En la columna periodística titulada La gangrena, Vidal-Beneyto indica que quienes realmente toman las decisiones en la OMC están "dominados por los lobbies de las multinacionales". Las multinacionales y su influencia en la OMC es parte de los temas abordados por Susan George, politóloga francesa, y Martin Wolf, uno de los editorialistas principales de The Financial Times de ideología liberal, a lo largo de una conversación recogida en el libro La globalización liberal. A favor y en contra (2003, Círculo de Lectores, Barcelona). En esa conversación (en el libro, capítulo 3, "El poder de las multinacionales"), Susan George recuerda a Martin Wolf que el antiguo director de la sección "Servicios" de la OMC había confesado, en una ocasión, que
"sin las enormes presiones ejercidas por el sector financiero norteamericano, en especial sociedades como American Express y Citicorp, no habría nacido el AGCS (Acuerdo General sobre Comercio de Servicios) y tampoco, quizás, la Ronda de Uruguay y la OMC";
y le hace notar que, según la web de la Unión Europea, "el AGCS no es un simple acuerdo entre gobiernos, sino ante todo un instrumento que debe beneficiar a las empresas".
Tras éstas y otras explicaciones análogas, por parte de S. George, sobre los lobbies, citados por Vidal-Beneyto en La gangrena, Martin Wolf señala que las decisiones que se tomaron en la Ronda de Uruguay fueron decisiones políticas; en esa Ronda se consideró que una economía más liberal (en el plano interior y exterior) "sería en conjunto más próspera". M. Wolf recalca que fue una decisión política y no una especie de golpe de Estado de las empresas multinacionales: "no creo en absoluto" que haya sido "la consecuencia de algún putsch (golpe militar) dirigido por las multinacionales". Según M. Wolf, la Ronda de Uruguay "solo vio la luz porque un gran número de dirigentes políticos pensaba que un nuevo impulso hacia una liberalización mayor favorecería a la economía mundial. Que mejoraría el nivel de vida general". Aunque precisa que "es cierto que en ocasiones las empresas quieren cosas que se oponen a los intereses de la sociedad",
Se puede admitir que en la Ronda de Uruguay los políticos creyeran que una economía más liberal podría mejorar el nivel de vida, pero es inadmisible que, después de ver la forma cómo, durante estos últimos algo más de cincuenta años, se han comportado las grandes empresas (de bienes, de servicios y financieras) y después de observar que el sistema está conduciendo a la muerte lenta de la democracia y al establecimiento de poderosos sistemas feudales, nuestros dirigentes, en general, no reaccionen y practiquen algún tipo de regulación. Decía el famoso economista John Maynard Keynes que "de vez en cuando, el Estado tiene que intervenir para salvar al capitalismo de sí mismo".
9 comentarios:
Los políticos y grandes empresarios están compinchados, son uno y lo mismo. Su objetivo es consolidar y aumentar los benefecios particulares en detrimento de la población mundial y el equilibrio mismo del planeta.
Muchas gracias por tu comentario. Eso que tu dices es lo que hay que desarmar; el punto débil son los políticos porque necesitan nuestros votos, es a ellos a los que debemos presionar.
Los empresarios también nos necesitan porque somos nosotros los consumidores de sus productos. Si el cosumidor (un 10% al menos) da la espalda a este modo de vida se van al carajo, no podrían asimilar las pérdidas. Están en un continuo equilibrio: cuanto más ganan más quieren, pero fatalmente no pueden renunciar a su ritmo de ganancias. El propio sistema terminará devorándolos algún día, porque llegará el momento en que la gente no podrá seguir consumiendo al ritmo que ellos imponen. Espero ese día como agua de mayo, cuando el sistema explote realmente.
A mi juicio, no es que "llegará el momento en que la gente no podrá seguir consumiendo al ritmo que ellos imponen", sino que "la gente debe pensar que no puede seguir consumiendo como hasta ahora".
Creo que no me has entendido. He querido decir que para asegurar su ritmo de ganancias, siempre al alza, los empresarios necesitan que nosotros consumamos cada vez más (de ahí que cada poco invadan los mercados con nuevos productos y que los que ya fabrican se rompan cada vez más pronto); pero llegará un momento en que la población no podrá seguir el ritmo, asumir ese más que nos exigen. Será entonces cuando todo este castillo de naipes se venga abajo.
Estoy de acuerdo contigo. Te había entendido mal. Gracias por la precisión.
obviamente que las empresas multinacionales quieren beneficiarse pero así mismo está justificado por servicios. por ejemplo, la gente sigue comprando en el nike de unicenter o consumiendo productos uniliver.
Sin duda, las empresas se montan para ganar dinero, pero eso no justifica que algunas, las multinacionales, quieran cosas, como dice el liberal Martin Wolf, "se oponen a los intereses de la sociedad", y adquieran más poder que gobiernos legítimamente elegidos, como sucede en estos momentos.
Gracias por tu comentario, aunque no esté de acuerdo con lo indicas: puede ser que no te he entendido bien.
Un saludo
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