La Amazonia es el bosque tropical más extenso
del mundo. Se considera que su extensión llega a los 7 millones de kilómetros
cuadrados repartidos entre nueve países, de los cuales Brasil y Perú poseen la
mayor extensión. El 11 de noviembre de 2011 la selva amazónica fue declarada
una de las siete maravillas naturales del mundo.
El título de “Pulmón del planeta” se debe a
que absorbe gran cantidad de dióxido y,
en su lugar, expulsa gran cantidad de oxígeno, al mismo tiempo que atesora la
quinta parte de las reservas mundiales de agua. Según un científico de la NASA,
“El viejo paradigma era que cualquiera que sea el dióxido de carbono que
pongamos en emisiones (causadas por el hombre), el Amazonas podría ayudar a
absorber una gran parte de él”. Además,
la Amazonia posee innumerables especies de plantas todavía sin catalogar, miles
de especies de aves, innumerables anfibios y millones de insectos.
En 1970 distintas grandes empresas vieron en
la Amazonia un lugar apto para aumentar
sus ganancias económicas. Pero si
queremos evitar un empeoramiento del cambio climático, la pérdida de su rica
biodiversidad y garantizar la supervivencia de los pueblos indígenas, es
fundamental detener la deforestación y degradación de la Amazonia.
Uno de los responsables de la deforestación
son grandes empresas que se dedican al cultivo de soja para alimento del ganado de las mismas o distintas grandes
empresas ganaderas. Colabora en la destrucción de la Amazonia la
minería, frecuentemente ilegal. En este caso, se producen derrames de petróleo
en ríos que surten de agua a las comunidades. También, la explotación forestal
industrial, en gran parte ilegal, abre el camino a la destrucción posterior
mediante el uso del fuego. España es uno de los mayores importadores europeos
de madera tropical amazónica; es el cuarto importador mundial de ipés, una
madera valiosa. Otra gran amenaza son los grandes proyectos hidroeléctricos que
amenazan todos los valiosos ríos de la cuenca amazónica. En España, empresas eléctricas
están intentando hacer negocio con estos proyectos destructivos.
Se está invadiendo territorios indígenas
y utilizando trabajo esclavo. Al mismo
tiempo, que se está destruyendo el “Pulmón del planeta” y ello acarreará graves
problemas a las generaciones futuras.
Los habitantes de la zona hacen lo que pueden
para defender su patrimonio y su medio de vida. En la “entrada” anterior mencioné el asesinado
en la Navidad de 1988 del activista brasileño, Chico Mendes, y cómo Marina
Silva, con 20 años, recorría la selva en busca de hombres, mujeres y niños que quisieran hacer
frente a la destrucción de la selva amazónica, Se llaman empates.a estos actos.
Eso de "matar a sueldo" ha sido una práctica muy habitual en un elevado número de empresas multinacionales. Se pueden encontrar interesantes ejemplos en el libro de Klaus Werner y Hans Weis, El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales (2004, Barcelona, Random House Mondadori), un libro que,según dicen sus autores, "puso furiosos, sobre todo, a lectoras o lectores que pudieron descubrir que muchas de sus marcas preferidas basan sus beneficios en la explotación, el trabajo infantil, la cooperación con dictadoras militares, la financiación de guerras, la destrucción del medio ambiente y el maltrato a animales".
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