El Acuerdo de Paris cumple 10 años. El avance de las renovables y la movilidad eléctrica es la noticia de esta década. Pero la velocidad a la que se va reemplazando a los combustibles fósiles, principales responsables del cambio climático, no es suficiente para cumplir no es suficiente para cumplir el objetivo del acuerdo: que el calentamiento se quede dentro de los límites de seguridad marcados por la ciencia. Los Gobiernos siguen cebando con ayudas públicas la extracción de petróleo, gas y carbón y, según el Informe de la brecha de producción 2025, que se publica hoy (22 de septiembre de 2025), la producción prevista para los próximos años es mucho mayor de lo que se necesita para que el calentamiento se quede entre 1,5 y 2 grados Celsius respecto a los niveles preindustriales, la principal meta del Acuerdo de París.
Este informe se presenta coincidiendo con el arranque de la semana del cima del Nueva York, que se celebra en el marco de la Asamblea General de la Naciones Unidas. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha convocado para el miércoles (24 de septiembre) una cumbre climática en la que intervendrán alrededor de 110 países, aunque solo unos 40 estarán representado por sus jefes de Estado. Naciones Unidas había pedido a los casi 200 firmantes de París que para este momento tuvieran ya listos sus nuevos planes climáticos con medidas y objetivos de aquí a 2035. En esta cita deberían anunciar las conocidas como NDC (las sigas en inglés de contribución determinada a nivel nacional). Se trata de las promesas de recorte de gases de efecto invernadero de cada país.
Se espera que China presente su nuevo plan en Nueva York, aunque se desconoce cómo de concreto y ambicioso será, según indica un alto funcionario de la ONU implicado en esta cita. Por otro lado, la división interna ligada al avance de las formaciones ultras ha hecho que la Unión Europea no haya sido capaz de armar su propuesta a tiempo, y acudirá solo con una "declaración de intenciones", lo que le resta credibilidad. El papel de China y la UE en la lucha climática es básico en el peor momento del multilateralismo en décadas y con el Gobierno de Estados Unidos instalado en posiciones negacionismo del cambio climático.
Para lograr los recortes de emisiones prometidos es imprescindible alijarse de los combustibles fósiles,y una década después de firmarse París, las señales que envían los Gobiernos no suficientemente robustas. Según el citado informe, elaborado por el Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo, Climate Analytics y el Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible, la senda no es la adecuada, Para 2030, los países proyectan una producción de combustibles fósiles de más del doble (un 120%) de lo que en compatible con dejar el calentamiento en 1,5 grados, y un 77% por encima de la senda de los 2 grados.
Para llegar a esta conclusión, los autores han analizado los planes de producción para los próximos años y han calculado las emisiones de efecto invernadero que generarán cuando se queme ese petróleo, gas y carbón para producir energía. Luego lo han comparado con las trayectorias de reducción de las emisiones que se requieren para cumplir con la meta de loa 1,5 y 2 grados.
La anterior edición de este estudio data de 2023, y los expertos advierten de que la brecha entre lo que se necesita y las previsiones de producción se ha agrandado. Los países productores prevén ahora extraer más combustibles en 2030 que hace dos años. Precisamente en la cumbre del clima de aquel año 2023, la COP28 de Dubái, los 20 firmantes de Acuerdo de París se comprometieron a dar la espalda a lo fósiles.
"En 2023, los gobiernos reconocieron formalmente la necesidad de alejarse de los combustibles fósiles para mitigar el cambio climático, una obligación que la Corte Internacional de Justicia ha enfatizado claramente", sostiene Derik Broekhoff, coordinador del estudio. "Pero como deja claro nuestro informe, si bien muchos países se han comprometido con una transición a la energía limpia, muchos otros parecen. (Fuente: El País, 22 de septiembre de 2025)
Una década después del Acuerdo de París, los países siguen utilizando combustibles fósiles, a pesar de problemas que crea el cambio climático, incluso en los países que no tienen dinero para comprar este tipo de combustibles, como he dicho en más de una "píldora para pensar".
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