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jueves, 28 de junio de 2018

Mortalidad evitable



"Mortalidad evitable" es el título de un trabajo periodístico, publicado en El País del 25 de junio de 2018, que gira alrededor de número de personas que fallece por la polución en las ciudades.  Entre 2000 y 2009, “la contaminación (atmosférica) ha provocado 93.000 muertes prematuras, el 3% de todos los fallecimientos  y ocho veces más que los accidentes  de tráfico.
¿Por qué un genocidio de tal magnitud permanece impune? ¿Por qué no ha disminuido nada la propaganda  en alguno de los medios de comunicación de masas?
La propaganda es una forma de comunicación que tiene por objetivo influir en la actitud de una comunidad respecto alguna causa y posición, presentando solamente un lado  o aspecto de un argumento. Medios de información de masas contaminados por la propaganda. De modo opuesto al suministro de información libre e imparcial, la propaganda, en su sentido más  básico, presenta información parcial y sesgada, con el deseo  de cambiar la actitud de una audiencia determinada acerca de asuntos políticos, religiosos o comerciales.
De eso saben mucho los medios de comunicación de masas que pertenecen a alguna de las grandes corporaciones, grandes empresas.  
En el prólogo al  libro de David Edwards y David Cromwell, Los guardianes del poder. El mito de la prensa progresista (2011, Navarra, ed, Txalaparta), Pascual Serrano escribe: “Una premisa que no debemos olvidar nunca: las empresas privadas están obligadas por ley a maximizar los beneficios de sus accionistas.  La ley prohíbe a los directivos y administradores del dinero ajeno llevar a cabo, en el marco de su empresa, cualquier actividad (como apoyar a los trabajadores, cuidar del medio ambiente, trabajar en pos de la resolución de un conflicto bélico o  defender  los Derechos Humanos de una minoría) si pudiera afectar negativamente a la cuenta de resultados de la corporación empresarial. Por lo tanto, los principios éticos y morales son incompatibles con el espirito del mercado. Es a partir de esta regla cuando podemos empezar a comprender donde nos están llevando  los medios de comunicación, propiedad de grandes empresas privadas. […] ¿Y por dónde empezamos? Yo diría que recordando las primeras líneas donde explicábamos que el capitalismo es una empresa incompatible con la compasión. Ya tenemos el primer objetivo al que combatir para recuperar el buen periodismo”.   
Como dicen  Noam Chomsky, lingüista, profesor emérito en el MIT y activista, y   Edward S. Herman, economista y analista de medios de comunicación estadounidense, en el libro  Manufacturing Consent. The Political Economy of the Mass Media (1988, traducida al español en 1990, 6 ediciones, con el título Los guardianes de la libertad), indican que “el marketing  sus técnicas no autorizan el asesinato no pueden justificar las matanzas”.(Extraído de la columna periodística de José Vidal-Beneyto, “Cuénteme un cuento / y 3” publicada en  El País del  16 de febrero de 2008).                                                       
En cuanto a lo que indica Pascual Serrano, debo señalar que estoy de acuerdo con él  en que en el sistema económico-social en el que nos movemos, el objetivo final de la empresa privada (gran empresa o corporación) es maximizar los beneficios de sus accionistas y también es cierto que ignora la ética, pero no me parece adecuado decir “por ley”, porque eso significa ignorar la existencia de empresas sociales y prensa independiente.  

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