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viernes, 22 de junio de 2018

La ética de la globalización



Peter Singer, en la actualidad, catedrático de Bioética en la Universidad de Princeton, es autor, entre otros, de un libro titulado Un solo mundo. La ética de la globalización (2003) Dada la situación en que, en estos momentos, se encuentra el mundo me parece interesante y oportuno comentar su contenido.
La globalización, por una parte, debido a  las tecnologías de la información y comunicación y, por otra a al libre movimiento de empresas transnacionales y capitales, han convertido al planeta Tierra en una aldea y a la humanidad en una sola familia. En ese contexto, Peter Singer se pregunta en “qué medida deben los líderes políticos ver su tarea de forma estrecha, es decir, en términos de promover el interés de sus ciudadanos y en qué medida debería preocuparse por el bienestar de la gente de cualquier parte del mundo”. Como contestación, señala algo que perfectamente podría atribuirse a Donald Trump. “Romano Prodi, a la sazón Presidente de la Comisión Europea y antiguo primer ministro de Italia, respondió a la estrategia de presidente George W.  Bush de que si se quiere ser un líder mundial hay que saber cómo cuidar todo el planeta y no solo de la industria norteamericana. Peter Singer va más allá e indica que los líderes de las naciones más pequeñas también tienen que tener en cuenta todo el planeta; en contextos como el calentamiento global, los acuerdos comerciales, el tratamiento de los refugiados y la ayuda exterior, todos los líderes deben estar preparados para tener en cuenta a los de fuera. Por ejemplo, en el caso del cambio climático, el líder de una nación no puede decir que no hará nada porque lo primero que hay que pensar es en sus ciudadanos, porque, en el actual contexto, puede perjudicar seriamente a ciudadanos de naciones que no contribuyen en nada al cambio climático.    
Hasta aquí solo se refiere a los líderes políticos, pero en el caso de gobiernos democráticos ello significa que todos los ciudadanos deben tener en cuenta de qué forma cualquier decisión repercute en los ciudadanos de otros países.  “El valor de la vida de un ser humano inocente no varía según su nacionalidad”.
“Necesitamos –dice Peter Singer- la sensación de que realmente somos una única comunidad,  que somos personas que no solo reconocen la fuerza legal de las prohibiciones de matarnos unos a otros, sino también la importancia de ayudarnos unos a otros”.
Según este profesor, “hemos vivido durante tanto tiempo con la  idea de los Estados-nación soberanos que estos han pasado a formar parte del acervo no solo de la diplomacia y la política pública, sino también de la ética. En el término globalización, más allá que en el antiguo de internacionalización, está implícita la idea de que nos estamos moviendo más allá de una era de lazos crecientes entre naciones y estamos comenzando a contemplar algo que supera la concepción existente de Estado-nación. Pero este cambio necesita reflejarse en todos los niveles de nuestro pensamiento, y especialmente en nuestras reflexiones éticas”.  No hay que olvidar que un orden global no es lo mismo que un orden internacional.
Según Gareth Evans, presidente del Grupo para las Crisis internacionales, ex ministro australiano de Asuntos Exteriores, “Peter Singer escriba, como siempre, con lucidez y con una lógica sin concesiones. Hacer que los Estados se comporten de forma ética es una aspiración heroica, pero este libro obligará a reflexionar incluso al realista más obstinado”.

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