En el libro Postcapitalismo.
Hacia un nuevo futuro (2016, Paidós), Paul Mason, periodista y
divulgador que trabajó más de una década
como editor de economía en la BBC, pone de manifiesto cómo será el fin en capitalismo
y, lo más importante, cómo se está avanzando hacia una sociedad más justa y
equitativa.
Paul Mason dedica el capítulo 9 de ese libro a lo que
llama “Motivos racionales para el pánico”: el cambio climático, el aumento de
la población mundial (una bomba de relojería) y “una élite global en estado de
negación”. Hoy me voy a limitar al cambio climático.
Para empezar escribe: “En el trajeado mundo de las
altas esferas políticas y económicas y las cumbres del clima, reina una calma
autocomplaciente”. Sin embargo, esta calma autocomplaciente no es la que reina
entre “las personas cuyas vidas han sido destruidas por las inundaciones, la
deforestación y la invasión de los desiertos”. Si los escucháramos
“comprenderíamos mejor lo que se nos viene encima: el más absoluto desbarajuste
planetario”.
Entiendo por “calma autocomplaciente” las recientes manifestaciones
de la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). En El País (3 de abril de 2019), se indica
Christine Lagarde, en la Cámara de Comercio de Estados Unidos, alertó de un
”crecimiento precario”, “la economía global pierde ímpetu”,” la moderación, como
ya han advertido otros organismos globales, es más pronunciada de lo que se
anticipaba y crea nerviosismo”. Ni una
sola palabra, sobre la imposibilidad de un crecimiento ilimitado en un planita
con recursos limitados y, absolutamente nada, sobre el cambio climático.
Sin embargo, comenta Paul Mason, “el quinto informe
del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) publicado
en 2003, deja inequívocamente claro que el mundo de está calentando:
Desde la década de 1950,
muchos de los cambios observados no han tenido precedentes en los últimos decenios
a milenios. La atmósfera y los océanos se han calentado, los volúmenes de nieve
y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de
gases de efecto invernadero han aumentado.
El IPCC, está convencido de que tales cambios han
sido causados principalmente por el consumo humano de ”fuentes de energía
basadas en el carbono para impulsar el crecimiento económico”. Para impulsar el
crecimiento económico y aumentar las ganancias económicas de las empresas
multinacionales, que saben que no van a ser castigadas por cometer un ”ecocido”
y crímenes de lesa humanidad. En el mismo periódico, en el que se recogía las
manifestaciones de FMI indicadas, se publicaba una noticia en la que de
indicaba que “Repsol ha alcanzado un acuerdo marco con la rusa Novatek para la
firma de un megacontrato a largo plazo de compra de gas natural licuado (GNL)
procedente del yacimiento de Yamai, en Siberia. El contrato supondría el
suministro de un millos de toneladas anuales, durante 15 años […] En septiembre
de 2018, la petrolera, presidida por Antonio Brufau ya firmó un contrato con
Venture Global LNG para el suministro de un millón de toneladas anuales de gas
natural licuado durante 20 años…”.
Paul Mason habla de lo irracional de ese
comportamiento, e indica la imposibilidad de hacer frente al cambio climático
siguiendo las premisas (los mercados) en las que se apoya el capitalismo. En
relación con el comportamiento de las elites indica que “en cierto sentido, han
comprendido que, si el cambio climático es real, el capitalismo está acabado”. Realiza un defensa apasionada del ser
humano y considera que los hombres y mujeres van a ser capaces de “romper las
cadenas del mercado”.
En el capítulo 10 “Proyecto cero”, empieza el apartado
“Cinco principios para la transición” hablando de los “bienes, el trabajo y los
servicios que se proveen de manera colaborativa, más allá del mercado. Son
débiles, pero son señales de que ya se ha abierto una ruta para trascender el
capitalismo, una ruta fundada sobre el fenómeno de producción y el intercambio
no mercantiles, e impulsada por la tecnología de la información”.
Ahora no debo extenderme más, pero sí señalar la coincidencia
con lo que indica Jeremy Rifkin (La
sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo
y el eclipse del capitalismo, 2014, Paidós) al referirse a la emergencia de
un nuevo paradigma económico capaz de eclipsar al capitalismo. Y el único capaz
de resolver el problema del cambio climático, si actuamos con rapidez.
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