Cuando terminé de escribir me última "píldora para pensar" creí que había terminado la cumbre del clima COP29, pero las noticias indican que no fue así. Por tanto creo que hoy debo seguir escribiendo sobre la misma cumbre del clima, que supuestamente debía haber terminado.
En la noticia que estoy leyendo hoy, 23 de noviembre, se indica que "atendiendo a otra de las demandas de los países desarrollados, se abre la puerta, como una invitación, no como una obligación, a que otras naciones que no están consideradas desarrolladas en el contexto de la ONU hagan contribuciones adicionales para lograr el objetivo de los 250.000 millones de dólares anuales".
De un lado de estas negociaciones, están los países en desarrollo a los que debe ir destinada la financiación climática para que puedan transformar sus sistemas energéticos, emprender acciones para reducir sus gases de efecto invernadero y, además, protegerse de los impactos que tiene y tendrá el calentamiento global. De otro lado están las llamadas naciones desarrolladas, según la definición establecida por la ONU hace tres décadas y que son básicamente, Estados Unidos, las de la Unión Europea, Canadá Suiza, Australia y Japón. El peso de la financiación climática con ayudas públicas y créditos de todo tipo han recaído hasta ahora sobre sus hombros. Pero en una sombra de estas negociaciones se sitúan otros países de altos ingresos. muy emisores y que no han estado hasta este momento obligados a aportar fondos; se trata de países como China, Arabia Saudí, Rusia y Corea del Sur.
Hacia ellos miran el denominado norte global en estas negociaciones y les reclaman que también aporten fondos. Además, la Unión Europea y el resto de ese bloque pide que se clarifiquen las normas en las que se van a movilizar los fondos requeridos, por ejemplo, si se va a impulsar el establecimiento de tasas sobre grandes sectores emisores.
Aunque el tema central de esta cumbre es la financiación, el debate sobre el recorte de las emisiones también está presente. Los países deberán presentar en la conferencia del clima del próximo año en Brasil sus planes para aumentar los recortes de las emisiones. Los países más ambiciosos quieren que desde Bakú se manden señales claras en ese sentido con .menciones a los combustibles fósiles, algo a los que se están resistiendo públicamente algunos negociadores, como los de Arabia Saudí.
En la anterior cumbre, celebrada en Dubái a finales de 2023, se logró pe primera vez en las de tres décadas de negociaciones de este tipo una mención directa a la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles como forma de lograr que el calentamiento no alcance los niveles más peligrosos. Aunque son los principales causantes del problema siempre habían conseguido eliminar las menciones a los combustibles. Hasta Dubái, solo se hablaba de los gases de efecto invernadero. En los textos difundidos por la presidencia de la COP29 se mantienen las referencias a dejar atrás los combustibles fósiles.
Mientras se celebran cumbres sobre el clima, muchos países, casi siempre pobres, están sufriendo las consecuencias del cambio climático. También están y van a estar sufriendo los efectos del cambio climático algunas regiones de España, como Valencia. ¿Quiéntiene la culpa?
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