El 25 de agosto y con motivo de la reforma de la Constitución José Luis Sampedro -catedrático de Estructura Económica jubilado, miembro de la Real Academia Española y autor del prólogo al libro de Stéphane Hessel ¡Indignaos!- envió una carta al Presidente del Gobierno de la que considero interesante copiar, a continuación, unos párrafos.
"Señor presidente, permítame dirigirme a usted para comentarle mis más profundas inquietudes que, por mi honor y conciencia, me impiden quedarme al margen de los hechos relativos a nuestra Constitución amenazada por una imborrable mancha".
"De forma sorpresiva, en período estival, con un parlamento en funciones, donde las señorías preparan las maletas fuera del hemiciclo ante la próxima cita electoral, ustedes pretenden modificar la Constitución sin consultar a sus soberanos".
"Supongo que no tengáis ningún poder en este asunto, que seáis prisionero de los mercados y de los poderes que os rodean, pero tenéis un deber de ciudadano (...). No creáis que desespero del triunfo, lo repito con una certeza que no permite la menor vacilación, la verdad avanza y nadie puede detenerla".
"Yo acuso al Banco Mundial, FMI, OCDE y demás organizaciones supranacionales y externas al gobierno europeo de ser los organizadores de este crimen. Ninguna de ellas elegidas en representatividad por el pueblo de un Estado, el nuestro, sobre el que quieren reformar la Constitución.
Acuso a la UE y al BCE de ser garantes dentro del territorio europeo de este complot.
Acuso a Standard & Poor's y a Moody's como cómplices y beneficiarios de este acto.
Acuso al conjunto de la banca europea y nacional como lobby cómplice y beneficiario de esta infamia.
Acuso a la señora Merkel y al señor Sharkosy por inducir a perpetrar este vil atentado a nuestra soberanía.
Acuso a aquellas empresas, que junto a la banca, presionan a sus señorías para dejar de ejercer la representatividad de sus soberanos, ejerciéndola sobre sus intereses económicos.
Acuso a aquellos políticos cuyo máximo interés es mantenerse en el cargo que ejercen a cualquier precio, tan indignantes como el crimen que nos ocupa.
Y por último, les acuso a ustedes por proponer esta modificación de espaldas a la ciudadanía. Ciudadanía que avala, es garante y soberana tanto del Estado español como de su carta magna. Ustedes que, mediante una simple llamada telefónica, ultrajan la inviolabilidad de una Constitución, inviolabilidad que defendieron cuando no se han atrevido a mantener su vigencia, adecuándola a las realidades sociales. Ustedes que juraron o prometieron sobre ella.
Se atreven a modificar el máximo documento del Estado en aras del "Mercado". Mercado al que pretenden calmar mientras las voces del pueblo son ignoradas o silenciadas".
(Estos párrafos están extraídos del texto completo que he encontrado en http://plazapoetica.wordpress.com/2011/08/31/carta-de-jose-luis-sampedro-a-don-jose-luis-rodriguez-zapatero-y-al-resto-de-las-senorias-que-portan-la-representatividad-parlamentaria )
4 comentarios:
Ay, los buenos políticos, siempre procurando el bien común -entendiendo bien común, por el bien de las empresas-. La política, esa gran esclava del mercado... ¿Cambiará esto algún día?
Totalmente de acuerdo con Sampedro. Nos gobierna una panda de criminales. Eso es algo cada vez más evidente.
Hola, Juliana
Está claro que la carta de Sampedro poco o nulo resultado ha producido sobre la reforma constitucional. Le honra ser un intleectual comprometido a sus años. Tanto PP/PSOE han actuado con hipocresía en este asunto. Somos muchos los que pensamos en las reformas constitucionales necesarias y no eran precisamente la que se ha realizado. Lo más sangrante es que en toda la legislatura ni unos, ni otros se han puesto de acuerdo en nada y lo hacen para algo que, dicen, nos beneficiará...jaja, ¿a quién?
Un saludo
Estoy, en todo, de acuerdo con vosotros. Lo más importante para mi son las acusaciones al FMI, el Banco Mundial, OCDE y demás organizaciones supranacionales; a la UE y el BCE por su colaboración con estas organizaciones; a Standard & Poor's y a Moody's,... En resumen, a los que han provocadola crisis e intentan aprovecharse de ella, sin pensar a quienes perjudican.
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