Mientras que la propiedad privada es
la característica que mejor define el capitalismo, la mejor manera de definir
la economía colaborativa es su carácter distributivo y colaborativo, compartir
en lugar de competir.
El trueque de bienes y el intercambio
de servicios no constituye de por sí nada nuevo. Han sido los adelantos en las
técnicas de la información y de la
comunicación, la cultura digital y la conectividad permanente, las que han
permitido el despegue de la economía colaborativa. Las redes de conexión se han
hecho más rápidas y efectivas. Internet ha permitido que millones de personas
hallaran a otras con las que compartir cualquier bien o servicio. Así nació la
economía del compartir y colaborar, en la que el capital social es más
importante que el capital del dinero.
El capitalismo con su obsesión por el
crecimiento económico no soporta que un producto sea usado por más de un
individuo. Para aumentar el PIB, mejor que cada uno tenga el suyo, mejor que
está guardado en un almacén sin que nadie lo utilice, o que, después de
utilizarlo una vez, lo tire a la basura y compre uno nuevo en caso necesario.
Se consigue así un mundo artificialmente escaso para una gran parte de la
población y absurdamente abundante para otros.
Compartir representa lo mejor de la
naturaleza humana, mientras que el modelo sociológico de elección racional,
defendido por el imperante sistema económico-social, no es acorde con los
resultados obtenidos en los experimentos de psicología y neurociencia.
¿En qué medida es probable que la
economía colaborativa altere el convencional sistema de mercado? Algunos
piensan que, hoy por hoy, la economía colaborativa es una esperanza, aunque en
el are se percibe la indudable sensación de que a la larga altere el
convencional sistema de mercado. Jeremy Rifking, como ya he indicado, uno de
los pensadores sociales más célebres de nuestra época, en su libro La sociedad de coste marginal cero. El
internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse les capitalismo
(2014: 314) indica que en 2011, la revista Time
incluyó el consumo colaborativo entre sus “diez ideas que cambiarán el mundo”,
y añade que la economía colaborativa “tiene
el potencial de acabar con el mercado capitalista global mucho antes de
lo que creen muchos economistas a causa de lo que Ulmair Haque llama ‘el efecto
del 10%’. Según Haque la economía colaborativa tendrá un impacto ‘letal’
cuando llegue a un umbral de aceptación mucho más bajo de lo que se piensa debido a su capacidad
para reducir unos márgenes de beneficios que ya son peligrosamente bajos para
muchos sectores de la economía.”
Umair Haque es autor del libro El nuevo manifiesto capitalista. Una apuesta
por un capitalismo constructivo (2011, Ed. Deusto); en él Haque sostiene
que las empresas ya no pueden funcionar con un arcaico paradigma del crecimiento
a corto plazo, la competencia y los modelos de negocios heredados de generaciones.
Sostiene que las empresas deben colaborar al bienestar de la sociedad en su
conjunto. Haque ha sido incluido como uno de los cincuentas pensadores más
influyentes de la actualidad en la reputada lista Thinkers50.
Otra iniciativa que intenta sustituir al capitalismo, eclipsar al capitalismo,
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