Nadie elige donde va a nacer. La injusticia no es cuestión de mala suerte. Los millones de seres humanos que padecen miseria no han tenido mala suerte: son víctimas de un sistema económico injusto.
Y la justicia es un asunto de hombres y mujeres que creen en
la igualdad esencial de todas las personas; que creen que todos tienen el mismo
derecho a ser dueños de su vida, con independencia de la raza, la religión, el
lugar de nacimiento o el sexo. Por eso, debemos hacer todo, lo posible e imposible, para
evitar que eso siga sucediendo.
4 comentarios:
Cuanta razón tienes, pero por mucho que intentemos cambiar, al final los que mandan son los de arriba, y ellos me temo que van a seguir igual.
Buen texto.Tienes toda la razón
Es esta una buena razón para movilizarse contra el sistema.
Lorenzo Garrido que me conoce más, sabe que mi opinión es que si lo intentamos, puede cambiar la stuación. Hay que modificar algunas cosas de nuestro actual sistema económico y social.
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