“Frio económico” es el título de un artículo de
opinión publicado en El País (11 de marzo de 2019). Según ese artículo “La
economía mundial y la europea están atravesando por una situación compleja cuya
manifestación más evidente es una desaceleración en el crecimiento
[económico]”.
“Situación compleja” `porque, para el vigente sistema
el crecimiento económico es un fin en sí mismo¸ es como un dios al que hay que
tener contento por encima de todo y de todos. Son múltiples las noticias que
nos hablan del crecimiento económico y es el único tema del que, después de la
crisis, ha mencionado el FMI.
¿De qué manera puede afectar al bienestar de los
ciudadanos esa desaceleración del crecimiento económico? Según la teoría de la filtración o teoría de
la permeabilidad, los beneficios del crecimiento económico, en algún momento,
se filtran y llegan a la capa social más baja, es decir, a los pobres. Sin
embargo, afirma el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz “la economía de la
filtración nunca fue mucho más que una creencia, un artículo de fe”. El
crecimiento económico siempre ha sido bueno para las élites, pero nunca ha
aumentado el bienestar de las clases sociales más bajas.
Algo que no siempre se explica con detalle es que, en
la actualidad, el parámetro utilizado para medir el crecimiento económico de un
país en su Producto Interior Bruto (PIB). En palabras de Jeremy Rifkin (La civilización empática. La carrera hacia una conciencia global en un mundo en crisis, 2010:
538) “El problema del PIB es que únicamente mide que valor total de la suma de
bienes y servicios generados durante un periodo de doce meses, pero no
distingue entre aquellas actividades económicas que realmente mejoran la
calidad de la sociedad y aquellas negativas que empeoran dicho estándar”, por
ejemplo, entran en el PIB los gastos
militares. En su libro Libres. Ciudadanas del mundo (2004:327)
compara los gastos en armas con el dinero necesario para satisfacer las necesidades
básicas de muchas personas y llega a la siguiente conclusión: “La estimación aproximada del coste de la
provisión de agua potable y sanidad para los seres humanos y para otras
especies animales es de veinte mil millones de dólares: menos que el gasto
correspondiente en armamento durante quince días; sin embargo, la mitad de la
población del planeta carece de tales recursos”. A la misma conclusión han llegado
muchos otros estudiosos preocupados por el tema. Antes al contrario, pues para
elevar el valor del PIB de un país es necesario aumentar el consumo interno y externo
(exportación) que en un entorno competitivo, lleva al ciudadano a lo que se
llama “modo de vida esclavo”, “trabajar más, ganar menos y consumir el máximo
posible”.
Por otra parte, el crecimiento económico genera
agresiones medioambientales que, en muchos casos, son irreversibles y que
provocan el agotamiento de recursos que no van a estar a disposición de las
generaciones venideras. No se puede perseguir un crecimiento económico ilimitado
en un planeta cerrado, es decir, con recursos limitados. Sin embargo, en la
“nave espacial Tierra” que habitamos, no
hay límites para el desarrollo humano.
Por suerte, es muy probable que al calcular el
crecimiento económico las élites no hayan tenido en cuenta el número de
ciudadanos que son decrecentistas, el aumento del número de comunidades de transición,
o el impulso que últimamente está adquiriendo la economía colaborativa. Según
Jeremy Rifkin, en su libro La sociedad de
coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el
eclipse del capitalismo (2014), “es probable que en los próximos decenios el
papel del PIB como indicador de la economía se vaya reduciendo a medida que la
economía colaborativa vaya cobrando impulso en todo el mundo. A todos nos urge
que este nuevo paradigma económico –la economía colaborativa- eclipse
rápidamente al capitalismo; nos urge crear un índice de prosperidad que tenga
en cuenta la característica de sistema cerrado del planeta en que vivimos y
crear, como he dicho varias veces, una economía global más justa, más
humanizada y sostenible para todos los seres humanos que habitarán la Tierra en
el futuro”. Todo depende de los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario