Considero oportuno comentar un artículo y una noticia que se refieren a la "banca".
El artículo lleva por título Reconectar banca y sociedad, su autor es el economista Santiago Carbó y fue publicado en El País del 19 de mayo de 2016. Empieza este catedrático diciendo: "Las relaciones con los bancos forman parte de la realidad diaria de muchos hogares españoles, pero han cambiado sustancialmente a lo largo de los años. En parte porque las oficinas y la forma de acceder a los servicios han variado también." A este respecto, señala el uso de las tecnologías de la información y la comunicación y cómo "el cliente debe conocer a su interlocutor". "La ruptura entre ciudadanos y bancos debe ser revertida con una relación más humana". Se asume que la tecnología aportará grandes ahorros de costes, pero no se sabe aún qué tipo de soluciones serán las que triunfen,"
Santiago Carbó acepta que "el alejamiento de la sociedad respecto a la banca tiene un componente de castigo tras la crisis", y señala que "las relaciones de confianza son una parte esencial de una sociedad civil capaz de impulsar su capital humano para progresar"
El título de la noticia al que me he referido al principio reza así, "El FMI pide más fusiones en la banca europea ante la falta de rentabilidad" y apareció en el periódico El País del 28 de mayo. Copio, a continuación, las frases que he considerado más representativas: 1) "Viñals [director del Departamento de Asuntos Monetarios y Mercados del FMI] instó a seguir con procesos de simplificación y concentración, en especial, entre entidades de varios países"; 2) ""El directivo del FMI señaló que, si bien no cree que vaya a producirse otra crisis global, sí considera que el crecimiento mundial está en juego"; y 3) "Las reformas estructurales son fundamentales para mejorar el potencial de crecimiento económico y el empleo de calidad".
Viñals propone una "concentración, en especial, entre entidades de varios países", es decir "multinacional"; mientras que los ciudadanos recuerdan eso de "son demasiado grandes para caer", utilizado como justificación del "rescate" a costa de los ciudadanos. Por otra parte, considera fundamentales "las reformas estructurales", pero los ciudadanos que han sufrido las reformas estructurales en salud y educación, decretadas por el FMI para "rescatar a los bancos", no queremos unas reformas que olvidan los derechos humanos y crean una gran desigualdad económica. En cuanto al "crecimiento económico", que también preocupa al señor Viñals, los ciudadanos hemos aprendido que este únicamente aumenta, por una parte, la riqueza de los ricos y, por otra, la pobreza de los pobres; además de conducir a un tipo de vida "esclavo". Por último, este director del Departamento de Asuntos Monetarios y Mercados del FMI menciona el "empleo de calidad" y los ciudadanos se preguntan: ¿qué es eso? ¿dónde está?. Los ciudadanos hemos aprendido que tanto las reformas estructurales como el crecimiento económico son incompatibles con un empleo de calidad.
Estoy de acuerdo con la afirmación de Santiago Carbó acerca de que "las relaciones de confianza son una parte esencial de una sociedad civil capaz de impulsar su capital humano para progresar." Esta confianza ha llevado a la creación, por pare de los ciudadanos (sociedad civil) a la creación del micromecenazgo y Bolsa social. A estas alturas, es imposible establecer "relaciones de confianza" con la banca tradicional.
El contenido de este blog se ha cedido al dominio público: puede ser copiado, parcial o totalmente, sin previo permiso de la autora.
martes, 31 de mayo de 2016
domingo, 29 de mayo de 2016
Mundialización de problemas
Si se examinan en detalle las características de los más importantes problemas con que se encuentra la Humanidad en estos momentos, se observa que ninguno de esos problemas se puede resolver a escala nacional. Según el economista y escritor José Luis Sampedro, "estamos asistiendo a una, cada vez más intensa mundialización de los problemas, en el sentido de que no pueden afrontarse más que a escala mundial, ni siquiera a escala de acuerdos mundiales." Personalmente, no recuerdo ningún acuerdo mundial cuyas conclusiones no hayan sido incumplidas por algún país, haciendo uso de su soberanía.
Como ejemplo, en una conferencia pronunciada en la Banca Mas Sardá el 26 de febrero de 1975 y recogida en el libro Economía humanista. Algo más que cifras (2009. Barcelona. Random House Mondadori), José Luis Sampedro dijo: "Es claro que la contaminación del medio ambiente no puede afrontarse del todo por la unidad nacional, puesto que la del aire o del mar ocasionada por un pais afecta a otros y a todos, sin que puedan impedirlo. La explotación de los recursos marinos ha de ser obra colectivamente organizada."
Recientemente, en el periódico El País del 18 de este mes de mayo, se ha publicado una noticia sobre la pesca ilegal. "Para luchar contra la pesca ilegal, un estado puede someter a controles a su propia flota, patrullar las costas, utilizar tecnología satélite o inspeccionar los barcos que entran en sus puertos. Pero mientras los piratas del pescado encuentren en otros países lugares donde descargar su botín sin problemas, todas estas precauciones pueden resultar inútiles."
Por otra parte, en estos momentos, es imposible no tener en cuenta el importante papel que en estos temas juegan las grandes empresas transnacionales. Jeffrey D. Sachs, una autoridad en temas de desarrollo sostenible, en un artículo, Las soluciones sensatos requieren cooperación internacional, publicado en El País, 13 de este mes, escribió: "Existe, por supuesto, poderosos intereses creados en la industria de los combustibles que se resisten al cambio climático. Esto queda muy claro en Estados Unidos, por ejemplo. Allí el Partido Republicano niega el cambio climático solo porque ha sido fuertemente financiado por la industria petrolera estadounidense. Esto, ciertamente, es una especie de corrupción intelectual, sino política (probablemente se trate de ambas)."
No es este el único caso. ¿Cómo resolver los problemas derivados de las transacciones financieras y la existencia de paraísos fiscales? ¿Cómo hacer frente al grave problema de la desigualdad económica -hambre y pobreza extrema- entre países y dentro de un mismo país? ¿Cómo evitar la guerra -un problema entre naciones- que solo enriquece a las empresas que fabricas armas y, a veces, eleva el PIB del correspondiente país?
Estoy de acuerdo con José Luis Sampedro cuando afirma: "Ninguna única jurisdicción nacional puede enfrentarse adecuadamente con el fenómeno global de las corporaciones multinacionales."
Como ejemplo, en una conferencia pronunciada en la Banca Mas Sardá el 26 de febrero de 1975 y recogida en el libro Economía humanista. Algo más que cifras (2009. Barcelona. Random House Mondadori), José Luis Sampedro dijo: "Es claro que la contaminación del medio ambiente no puede afrontarse del todo por la unidad nacional, puesto que la del aire o del mar ocasionada por un pais afecta a otros y a todos, sin que puedan impedirlo. La explotación de los recursos marinos ha de ser obra colectivamente organizada."
Recientemente, en el periódico El País del 18 de este mes de mayo, se ha publicado una noticia sobre la pesca ilegal. "Para luchar contra la pesca ilegal, un estado puede someter a controles a su propia flota, patrullar las costas, utilizar tecnología satélite o inspeccionar los barcos que entran en sus puertos. Pero mientras los piratas del pescado encuentren en otros países lugares donde descargar su botín sin problemas, todas estas precauciones pueden resultar inútiles."
Por otra parte, en estos momentos, es imposible no tener en cuenta el importante papel que en estos temas juegan las grandes empresas transnacionales. Jeffrey D. Sachs, una autoridad en temas de desarrollo sostenible, en un artículo, Las soluciones sensatos requieren cooperación internacional, publicado en El País, 13 de este mes, escribió: "Existe, por supuesto, poderosos intereses creados en la industria de los combustibles que se resisten al cambio climático. Esto queda muy claro en Estados Unidos, por ejemplo. Allí el Partido Republicano niega el cambio climático solo porque ha sido fuertemente financiado por la industria petrolera estadounidense. Esto, ciertamente, es una especie de corrupción intelectual, sino política (probablemente se trate de ambas)."
No es este el único caso. ¿Cómo resolver los problemas derivados de las transacciones financieras y la existencia de paraísos fiscales? ¿Cómo hacer frente al grave problema de la desigualdad económica -hambre y pobreza extrema- entre países y dentro de un mismo país? ¿Cómo evitar la guerra -un problema entre naciones- que solo enriquece a las empresas que fabricas armas y, a veces, eleva el PIB del correspondiente país?
Estoy de acuerdo con José Luis Sampedro cuando afirma: "Ninguna única jurisdicción nacional puede enfrentarse adecuadamente con el fenómeno global de las corporaciones multinacionales."
sábado, 21 de mayo de 2016
Naciones y nacionalismos
En opinión del historiador, José Álvarez Junco, expuesta en su último libro Dioses útiles (2016, Barcelona, Galaxia Gutenberg), las naciones son dioses útiles para los políticos, y solo existen en la medida en que se lo crean los ciudadanos, por otra parte, fáciles de convencer porque la nación da una identidad, dice quien eres y da autoestima.
En este libro, Álvarez Junco reconstruye las visiones críticas que, desde hace décadas, están minando la salud de hierro del nacionalismo; hace historia comparada acerca de cómo fueron surgiendo las grandes naciones europeas; y relaciona la nación con ls religión (señala que durante muchos años el ser humano guerreo por la religión). Después se impuso la nación, que fue una especie de pensamiento único durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Y eso llevó a las barbaridades de las dos guerras mundiales, de los fascismos. Es en 1945 cuando surge la reflexión y la distancia: no está claro que las naciones existan. es una invención moderna.
Una nación es una comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios, que es soberana e independiente políticamente de otras comunidades, las personas que lo forman hablan el mismo idioma y comparten las mismas costumbres.
Con una gran dosis de ironía el filósofo Avishai Margalit dijo en 2002: "Una nación se ha definido como una sociedad que alimenta el embuste sobre los ancestros y comparte un odio común por los vecinos. Por lo tanto, la necesidad de mantener una nación se basa en memorias falsas y el odio a todo aquel que no lo comparte."
Mucho, o todo, lo acaecido con los refugiados está relacionado con la necesidad de una "cesión progresiva de soberanía nacional y, otras, con el sentimiento nacionalista de algunos ciudadanos, origen de expresiones como "valores europeos", islamización de occidente", "temores culturales e identitarias", resistencia a la llegada incontrolada de inmigración de otras culturas, necesidad de impedir que en pocos años acabemos no reconociendo nuestro país", etc. Expresiones que ponen de manifiesto cómo el nacionalismo se coloca por encima de los valores humanos: empatía, solidaridad, ...
Hay quien sostiene que la división nacional es una de las causas de sufrimiento en el mundo y que hay que superar ese egoismo colectivo llamado nacionalismo. Jorge Luis Borges señaló que el nacionalismo "es el canalla principal de todos los males. Divide a la gente, destruye el lado bueno de la naturaleza humana y conduce a la desigualdad en la distribución de las riquezas."
La realidad es que todos pertenecemos a la especie humana. según el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben de comportarse fraternalmente los unos con los otros."
En este libro, Álvarez Junco reconstruye las visiones críticas que, desde hace décadas, están minando la salud de hierro del nacionalismo; hace historia comparada acerca de cómo fueron surgiendo las grandes naciones europeas; y relaciona la nación con ls religión (señala que durante muchos años el ser humano guerreo por la religión). Después se impuso la nación, que fue una especie de pensamiento único durante el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Y eso llevó a las barbaridades de las dos guerras mundiales, de los fascismos. Es en 1945 cuando surge la reflexión y la distancia: no está claro que las naciones existan. es una invención moderna.
Una nación es una comunidad social con una organización política común y un territorio y órganos de gobierno propios, que es soberana e independiente políticamente de otras comunidades, las personas que lo forman hablan el mismo idioma y comparten las mismas costumbres.
Con una gran dosis de ironía el filósofo Avishai Margalit dijo en 2002: "Una nación se ha definido como una sociedad que alimenta el embuste sobre los ancestros y comparte un odio común por los vecinos. Por lo tanto, la necesidad de mantener una nación se basa en memorias falsas y el odio a todo aquel que no lo comparte."
Mucho, o todo, lo acaecido con los refugiados está relacionado con la necesidad de una "cesión progresiva de soberanía nacional y, otras, con el sentimiento nacionalista de algunos ciudadanos, origen de expresiones como "valores europeos", islamización de occidente", "temores culturales e identitarias", resistencia a la llegada incontrolada de inmigración de otras culturas, necesidad de impedir que en pocos años acabemos no reconociendo nuestro país", etc. Expresiones que ponen de manifiesto cómo el nacionalismo se coloca por encima de los valores humanos: empatía, solidaridad, ...
Hay quien sostiene que la división nacional es una de las causas de sufrimiento en el mundo y que hay que superar ese egoismo colectivo llamado nacionalismo. Jorge Luis Borges señaló que el nacionalismo "es el canalla principal de todos los males. Divide a la gente, destruye el lado bueno de la naturaleza humana y conduce a la desigualdad en la distribución de las riquezas."
La realidad es que todos pertenecemos a la especie humana. según el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben de comportarse fraternalmente los unos con los otros."
martes, 17 de mayo de 2016
Empresas transnacionales
¿Cuándo una empresa debe calificarse de transnacional? ¿Por qué no multinacional o, simplemente, nacional? Debo confesar que, en más de una ocasión, he calificado de muy grande, multinacional o internacional una empresa que, en realidad, era transnacional.
José Luis Sampedro, por todos conocido como economista y, sobre todo, escritor que fue miembro de la Real Academia Española, indica que "junto a esta [gran] magnitud hay otro hecho enormemente importante, que es la supranacionalidad o transnacionalidad de [estas] empresas".
En palabras de Sampedro, pronunciadas en una conferencia impartida en el Círculo de Economía de Barcelona el 28 de febrero de 1975 y recogida en el libro Economía humanista. Algo más que cifras (2009, Barcelona, Random House Mondadori), estas empresas "no son simplemente empresas de un país que actúan en otros (...), son empresas que se mueven en otro espacio diferente, en un espacio donde las fronteras nacionales están prácticamente borradas. Quiero decir con esto que mientras que los poderes de los estados siguen afincados en el espacio geográfico, en cambio los poderes de las empresas transnacionales, en mucha mayor medida que los estados, aparecen transponiendo, superando por decirlo así, las fronteras nacionales, en otras palabras quiero decir que una transnacional, aunque sea por ejemplo norteamericana, está prácticamente mucho más a salvo de las decisiones del propio gobierno norteamericano, si quiere actuar contra ella, que las antiguas empresas internacionales." (2009: 291)
Según un estudio de Naciones Unidas: "Ninguna jurisdicción nacional puede enfrentarse adecuadamente con el fenómeno global de las corporaciones multinacionales, ni existe tampoco ninguna autoridad internacional hoy, ni ninguna organización adecuadamente equipada, para hacer frente a las suspensiones que emanan de las relaciones entre las multinacionales y los estados-nación; o de los estados nacionales".
Más tarde, en el mismo estudio, señala: "No hay duda de que las multinacionales podrían precipitar una crisis monetaria solo con que moviesen o desplazasen una pequeña proporción de sus activos, de una moneda a otra." (2009: 291). (No es que "podrían" es que ya hay precipitado más de "una crisis monetaria", con nefastas condiciones).
¿Cuántas veces hemos oído, comentando una acción emprendida por un gobierno nacional, que los mercados no están contentos; o en el momento de unas elecciones decir que uno de los candidatos no es del agrado de los mercados? Lo peor es que estas opiniones, con frecuencia, llevan aparejadas unas desagradables consecuencias.
Solo los ciudadanos podemos hacer frente a estas situaciones. Es responsabilidad nuestra hacer frente a esta situación, haciendo uso de nuestra creatividad.
NOTA. Hablando del documental Mañana indiqué que, en España, solo se había proyectado en Barcelona. Ahora me he enterado que también se había proyectado en Madrid, Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca, Málaga, Cádiz, Córdoba y Vigo.
José Luis Sampedro, por todos conocido como economista y, sobre todo, escritor que fue miembro de la Real Academia Española, indica que "junto a esta [gran] magnitud hay otro hecho enormemente importante, que es la supranacionalidad o transnacionalidad de [estas] empresas".
En palabras de Sampedro, pronunciadas en una conferencia impartida en el Círculo de Economía de Barcelona el 28 de febrero de 1975 y recogida en el libro Economía humanista. Algo más que cifras (2009, Barcelona, Random House Mondadori), estas empresas "no son simplemente empresas de un país que actúan en otros (...), son empresas que se mueven en otro espacio diferente, en un espacio donde las fronteras nacionales están prácticamente borradas. Quiero decir con esto que mientras que los poderes de los estados siguen afincados en el espacio geográfico, en cambio los poderes de las empresas transnacionales, en mucha mayor medida que los estados, aparecen transponiendo, superando por decirlo así, las fronteras nacionales, en otras palabras quiero decir que una transnacional, aunque sea por ejemplo norteamericana, está prácticamente mucho más a salvo de las decisiones del propio gobierno norteamericano, si quiere actuar contra ella, que las antiguas empresas internacionales." (2009: 291)
Según un estudio de Naciones Unidas: "Ninguna jurisdicción nacional puede enfrentarse adecuadamente con el fenómeno global de las corporaciones multinacionales, ni existe tampoco ninguna autoridad internacional hoy, ni ninguna organización adecuadamente equipada, para hacer frente a las suspensiones que emanan de las relaciones entre las multinacionales y los estados-nación; o de los estados nacionales".
Más tarde, en el mismo estudio, señala: "No hay duda de que las multinacionales podrían precipitar una crisis monetaria solo con que moviesen o desplazasen una pequeña proporción de sus activos, de una moneda a otra." (2009: 291). (No es que "podrían" es que ya hay precipitado más de "una crisis monetaria", con nefastas condiciones).
¿Cuántas veces hemos oído, comentando una acción emprendida por un gobierno nacional, que los mercados no están contentos; o en el momento de unas elecciones decir que uno de los candidatos no es del agrado de los mercados? Lo peor es que estas opiniones, con frecuencia, llevan aparejadas unas desagradables consecuencias.
Solo los ciudadanos podemos hacer frente a estas situaciones. Es responsabilidad nuestra hacer frente a esta situación, haciendo uso de nuestra creatividad.
NOTA. Hablando del documental Mañana indiqué que, en España, solo se había proyectado en Barcelona. Ahora me he enterado que también se había proyectado en Madrid, Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca, Málaga, Cádiz, Córdoba y Vigo.
viernes, 13 de mayo de 2016
Comunidades en transición
No he visto el documental "Mañana", que comenté hace unos días, pero creo que responde a la idea de "comunidades en transición", un movimiento que cada vez cobra más fuerza y cuyo objetivo inicial fue hacer frente al declive del petróleo. Surgió de un trabajo que un profesor encargó a sus alumnos.
El número de comunidades que participan en el proyecto es cada vez mayor, y, muchas de ellas están a punto de convertirse en comunidades "oficiales" en transición, cualidad que les permite extender sus ideas a otras comunidades, y así sucesivamente.
El objetivo principal del proyecto es animar a iniciar un modo de vida sostenible. Se anima a las comunidades a buscar métodos para reducir a buscar métodos para reducir el uso de energía, así como aumentar su propia autosuficiencia. Uno de los lemas del movimiento es "Alimentos a pie, no alimentos a millas". De aquí la creación de huertos comunitarios para el cultivo de alimentos. Por otra parte, su modo de hacer está muy relacionado con la economía colaborativa: empresas de intercambio de residuos, reparación y reciclaje de objetos antiguos en lugar de tirarlos a la basura, etc.
El concepto se ha esparcido rápidamente. Aunque el objetivo inicial fue diseñar una forma de vida sin petróleo, ahora es crear un mundo mejor para nosotros y nuestros descendientes: poner de manifiesto la posibilidad de una vida más alegre y satisfactoria que la actual cambiando nuestra mentalidad: rechazando el modo de vida esclavo a que conduce la cultura del consumo construida por el actual sistema económico-social, obsesionado por un crecimiento económico perpetuo, que ignora la falta de recursos naturales y provoca una creciente desigualdad económica entre países y dentro de un mismo país. Se trata de vivir mejor con menos.
En muchos aspectos, la idea central coincide con el movimiento de decrecimiento; quizás la única diferencia entre ambos sea la atención a los países pobres, a los que este último considera obligatorio atender por razones de justicia: si los países ricos han alcanzado el grado de bienestar, de que han disfrutado durante los últimos años, es debido al "robo" de recursos naturales a los países pobres.
Es muy difícil saber cuántas ciudades y pueblos que, en cada país, han suscrito un plan de ciudad de transición. Parece que en septiembre de 2008 ya eran cientos los pueblos y ciudades reconocidos oficialmente como comunidades de transición en Reino Unido, Irlanda, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Italia e, incluso, Chile. En España, este movimiento es todavía incipiente; sin embargo, en distintas ciudades han surgido colectivos y grupos de trabajo interesados por integrarse en este movimiento. Si bien el enfoque y los objetivos siguen siendo los mismos, los métodos utilizados para lograrlo varían, por ejemplo, en algunas partes, se ha introducido una moneda local. A partir de 2009, muchos han incluido el argumento del colapso financiero mundial y la crisis alimentaria global como un tercer aspecto a tener en cuenta además del pico de petróleo y el cambio climático.
Existen bastantes páginas web creadas para hacer fácil la creación de comunidades de transición, ayudar a insertarse en redes, y/o intercambiar proyectos, ideas y actividades.
El número de comunidades que participan en el proyecto es cada vez mayor, y, muchas de ellas están a punto de convertirse en comunidades "oficiales" en transición, cualidad que les permite extender sus ideas a otras comunidades, y así sucesivamente.
El objetivo principal del proyecto es animar a iniciar un modo de vida sostenible. Se anima a las comunidades a buscar métodos para reducir a buscar métodos para reducir el uso de energía, así como aumentar su propia autosuficiencia. Uno de los lemas del movimiento es "Alimentos a pie, no alimentos a millas". De aquí la creación de huertos comunitarios para el cultivo de alimentos. Por otra parte, su modo de hacer está muy relacionado con la economía colaborativa: empresas de intercambio de residuos, reparación y reciclaje de objetos antiguos en lugar de tirarlos a la basura, etc.
El concepto se ha esparcido rápidamente. Aunque el objetivo inicial fue diseñar una forma de vida sin petróleo, ahora es crear un mundo mejor para nosotros y nuestros descendientes: poner de manifiesto la posibilidad de una vida más alegre y satisfactoria que la actual cambiando nuestra mentalidad: rechazando el modo de vida esclavo a que conduce la cultura del consumo construida por el actual sistema económico-social, obsesionado por un crecimiento económico perpetuo, que ignora la falta de recursos naturales y provoca una creciente desigualdad económica entre países y dentro de un mismo país. Se trata de vivir mejor con menos.
En muchos aspectos, la idea central coincide con el movimiento de decrecimiento; quizás la única diferencia entre ambos sea la atención a los países pobres, a los que este último considera obligatorio atender por razones de justicia: si los países ricos han alcanzado el grado de bienestar, de que han disfrutado durante los últimos años, es debido al "robo" de recursos naturales a los países pobres.
Es muy difícil saber cuántas ciudades y pueblos que, en cada país, han suscrito un plan de ciudad de transición. Parece que en septiembre de 2008 ya eran cientos los pueblos y ciudades reconocidos oficialmente como comunidades de transición en Reino Unido, Irlanda, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Italia e, incluso, Chile. En España, este movimiento es todavía incipiente; sin embargo, en distintas ciudades han surgido colectivos y grupos de trabajo interesados por integrarse en este movimiento. Si bien el enfoque y los objetivos siguen siendo los mismos, los métodos utilizados para lograrlo varían, por ejemplo, en algunas partes, se ha introducido una moneda local. A partir de 2009, muchos han incluido el argumento del colapso financiero mundial y la crisis alimentaria global como un tercer aspecto a tener en cuenta además del pico de petróleo y el cambio climático.
Existen bastantes páginas web creadas para hacer fácil la creación de comunidades de transición, ayudar a insertarse en redes, y/o intercambiar proyectos, ideas y actividades.
miércoles, 11 de mayo de 2016
Los ciudadanos ante la crisis
Voy a dedicar esta "píldora para pensar" a un documental que, debo confesar, no he visto aún y que, según he podido entender, presenta alternativas ciudadanas concretas a la crisis ecológica, económica y política , causada por el actual sistema económico-social. El documental se titula "Mañana" o "Demain", quizas en referencia a la preocupación por el planeta Tierra que van a heredar nuestros descendientes. Ha batido récords de taquilla en Francia, Belgica y Suiza; en España, creo, que fue proyectado en Barcelona el pasado 29 de abril.
Según sus autores, en esa búsqueda de alternativas recorrieron una decena de países, desde Europa hasta India pasando por Estados Unidos. Entre otras cosas, encontraron que, en Detroit (Estados Unidos), en las zonas abandonadas por la crisis industrial y financiera que golpeó muy severamente esta ciudad, se desarrollan cultivos ecológicos (en Estados Unidos, los denominan "cultivos orgánicos"); que, en Francia, un horticultor que prescinde de máquinas para no gastar gasolina, logra resdimientos muy buenos; que en San Francisco, los desechos orgánicos se transforman en compost para los viticultores de California; etcétera.
También entraron en contacto con personas como Jeremy Rifkin (uno de los pensadores sociales más célebres de nuestra época, citado muchas veces en este blog) y un ex Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter. Ambos coincidieron en afirmar que nuestro modelo de producción de bienes y servicios es insostenible, causa contaminación, desigualdad y termina con los recursos naturales.
La solución que se presenta en este documental, cuyo contenido abarca temas de agricultura, democracia, economía, energía y educación, reside en pasar a una economía local, más humana y autosuficiente en energía. Actualmente, para producir una caloría que comemos, son necesarias diez calorías de energía fósil. ¿Qué necesidad tenemos de traer, por ejemplo, kiwis de Nueva Zelanda? Para nuestro sistema económico, consumiendo kiwis de Nueva Zelanda, contribuimos al crecimiento económico de ese país,... no a su desarrollo humano.
Me parece muy importante señalar que este documental ha sido financiado a través de una plataforma de crowdfunding (micromecenazgo). El objetivo era conseguir 200.000 euros en dos meses y los consiguieron en tres días. En dos meses tenían 450.000 euros.
Para compensar las emisiones debidas a sus viajes, calcularon que debían plantar 547 árboles, pero, al final, plantaron 5.000.
Otra cosa, a mi juicio, también muy importante. El uso de monedas locales o alternativas. Sobre todo, permiten evitar la marcha del dinero a los paraísos fiscales. He leído que el alcalde de Bristol recibe el cien por cien de su salario en moneda local; con esa moneda se pagan, por ejemplo, los tickets del transporte público, la factura de la luz o parte de los impuestos.
NOTAS. 1. En Internet se pueden encontrar muchas referencias a este documental que en 2015 recibió, en Francia, el premio César.
2. En un periódico (El País, del 11 de marzo) ha aparecido una noticia titulada "10.000 millones al año para cumplir [España] el acuerdo del clima".
Según sus autores, en esa búsqueda de alternativas recorrieron una decena de países, desde Europa hasta India pasando por Estados Unidos. Entre otras cosas, encontraron que, en Detroit (Estados Unidos), en las zonas abandonadas por la crisis industrial y financiera que golpeó muy severamente esta ciudad, se desarrollan cultivos ecológicos (en Estados Unidos, los denominan "cultivos orgánicos"); que, en Francia, un horticultor que prescinde de máquinas para no gastar gasolina, logra resdimientos muy buenos; que en San Francisco, los desechos orgánicos se transforman en compost para los viticultores de California; etcétera.
También entraron en contacto con personas como Jeremy Rifkin (uno de los pensadores sociales más célebres de nuestra época, citado muchas veces en este blog) y un ex Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter. Ambos coincidieron en afirmar que nuestro modelo de producción de bienes y servicios es insostenible, causa contaminación, desigualdad y termina con los recursos naturales.
La solución que se presenta en este documental, cuyo contenido abarca temas de agricultura, democracia, economía, energía y educación, reside en pasar a una economía local, más humana y autosuficiente en energía. Actualmente, para producir una caloría que comemos, son necesarias diez calorías de energía fósil. ¿Qué necesidad tenemos de traer, por ejemplo, kiwis de Nueva Zelanda? Para nuestro sistema económico, consumiendo kiwis de Nueva Zelanda, contribuimos al crecimiento económico de ese país,... no a su desarrollo humano.
Me parece muy importante señalar que este documental ha sido financiado a través de una plataforma de crowdfunding (micromecenazgo). El objetivo era conseguir 200.000 euros en dos meses y los consiguieron en tres días. En dos meses tenían 450.000 euros.
Para compensar las emisiones debidas a sus viajes, calcularon que debían plantar 547 árboles, pero, al final, plantaron 5.000.
Otra cosa, a mi juicio, también muy importante. El uso de monedas locales o alternativas. Sobre todo, permiten evitar la marcha del dinero a los paraísos fiscales. He leído que el alcalde de Bristol recibe el cien por cien de su salario en moneda local; con esa moneda se pagan, por ejemplo, los tickets del transporte público, la factura de la luz o parte de los impuestos.
NOTAS. 1. En Internet se pueden encontrar muchas referencias a este documental que en 2015 recibió, en Francia, el premio César.
2. En un periódico (El País, del 11 de marzo) ha aparecido una noticia titulada "10.000 millones al año para cumplir [España] el acuerdo del clima".
miércoles, 4 de mayo de 2016
Globalización y "papeles de Panamá"
Para mejor entender el fenómeno de los, llamados, "papeles de Panamá" hay que analizar su relación con la actual globalización; globalización que ha supuesto la imposición en todo el mundo de un determinado modelo económico, el fundamentalismo del libre comercio. (He subrayado la palabra imposición, porque, como dice Joaquín Estefanía en du libro Hij@, qué es la globalización, la globalización "es un proceso que no hemos decidido las personas, que no hemos votado y que nos perjudica como ciudadanos aunque en algunos casos nos alegre como consumidores."
El sector más intensamente globalizado es el de las finanzas. Bajo el paraguas de la globalización, el dinero se puede mover, sin ningún tipo de restricciones, por todo el globo terráqueo. Salvo estar en lugar de un momento de incontenida rabia, a nadie se le ocurre pedir la cárcel para los que han llevado su dinero a Panamá.
Esta acción es legal, pero ... no ética. Para los fundamentalismos del libre mercado la economía es ajena a la ética. Estos fundamentalistas, llevando a cabo una interpretación sui generis de los textos de Adam Smith, asumen que los individuos se guían racionalmente por su interés personal, independientemente de la complejidad de la complejidad de la elección que deben tomar y de que esa elección sea o no ética. Es la teoría de la elección racional, puesta en entredicho por muchos autores, entre los que se encuentra el Premio Nobel Amartya Sen, quien en Los Tontos racionales. Una crítica sobre los fundamentos conductivistas de la teoría económica, sostiene que "los principios de ese homo economicus son los de un imbécil social, un tonto sin sentimientos que es un ente ficticio sin moral, dignidad, inquietudes ni compromisos."
Más importante, incluso, que la opinión de Amartya Sen son los resultados de las investigaciones en psicología y neuroeconomía. Por una parte, las investigaciones en psicología indican que el ser humano dista mucho de responder al modelo sociológico de elección racional y, por otra, en neuroeconomía experimentos realizados en 1996 han puesto de manifiesto la existencia, en nuestros cerebros -y en el de otros animales- de las que se han dado en llamar "neuronas espejo", responsables de la empatía. Ello sin mencionar los resultados obtenidos por la economista Premio Nobel, Elinor Ostrom, en sus estudios sobre la gestión de bienes comunes. En relación con la empatía, ya he expuesto, de qué forma una masiva y reiterada manipulación de la élite, a favor del actual sistema económico-social, puede hacer difícil la expresión de las neuronas espejo.
Llegados a este punto, conviene señalar que modelos económicos y sociales giran alrededor de la empatía y la solidaridad. Dado el retroceso en el proceso de humanización, a que empuja el imperante sistema económico, cabe preguntar por la calidad humana de los poseedores de "los papeles de Panamá".
El sector más intensamente globalizado es el de las finanzas. Bajo el paraguas de la globalización, el dinero se puede mover, sin ningún tipo de restricciones, por todo el globo terráqueo. Salvo estar en lugar de un momento de incontenida rabia, a nadie se le ocurre pedir la cárcel para los que han llevado su dinero a Panamá.
Esta acción es legal, pero ... no ética. Para los fundamentalismos del libre mercado la economía es ajena a la ética. Estos fundamentalistas, llevando a cabo una interpretación sui generis de los textos de Adam Smith, asumen que los individuos se guían racionalmente por su interés personal, independientemente de la complejidad de la complejidad de la elección que deben tomar y de que esa elección sea o no ética. Es la teoría de la elección racional, puesta en entredicho por muchos autores, entre los que se encuentra el Premio Nobel Amartya Sen, quien en Los Tontos racionales. Una crítica sobre los fundamentos conductivistas de la teoría económica, sostiene que "los principios de ese homo economicus son los de un imbécil social, un tonto sin sentimientos que es un ente ficticio sin moral, dignidad, inquietudes ni compromisos."
Más importante, incluso, que la opinión de Amartya Sen son los resultados de las investigaciones en psicología y neuroeconomía. Por una parte, las investigaciones en psicología indican que el ser humano dista mucho de responder al modelo sociológico de elección racional y, por otra, en neuroeconomía experimentos realizados en 1996 han puesto de manifiesto la existencia, en nuestros cerebros -y en el de otros animales- de las que se han dado en llamar "neuronas espejo", responsables de la empatía. Ello sin mencionar los resultados obtenidos por la economista Premio Nobel, Elinor Ostrom, en sus estudios sobre la gestión de bienes comunes. En relación con la empatía, ya he expuesto, de qué forma una masiva y reiterada manipulación de la élite, a favor del actual sistema económico-social, puede hacer difícil la expresión de las neuronas espejo.
Llegados a este punto, conviene señalar que modelos económicos y sociales giran alrededor de la empatía y la solidaridad. Dado el retroceso en el proceso de humanización, a que empuja el imperante sistema económico, cabe preguntar por la calidad humana de los poseedores de "los papeles de Panamá".
Suscribirse a:
Entradas (Atom)