Goethe resumió así su propia vida y lo que creía que era la vida en sí:
"La hermosa sensación de que solo la humanidad es el hombre verdadero y de que el individuo separado solo puede estar alegre y feliz cuando tiene el coraje de sentirse parte del todo".
(Extraído de Jeremy Rifkin, La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis, 2010, Paidós, Barcelona)
4 comentarios:
Es interesante, sobre todo porque yo lo veo justamente desde un punto totalmente opuesto. No niego las bondades de la civilización, pero en base a los acontecimientos históricos y presentes... quizá a este planeta le iría mejor si fuéramos solitarios irredentos.
Poco a poco podemos ir mejorando: lo hemos ido haciendo -con graves retrocesos, sin duda- a lo largo de la historia.
Goethe estaba en el secreto; como lo estaban cuantos supieron escapar a esa estrangulada manera de concebirse como simples gotas, ignorantes del océano que conformaban, unidad a su vez de otra individualidad en camino de saberse totalidad. No es sólo el coraje de salir un rato de la película lo que hace falta para saberse todo y parte, también es imprescindible la humildad y el discernimiento que detiene el tiempo y empapa el alma cuando comprendes que no hay nada que hacer ni nada que alcanzar. Pareció que nacíamos y parecerá que morimos, pero somos y seremos eternidad.
Excelente, Vicky
Un saludo
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