En un Banco de Tiempo, los "accionistas" son un grupo de personas que están dispuestas a utilizar el tiempo (no, el dinero) para pagar y ser pagado por servicios que, por anticipado, cada uno ha señalado. Cada socio del Banco recibe un talonario de cheques-tiempo, que utilizará para pagar a otra persona el servicio prestado; de la
misma forma, recibirá un cheque por el tiempo que emplee en realizar un
servicio a otra persona. Se considera que el tiempo es más valioso que el dinero.
Como en cualquier banco, en un Banco de Tiempo existe una secretaría que se encarga de llevar la contabilidad (tiempo utilizado y recibido por cada uno de los socios o socias), de atender cualquier modificación de los servicios que se ofrecen, y de realizar las transferencias que se soliciten. Un Banco de Tiempo, no sólo por tomar como medida el tiempo, sino por
su forma de funcionamiento, no es un club de favores y es mucho más que un
trueque. Se fomentan las relaciones recíprocas. Se debe activamente buscar involucrar las personas que normalmente están fuera de los círculos económicos normales,
como las personas mayores: se intenta ayudar a una persona mayor no
sólo dándole ayuda, sino también pidiéndosela.
Los servicios, que de forma ocasional, se pueden recibir o realizar son muy variados: distintos tipos de acompañamiento y/o animación a menores y personas mayores; de cuidado del cuerpo y de la salud, de tareas domésticas; de gestiones en la calle; de trabajos de informática, idiomas o formación; etcétera. Los servicios prestados y recibidos dependen del tipo de socios.
Unos dicen que la idea nació en Estados Unidos y otros que fue idea de un grupo de mujeres en Italia. Sea cual sea su origen, el hecho es que hay Bancos de Tiempo, en muchos países, funcionando en barrios, parroquias, centros escolares, universidades, lugares de trabajo e, incluso, en Internet. En Internet existe una amplia información acerca del funcionamiento de algunos de ellos.
¿Por qué se me ha ocurrido hablar, ahora, de los Bancos de Tiempo? Por dos razones.
Una. Porque distintas experiencias realizadas por el economista norteamericano George F. Loewenstein, experto en economía del comportamiento, han puesto de manifiesto que "el egocentrismo, la codicia y la orientación al propio interés trae una sensación de vacío, sinsentido, escasez e infelicidad, mientras que el altruismo, la generosidad y la orientación al bien común son fuente de plenitud, sentido, abundancia y felicidad". A nivel emocional, "recibimos lo que damos".
Dos. Porque Jeremy Rifking, cuando habla de los efectos de la "tercera revolución industrial" sobre el empleo, señala como soluciones, además de la implantación de la Renta Básica de Ciudadanía, la creación de organizaciones no gubernamentales del tipo de los Bancos de Tiempo.
2 comentarios:
Seria muy interesante algun link a algun banco del tiempo que ya este funcionando por internet
He aquí dos:
http://www.depersonaapersona.es/
http://es-es.facebook.com/pages/Kroonos-Banco-de-tiempo-en-Internet/109456765751741
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