seguía igual, Kofi Annan, una vez más bajo la presión de las ONG, presentó una propuesta de creación de un mecanismo de control que, en ese momento, fue rechazado; las empresas piden que la RSE sea algo voluntario.
Según las autoras del libro La dimensión ética  de la responsabilidad social, Begoña Arrieta Heras y Cristina de la Cruz Ayuso (Publicaciones de la Universidad de Deusto, 2005:70), “Los directivos de empresa tienen el deber de aumentar su cuenta de resultados, pero no deberían olvidar que es también un deber contribuir al progreso y a la mejora de las condiciones sociales. No en vano su empresa y ellos mismos forman parte de la sociedad y se sirven de ella”.
Sin embargo, en estos momentos ¿cuántas empresas han cometidos crímenes medioambientales? ¿cuántas iniciaron el deterioro de la Amazonia? ¿cuántas  son responsables de las muertes de activistas que denuncian sus malas prácticas? ¿cuántas no han encontrado obstáculos a la hora de infectar todo tipo de suelos y aguas?
No obstante, la situación es tan grave que es de esperar el renacer del Pacto Mundial de la ONU (Global Compact) para que las grandes empresas multinacionales cooperen en la transformación hacia una economía sin carbono.
Según el periódico, hay grandes corporaciones que empiezan a tomar posiciones para limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima del nivel preindustrial. Es el pilar clave del Acuerdo de París. Asimismo apuestan por ser libres de emisiones para 2050. Es un primer movimiento que anima”, afirma Guterres, “pero es necesario que muchas más compañías se sumen”.  Es Responsabilidad Social de la Empresa, lo mismo que son responsables los ciudadanos, los gobiernos y las instituciones élites del sistema económico.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Clima


Se habla de la ralentización de la economía global, de crisis económica y de guerra comercial, pero nada de desarrollo sostenible. Cosas del neoliberalismo y la globalización. El objetivo principal, aunque no único, de esta “entrada”, es poner de manifiesto que el actual sistema económico-social nos lleva al precipicio, es incompatible con la búsqueda de un desarrollo sostenible.  Debo confesar que no voy a decir nada de lo que ustedes pueden haber leído en los periódicos. Pero, dado que el objetivo del vigente sistema es que consumos -para contribuir al crecimiento económico-, pero no pensemos –una pérdida de tiempo-, creo oportuno una repetición, no todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sino solo el que se refiere a la necesidad de hacer frente al cambio climático. La ONU alerta de que el cambio climático está relacionado con la falta de disponibilidad de alimentos y el aumento (en frecuencia e intensidad) de las sequías, las inundaciones y los huracanes se hacen más graves.
Hace unos días, Luis Alfonso de Alba, enviado especial de la ONU para la cumbre a celebrar en Nueva York, explicaba que pretendía que dicha cumbre no fuera una cumbre de discursos, sino de una cumbre enfocada a identificar acciones concretas, dirigida de manera directa a los jefes de Estado o de Gobierno, a quienes se les pide que revisen sus compromisos de recorte de emisiones para que se logre que el incremento de la temperatura se quede en unos límites no tan catastróficos.
La secretaría general de la ONU ha pedido que en 2050 se alcance la neutralidad de carbono –que la cantidad de CO2, expulsada a la atmósfera sea igual a la capturada, por ejemplo, a través de los bosques-. No se trata de una petición arbitraria: está avalada por los informes del IPCC –las siglas en inglés del Panel Intergubernamental del Cambio Climático. Esta institución fue creada en 1988  por la ONU y la Organización Mundial de Meteorología (OMM), con el objetivo de  contar con una fuente rigurosa e imparcial de conocimientos sobre el  cambio climático y mantener actualizada la información sobre sus repercusiones medioambientales y socioeconómicas.
En octubre del año pasado, el IPCC difundió un informe que ha resultado determinante sobre los beneficios de intentar que el incremento de la temperatura global no sobrepase los 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales. De Alba reconoce que, en algunos casos, como EE. UU., el compromiso se ha reducido, pero destaca a otros actores al margen de la Casa Blanca, como “los poderes locales y las empresas”.  El cambio climático no es un tema medioambiental, supondrá una transformación de la manera en la que producimos y consumimos.
El 27 de septiembre está prevista una gran convocatoria de protesta global, lo que se ha denominado “huelga mundial por el clima”. En España, se prevé que las manifestaciones  en las principales ciudades serán multitudinarias.  A ella se han sumado no solo ecologistas, sino también colectivos de toda clase, como el centenar de escritores españoles que se han adherido ya a un manifiesto de apoyo a la huelga climática.
El secretario general de la ONU, António Guterres, cree que “no existe aún voluntad política en la lucha contra el cambio climático”. “¿Quién paga los subsidios a los combustibles fósiles? Nosotros que somos los contribuyentes, y yo no quiero que el dinero de mis impuestos sirva para aumentar la acción devastadora de los volcanes o para acabar con los glaciares”.
Como nos enseñó Heráclito, hace 2.500 años todo cambia y nada permanece. En estos momentos, el mundo está cambiando a toda velocidad, empujado por fuerzas distintas. Por una parte, están las fuerzas del mercado y, por otra, el empuje de la sociedad civil, tercer sector social. La primera nos conduce al cataclismo, debido a que sus dirigentes desconocen las características del planeta Tierra en que vivimos: un sistema cerrado en el que no todo son mercancías.  Cerrado significa que solo intercambia con el exterior energía. El cambio climático es consecuencia de no obrar de acuerdo con las reglas de la Naturaleza.  

lunes, 16 de septiembre de 2019

Periodismo y propaganda


El 4 de agosto de 2019 se publicó en el periódico El País un texto titulado “Puestos a salvar, salvemos el periodismo” en el que Jorge Marirrodriga indicaba que “se va apagándola llama de un oficio que durante más de un siglo creció en las democracias y las ayudó a crecer”. Y añadía: “ Lo que da le da sentido a este oficio: servir a la comunidad”.
Todo está muy bien. El problema es la propaganda que se realiza para satisfacer los intereses comerciales  de las empresas que, en muchos casos,  hacen posible la actividad periodística. Mediante la propaganda se intenta incrementar el consumo de un producto; esto se lleva a cabo a través de campañas publicitarias que se difunde en los medios de comunicación. 
¿Todas las campañas publicitarias  “sirven a la comunidad”, condición que, según Marirrodriga, dan sentido al oficio del periodismo?  Sin duda,  no siempre  “sirven a la sociedad”.  En su lugar propician la transformación de la práctica informativa en propaganda directa, en industria de la mentira.
José Vidal-Beneyto, filósofo, sociólogo y politólogo español, que fue socio fundador del periódico El País, en “Cuéntame un cuento/3”, una columna publicada el 16 de noviembre de 2008, reflexionaba, precisamente,  sobre “la transformación de la práctica informativa en propaganda”.
En esa columna, cita a Edward Bernays, sobrino de Freud, emigrado a EE. UU, que “aportó perfeccionamientos importantes a las técnicas publicitarias”, militante entusiasta de la propaganda.  Y señala tres ejemplos de campañas inspiradas u organizadas por él.
“La promovida por General Motors, Firestone y Standard Oil para acabar con los tranvías en las ciudades americanas y sustituir su transporte por autobuses y coches particulares. Con un éxito total. La que tuvo como objetivo que las mujeres pudieran fumar en público, instada y pagada por American Tabacco, que en menos de 18 meses  duplicó el uso del cigarrillo en EE. UU.; y la que puso en marcha la Oregonions Foods & Shelter Association oponiéndose a la limitación de los productos químicos en agricultura, que supuso desde el primer año para las sociedades Chevron Chemical Dupont y Western un aumento de más de 80% de sus beneficios. ¿Cuántos cánceres hay que apuntarle en el debe al señor Bernays por tan brillantes éxitos?”.
Porque, señala Vidal-Beneyto, “el marketing y sus técnicas no autorizan  el asesinato ni pueden justificar las matanzas”.
Y volviendo al tema de la propaganda en los medios de comunicación, ¿cómo es posible que periodistas, como  Marirrodriga, llamen a  “tratar de salvar al periodismo”, cuando los periodistas, después de informar sobre el número de personas que fallecen por la polución en las ciudades debidas a los coches,  dedican varias páginas a hacer propaganda de esos mismos coches . Es solo un ejemplo. Hay muchos más. ¿Dónde está la ética? Solo ella puede salvar al periodismo

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Política migratora


Los seres humanos han migrado desde los orígenes mismos de la humanidad, partiendo de un lugar de África hasta poblar todos los rincones del planeta.  Las grandes migraciones humanas siempre han estado relacionadas con acontecimientos  como el hambre, las guerras, persecuciones políticas, etnias y religiones, cambios y catástrofes climáticas, etc. Y es un fenómeno que ha estado presente en todas las épocas de la historia y en todas las partes del planeta. Más recientemente, ha aparecido la migración por causas turísticas.
Como dijo el senegalés Felwine Sarr, escritor, músico y docente en la Universidad Gaston Berger de Saint- Louis (Senegal),  la búsqueda de un nuevo hábitat es un derecho. Ello a pesar de lo que digan los defensores del neoliberalismo y la globalización, contrarios a la llegada de seres humanos en busca de una vida mejor.
El hecho es que la llegada a Europa de gran número de refugiados e inmigrantes está creando graves problemas.  Para resolver esos problemas la UE ha contratado a  terceros países se hagan cargo de la gestión de las migrantes que buscan de llegar a Europa de manera irregular.
La forma cómo Europa está gestionando el fenómeno de la inmigración ha conducido a que abogados internacionales hayan pedido a La Haya que investigue a ja Unión Europea por crímenes contra la humanidad.
A lo largo de 242 páginas dirigidas a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional con sede en La Haya denuncian que la UE y los representantes de los Estados miembros “no cometieron personalmente los delitos. Los abogados calculan que entre enero de 2014 y julio de 2017, al menos 14.500 migrantes se ahogaron en el Mediterráneo. Entre 2016 y 2018 más de 40.000 personas fueron interceptadas y transferidas  a la fuerza a centros de detención y de tortura de Libia. La responsabilidad moral y política por lo que ocurre en los campos de reclusión libios parece evidente. Hay datos que confirman que allí tienen lugar inaceptables abusos.
Un informe preparado en 2006 por el Comité de Política Económica de la Unión Europea y por la Comisión Europea dice que, que como los ciudadanos de la Unión Europea tienen menos hijos y viven más tiempo, la población en edad laboral disminuiría el 16% entre 2004 y 2050. Lo que significa que la Unión Europea tendría solo dos personas en edad laboral por cada  persona mayor en lugar de las cuatro de ahora.  El estudio indica que el mayor gasto previsto pone en duda el sostenimiento de las pensiones.  La inmigración ayudaría a resolver este problema.
Pero no es eso lo más importante. Lo que es más importante, es que en un sistema que considera la ética como una interferencia, la inmigración está poniendo de manifiesto  que el ser humano es empático y solidario. El proyecto Hello Spain, que describí hace unos días, es sólo un ejemplo.
Guillermo Altares en “Europa necesita un plan” (El País, 17 de julio de 2019) ha escrito: “La llegada masiva de refugiados desde Siria en 2015 inflamó el discurso ultraderechista y sirvió de pretexto a los dirigentes más ultramontanos de la UE para profundizar en su asalto contra el Estado de derecho. Pero también provocó una impresionante oleada de solidaridad   en Alemania. Se presentó tanta gente en los ayuntamientos, en los centro sociales, se organizaron tantos puestos improvisados para dar comida y agua a los que huían de la guerra, que las autoridades se vieron desbordadas para gestionar un movimiento que describe mucho mejor que es Europa que todas las soflamas de Matteo Salvini y Viktor Orbán, Una de ellas fue lade Ursula von der Leyen, a la que el Parlamento Europeo confirmó ayer como próxima presidenta de la Comisión.
La propia Von der Leyen lo contó en el discurso ante la Cámara, en el que trazó un programa europeísta que disipó muchas de las dudas que su candidatura había planteado. Explicó que tuvo suerte de acoger en su familia a un refugiado sirio de 19 años, aterrorizadoy traumatizado por la guerra, que no hablaba alemán. Cuatro años después, ayuda en su comunidad de día y estudia de noche, habla alemán, árabe e inglés y, dijo la política conservadora, es una inspiración para todos”.
El periodista Jesús A. Canas, dedica, en un artículo publicado en El País (8 de septiembre de 2019) a hablar acerca de “medio centenar de familias gaditanas que se han organizado para acoger a los extutelados migrantes que se quedan en la calle al cumplir los 18”. Todas las familias pertenecen  la asociación Vejer sin Fronteras. Algo similar, dice Canas, ocurre en El Puerto, donde 10 familias ya se han integrado bajo el paraguas de Red de Acogida de El Puerto.
Para terminar considero oportuno comentar uno de los textos publicados en el blog de El País, “Migrados”. Se refiere a la despoblación que sufre el mundo rural de la provincia de Salamanca; fue escrita y publicada por Álvaro Fuente (Salamanca) el 27 de agosto de 2019, lleva por título “Una oportunidad multicultural para el campo de Salamanca” y describe cómo con su trabajo agrícola, un ghanés,  un maliense y un marroquí son algunos de los migrantes que contribuyen a mitigar la despoblación y a frenar la desertización en Castilla y León. He elegido esta colaboración porque el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suarez-Quiñones expuso en las Cortes de Castilla y León los principales ejes de actuación de su departamento para estos cuatro años y señaló la importancia de la lucha contra la despoblación.

martes, 3 de septiembre de 2019

Pagar por prestar dinero


¿Cuál es la misión de los bancos? Para quien consiga ahorrar algo de dinero, lo deposite en el banco  y éste se lo preste a los clientes que necesiten un crédito. Lógico. Así funcionaba el sistema. Pero parece que eso ha cambiado. Si no estoy confundida, ahora el ahorrador que deposita su dinero en el banco en lugar de recibir intereses, debe  remunerar al banco, es decir, paga por prestar dinero, es la era de los tipos de interees netativos.  Según explica Joaquín Estefanía (El País, 30 de junio de 2019),  que en la era de los tipos de interés negativos nos encontramos con bancos centrales que aplican una remuneración negativa  a los depósitos que en ellos deja la banca privada:  con Gobiernos y empresas que emiten deuda dinero a quien la adquiere o con entidades financieras que cobran a sus clientes en lugar de remunerarles por sus depósitos.  No es de extrañar que el presidente de la Asociación Española de Banca, José María Roldán, haya dicho: “Los tipos de interés negativos son un contradiós. ¿Qué es un tipo de interés? Es una remuneración al ahorro. ¿Y que es ahorro? Es la renuncia a consumir hoy para consumir mañana. Y con los tipos negativos penalizamos el ahorro en un momento de envejecimiento de la población, lo que es muy paradójico”.
Entiendo que de lo que se trata es de alentar el consumo, activar la economía. Decisión que pone de manifiesto una gran ignorancia acerca de las características del planeta Tierra, “nave espacial” en la que vivimos.
El planeta Tierra es un sistema cerrado, puede intercambiar con el exterior energía (por ejemplo, energía solar) pero ningún tipo de material (por ejemplo, residuos). 
Hace años que distintos grupos de expertos han señalado la urgente necesidad de cambiar de manera de pensar. Uno de ellos es el Club de Roma. El
En 1072, se publicó en la revista The Ecologist  un “Manifiesto para la supervivencia, un  verdadero programa para frenar la carreta hacia el caos ecológico, al que se adhirieron cerca de cuarenta destacados científicos británicos de, prácticamente, todas las ramas del saber (biólogos, zoólogos, geógrafos, genetistas, economistas y bacteriólogos), varios de ellos galardonados con el Premio Nobel. En España, este trabajo apareció traducido en forma de libro en el que se indican una serie de medidas a adoptar para impedir el suicidio de la Humanidad. La comunidad científica internacional lleva años señalando los riesgos que para la Humanidad tiene nuestro actual modo de vida.
Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible. El desarrollo sostenible es uno capaz de satisfacer las “necesidades   de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para sus propias necesidades”.
El 25 de septiembre de 2015, los 193 miembros de Naciones unidas aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Diseña un plan para el futuro y establece la necesidad de un cambio de rumbo hacia un mundo sostenible.
Alguien dirá que urge que los dirigentes políticos tomen conciencia de los graves problemas con que se enfrenta, en estos momentos, la Humanidad, pero pasa el tiempo y, prácticamente, no hacen nada. Están preocupados por otras cosas, como construir vallas y muros en las fronteras entre países y atender a las exigencias de las grandes empresas multinacionales o transnacionales.
Son los ciudadanos lo que han empezado a llevar a cambio  ese necesario cambio económico y cultural alternativo, a pesar de los obstáculos que ponen las actuales élites.
No soy economista y puede que no haya sido capaz de adivinar todas las consecuencias de unos tipos de interés negativos, pero no acepto que se hable de activar la economía, una economía cuyo principal objetivo es el crecimiento económico y que lleva a una creciente desigualdad entre unos y otros ciudadanos, todos seres humanos.