La suspensión temporal del PEPFAR el Plan de Emergencia del Presidente de EE UU para el Alivio del Sida, y los recortes financieros que afectan a la lucha contra el VIH harán que las muertes e infecciones no previstas se cuenten por millones, alerta este jueves ONUsida en su informe Sida, crisis y el poder de transformar.
El programa PEPFAR, que comenzó en 2003, durante la presidencia de George W. Bush, había previsto 4.300 millones de dólares (3.672 millones de euros) para más de 50 países en 2025, pero ese apoyo se interrumpió repentinamente en enero de este año. Si esa financiación no se reemplaza con alguna alternativa, existe el riesgo de que cuatro millones de personas más mueran or causas relacionadas con el VIH y que se registren otros seis millones de infecciones adicionales entre 2025 y 2029.
El informe advierte de que la inestabilidad en la cooperación multilateral no solo se debe a los recortes de EE UU y otros países del Norte Global, sino a problemas crecientes como las guerras, los cambios geopolíticos y la crisis climáticas. El riesgo no es solo que mueran millones de personas, sino que se pierdan años de avances en la lucha contra el Sida. “A finales de 2024, la disminución de las cifras no era suficiente para acabar con el sida como amenaza para la salud pública en 2030, pero existían los medios y el impulso para hacerlo. Se multiplicaban los ejemplos de éxito en los países [...] y se siguieron logrando nuevos avances científicos”, resalta ONUsida.
En el mundo, cerca de 40 millones de personas viven con VIH: más de la mitad son mujeres y niñas. En 2023, hubo 630.000 muertes debido al sida y 61% de ellas vivían en África subsahariana.
En las últimas dos décadas, el PEPFAR ha brindado servicios de prevención, tratamientos y apoyo a trabajadores comunitarios en las regiones del mundo más golpeadas por el VIH, como el continente africano. Según sus propias cifras, ha contribuido a salvar 26 millones de vidas. La congelación temporal del plan ordenada por el presidente Donald Trump o a otros programas de apoyo a la salud global está ya causando daños prevenibles entre las poblaciones más vulnerables.
La directora de ONUsida, Winnie Byanyima, explicaba en una entrevista reciente con El PaÍS que si no se logra cerrar la brecha financiera provocada por los recortes, se podrían registrar 6,6 millones de nuevas infecciones adicionales de aquí a 2029. En 2024, se registraron 1,3 millones.
Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial, que lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, lamentó las profundas desigualdades que persisten en la lucha contra el sida. “A nivel mundial, el 45% de las nuevas infecciones en 2024 se produjeron entre mujeres y niñas, porcentaje que aumenta hasta el 63% en el África subsahariana”, citó.
“Cada semana, 4.000 adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años se infectan por el VIH, suficientes para llenar casi 80 aulas llenas de estudiantes, la mayoría de ellas en el África subsahariana”, agregó.
El informe de ONUsida, por ejemplo, advierte de casos críticos, como el de Nigeria, donde el número de personas que recibieron la profilaxis preexposición (PrEP), un tratamiento preventivo para el VIH, se redujo significativamente. El país pasó de brindar PrEP a 43.141 personas en noviembre de 2024 a apenas 6.000 pacientes en abril de 2025. En Kenia, por otra parte, se detectó un descenso súbito en febrero de 2025 en los test diagnósticos a bebés de dos meses: en noviembre se aplicaron 2.528; en marzo, 1.333; y en abril se remontó a 2.750.
También se alerta de que los programas comunitarios, que juegan un papel clave para que las poblaciones vulnerables decidan acceder a servicios de prevención y a tratamientos, quedan en la cuerda floja. Por ejemplo, el 60% de los programas liderados por mujeres perdieron financiación o suspendieron sus servicios en febrero de 2025 y el 45% de los socios comunitarios que trabajan en primera línea contra el VIH han sufrido recortes, según este informe.
El informe de ONUsida, por ejemplo, advierte de casos críticos, como el de Nigeria, donde el número de personas que recibieron la profilaxis preexposición (PrEP), un tratamiento preventivo para el VIH, se redujo significativamente. El país pasó de brindar PrEP a 43.141 personas en noviembre de 2024 a apenas 6.000 pacientes en abril de 2025. En Kenia, por otra parte, se detectó un descenso súbito en febrero de 2025 en los test diagnósticos a bebés de dos meses: en noviembre se aplicaron 2.528; en marzo, 1.333; y en abril se remontó a 2.750.
También se alerta de que los programas comunitarios, que juegan un papel clave para que las poblaciones vulnerables decidan acceder a servicios de prevención y a tratamientos, quedan en la cuerda floja. Por ejemplo, el 60% de los programas liderados por mujeres perdieron financiación o suspendieron sus servicios en febrero de 2025 y el 45% de los socios comunitarios que trabajan en primera línea contra el VIH han sufrido recortes, según este informe.
“Cada semana, 4.000 adolescentes y mujeres jóvenes de entre 15 y 24 años se infectan por el VIH, suficientes para llenar casi 80 aulas llenas de estudiantes, la mayoría de ellas en el África subsahariana”, agregó.
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