No voy a comentar, a pesar de su importancia, las razones por las cuales ese sindicato indica que esos filósofos, a los que califica de "filósofos blancos", sean estudiados únicamente si el alumno lo solicita y siempre poniendo su pensamiento "en el contexto".
Ahora prefiero detenerme en lo que dice Marirrodriga acerca del papel "crucial [de la universidad] para conformar la sociedad de los próximos años". Según él, resulta paradójico que en una universidad -que supone es, entre otras cosas, el lugar donde todas las ideas fluyen, se confrontan y permiten el surgimiento de otras nuevas- haya quien prohíba mostrar ideas que, gusten o no, han conformado el mundo en que vivimos", Más tarde, califica la universidad de "último reducto de pensamiento libre y reflexivo".
La universidad, cualquier universidad, no debe ser ajena a ninguna de las culturas que han conformado el mundo actual, a pesar de los errores cometidos por alguna de ellas. En estos momentos, precisamente como último reducto de pensamiento libre y reflexivo, la universidad no debe ser ajena al retroceso que ha tenido lugar en el proceso de humanización.
Porque el proceso de humanización es el proceso que permite la transformación del Hombre en Ser Humano. a través de este proceso se han ido estructurando las manifestaciones intelectuales, afectivas, sociales del ser humano, construyendo lo que denominamos conciencia humana. Este proceso nos va separando cada vez más del resto de las especies animales y vegetales con las cuales compartimos nuestro mundo. El concepto se refiere a un ser que, a diferencia de los restantes seres vivos, ha logrado desarrollar sentimientos conscientes y manejables, entre los que destacan la solidaridad, el amor al prójimo, la empatía, el compromiso con determinadas causas, etc. Si bien el ser humano también tiene elementos negativos en su esencia, todos ellos son exclusivos de él, y ni los otros animales ni las plantas pueden desarrollarlos consciente y racionalmente.
La actual globalización ha abandonado el "progreso civilizatorio" o "progreso en humanización" en manos de intereses económicos y no se ha ocupado en observar que estaba teniendo lugar un importante "paso hacia atrás" en el proceso de humanización, hasta tal punto que, ahora, nos encontramos en una cultura claramente inhumana. En la actualidad, consciente y racionalmente, se están incrementando los elementos negativos. Es misión de la universidad colaborar, no solo en recuperar la humanidad perdida, sino en avanzar en el proceso de humanización.
Quizás entonces el sindicato de estudiantes de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos abandone sus actuales exigencias.
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