Los fondos de inversión junto con la conversión de todas las actividades humanas (una de esas actividades puede ser un paseo por la playa) en mercancías permite a los ricos adueñarse del mundo. En esta ocasión, les invito a reflexionar sobre la conversión en mercancia de los bienes comunes de la Humanidad, por ejemplo, una playa. El tema, aunque los medios de comunicación apenas le prestan atención, es de extremada importancia: unos señores se están adueñando de lo que es de todos con el único objetivo de aumentar sus ganancias económicas, ya de por si superiores a las que poseen varios Estados juntos
Berna González Harbour es autora de un trabajo titulado "La plaza del pueblo no se privatiza" y publicado en El País de 20 de octubre último, que empieza con el siguiente párrafo: "Grecia está privatizando playas, islas desiertas, sedes olímpicas, edificios históricos y campos de golf, además de aeropuertos (14 están ya en manos alemanas), el puerto de Pireo (en manos chinas) o la compañía ferroviaria estatal (hoy italiana)."
Para captar el verdadero significado y transcendencia de este hecho conviene aclarar que cuando se dice, por ejemplo, que 14 aeropuertos están en manos alemanas, debe decirse en manos de fondos de inversión alemanes. De la misma forma, el puerto de Pireo ha pasado a pertenecer a un fondo de inversión chino y la compañía ferroviaria a uno italiano. Hay que saber que los fondos de inversión no tienen nacionalidad.
En el párrafo siguiente, Berna González indica: "Esto no es nuevo, Lo nuevo es que si creíamos que era un problema ajeno nos habíamos equivocado." Y señala el caso de la plaza del pueblo de San Fernando de Henares adquirido por el fondo de inversión Pacífica Capital Gestión po 27,5 millones de euros; las viviendas de protección social de Torrejón y el fondo de inversión Fidere; y los miles de pisos de protección social que se vendieron a fondos de inversión en tiempos de Ana Botella, alcaldesa de Madrid. Los casos de multiplican, pero en muy pocas ocasiones se habla de las familias, familias concretas, que han tenido que abandonar su caso por no poder pagar los nuevos alquileres, impuestos por los nuevos dueños. De la misma forma, si una plaza de pueblo o una playa está en manos privadas y usted va a sacar al niño a pasear o jugar en esa plaza o quiere tomar el sol en esa playa, tendrá que pagar.
Los conceptos de bien común de la Humanidad, empatía y solidaridad son desconocidos por los gestores de un fondo de inversión; por alguna extraña razón, esas personas han dejado de pertenecer a la especie humana. Es como una invasión de ratas a la que debemos de exterminar, en atención a nuestros descendientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario