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viernes, 17 de abril de 2020

No es sano


Ante los  muchos proyectos de investigación, prácticamente todos ellos públicos, que están trabajando para encontrar vacunas o tratamientos que hagan frente al COVID-19, una treintena de organizaciones se han unido para reclamar al Gobierno, en una carta abierta impulsada por "No es Sano", que adopte medidas que salvaguarden toda esa inversión pública. Piden que, cuando los resultados de la investigación pasen de las institucones públicas a las compañías privadas -para que desarrollen y comercialicen los tratamientos- se garanticen unos precios justos. 
A continuación, una copia de la carta abierta, enviada al Gobierno el día 15 de abril de 2020. 

Exmo. Sr. Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón, Presidente del Gobierno,
Exma. Sra. Doña Carmen Calvo Poyato, Vicepresidenta primera y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática,
Excmo. Sr. Don Pablo Iglesias, Vicepresidente segundo del Gobierno,
Exmo. Sr. Don Salvador Illa Roca, Ministro de Sanidad,
Exmo. Sr. Don Pedro Francisco Duque Duque, Ministro de Ciencia e Innovación.

La pandemia ocasinada por el COVID-19 ha puesto al límite un Sistema Nacional de Salud (SNS) cuya respuesta a las necesidades de la población resulta fundamental.
Necesitamos un sistema sanitario público fuerte con la Atención Primaria como base, sobre el que no pesen ni recortes ni restricciones, que permita  responder a las necesisades de la población y en el que el personal sanitario cuente con los recursos necesaros para que los pacientes puedan recibir la atención requerida en cada momento y estar bien preparados para abordar emergencias sanitarias.
Recuperemos una sanidad universal que llegue a todas las personas porque el virus no entiende ni de lugar de residencia ni de procedencia. Las pandemias y epidemias son problemas de salud pública que afectan a toda la comunidad, sobre todo a las personas más vulnerables, y desde la atención sanitaria universal deben ser resueltas. Por ello, para hacer efectivo el derecho a la salud no podemos dejar a nadie atrás y debemos asegurar la mejor atención, así como materiales, tecnologías sanitarias y medicamentos accesibles, eficaces y seguros y a un precio que garantice su asequibilidad
En la innvación está también la clave, tanto en lo que se refiere a la prevención a través de las vacunas, como en el desarrollo de los medicamentos que van a tratar la efermedad. Las agencias de investigación deben de responder a las necesidades en salud de la población y no solo a la rentabilidad. La COVID-19 es un ejemplo de lo necesaria que es la investigación en enfermedades infecciosas y bacterianas, y en salud pública y comunitaria, entre otras. Por ello, resulta urgente evitar la excesiva concentración de los recursos en unas pocas enfermedades e incrementar la financiación en una I+D biomédica diversificada y reequilibrada, que cuente con ensayos clínicos independientes de la industria, apostando por la innovación impulsada en el espacio público y reconociendo sus aportaciones económicas y de recursos humanos en cualquier colaboración que se lleve a cabo. Son muchas las iniciativas de investigación que se están impulsando a escala global, desde Europa y también en España, para desarrollar vacunas, medicamentos y diagnósticos lo antes posible.
 El acceso a todas las personas que lo necesitan tiene que estar asegurado. Esto solo se consigue evitando los monopolios y la exclusividad de las licencas en caso de transferirse un medicamento al sector privado. Además, se deben impulsar otras medidas socialmente responsables que salvaguarden el interés general, la asequibilidad y el precio justo de los productos.
En este contexto, la buena gobernanza, la transparencia y la rendición de cuentas serán más que nunca el mejor instrumento para asegurar la mejor toma de decisiones basada en las evidencias clínicas, los costes de desarrollo y producción, la seguridad y la eficacia de los medicamentos y tecnologías sanitarias que se pongan a disposición de la población. Esto incluye garantizar los abastecimientos de los medicamentos y asegurarlos recurriendo a las licencias obligatorias recogidas entre las flexibilidades de los acuerdos ADPIC.
De esta experiencia hemos aprendido lo necesario que es invertir en salud y las repercusiones que tiene tensionar nuestro sanitario tanto en términos de recursos como humanos. esto no puede volver a ocurrir, pero la buena noticia es que contamos con todo lo necesario para seguir siendo uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo.

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