Como muy bien decía Vandana Shiva refiriéndose a la práctica de la biopiratería, los occidentales estamos convencidos de que somos los únicos que sabemos hacer ciencia y que nuestra relación con la Naturaleza es la única válida.
No es el momento oportuno de analizar las bases sobre las que se asienta la cultura occidental en relación con la Naturaleza; cuál es el origen de nuestra actual manera de pensar; qué acontecimientos acabaron de convencer a los europeos de que su forma de vida representa "la civilización por excelencia", y que los demás habitantes de la Tierra eran unos "barbaros" a los que era legítimo subyugar y explotar.
Ahora, los occidentales sabemos que "los otros" son seres humanos, capaces de sentir y pensar y a los que debe extenderse nuestra empatía y solidaridad. Claudio Magris indica que ello es señal de que la Humanidad ha alcanzado su madurez.
No obstante, Occidente sigue convencido de que representa "el modelo de progreso" que debe imitar el resto del mundo y ha "exportado" al resto del planeta su forma de vida como algo generalizable. Esa idea ha venido reforzada por las grandes empresas que han visto en esa "exportación" una forma de aumentar sus ganancias.
La cuestión no estriba sólo en si esa posición es éticamente justa, pues ambientalmente es imposible de satisfacer en una Tierra con recursos finitos. No es posible un crecimiento ilimitado en un mundo limitado. Desde este punto de vista es irresponsable la posición de la mayoría de quienes manejan la economía, la política y los medios de comunicación, ya que constituye un gran engaño para quienes -tanto en los países del Sur como en los del Norte- se les niega la posibilidad de vivir según el modelo anunciado.
En una nave espacial, como es la Tierra, no es posible la coexistencia, en paz, de pasajeros de primera y pasajeros de tercera. "Deberíamos haber aprendido ya que en un mundo de desigualdad manifiesta -entre países y dentro de cada país (...)- no va a ser totalmente seguro, ni siquiera para sus habitantes privilegiados". (Koffi Annan, ex secretario general de la ONU)
3 comentarios:
Excelente artículo, y aún cabe añadir que las democracias están siendo secuestradas por multinacionales y bancos, y por eso pasa lo que pasa. Esa gente no piensa más que en el dinero, y si aún encima actúan con total impunidad, entonces se comprende por qué vamos a la deriva.
Te felicito, Juliana.
Sólo añadiría que produce extrañeza que los productos básicos y de primera necesidad (cereales, por ejemplo) coticen en bolsa y se juege como su fuesen bonos o acciones. La sociedad occidental tiene mucho que aprender de la oriental o del tercer mundo.
Saludos
Los dos sois extremadamente amables. Habéis apuntados dos cosas que son muy preocupantes. Un periodista, creo que Ramoneda, decía que cuando la economía reemplaza a la política -como apunta Lorenzo- "el fascismo está llamando a la puerta". En cuanto a que los alimentos coticen en bolsa me parece de locos y,más aún, muy peligroso tanto para los países del Sur como para los del Norte.
Muchas gracias por vuestras apreciaciones.
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