En cualquier caso, supone un cambio de paradigma respecto al imperante sistema económico-social, para el cual tanto los bienes comunes de la humanidad como los derechos humanos son una mercancía de la que solo pueden disfrutar los que tienen dinero. No hace mucho, el FMI, fiel a su recetario habitual, pidió "un mayor control a los beneficiarios de las ayudas por desempleo". Sin embargo, el problema de la desigualdad económica es tan grave, que el debate sobre la renta básica universal es cada vez más frecuente y cada vez esa renta es realidad en más países.
En una entrevista al historiador y escritor holandés, Rutger Bregman, publicada en El País del 25 de marzo último, se habló de este tema. Bregman es autor de un ensayo, Utopía para realistas, en el que expresa su opinión, entre otras cosas, sobre la renta básica universal. Según él, está renta debe añadirse a la salud y educación públicas. En cuanto a su financiación indica: "Hay muchas pruebas científicas que demuestran que la pobreza es cara: genera más delincuencia, peores resultados académicos, enfermedades mentales ... Sería mucho más económico erradicar la pobreza que combatir lo que provoca". "Las investigaciones demuestran que lo mejor es dar el dinero directamente a quien lo necesita en lugar de destinarlo a inspectores y democracia". Es humillante que debas estar demostrando constantemente que estás suficientemente enfermo o deprimido para no trabajar. Esta renta liberaría a mucha gente de trabajos basura y de tener que pasar jornadas maratonianas para ganar un sueldo digno.
La renta básica no es sinónimo de dejar de trabajar. Está demostrado que quien tiene una renta básica quiere hacer cosas. En general, se considera que esta renta concedería a todo el mundo una herramienta para arriesgarse y emprender. En palabras de Bregman, "Con una renta básica millones de personas pobres o que están en empleos basura van a crear riqueza de verdad". "La renta básica universal sería el logro más importante del capitalismo".
Jeremy Rifkin, en su libro El fin del trabajo. Nuevas tecnologías contra puestos de trabajo: el nacimiento de una nueva era, señala que la solución al problema social, planteado por la pérdida de puestos de trabajo, descansa en varias asociaciones necesarias para "la cooperación próspera y pacífica". Asociaciones dedicadas, unas, a realizar actividades de voluntariado, y, otras, a crear de empresas sociales. Unas y otras asumirán el papel que ni el gobierno ni el mercado no realizan, porque no saben o no quieren. Así, según él, los pilares sobre los que se apoyará la sociedad serán el sector público, el sector privado y el tercer sector.
Utopía para realistas, porque "la historia ha demostrado que el progreso ha venido de hacer realidad lo que parecía utópico".
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