Según
el director de la FAO, distintos estudios han puesto de manifiesto que todos
los pueblos pueden alcanzar la soberanía alimentaria mediante la práctica de
una agricultura sostenible que gire alrededor de pequeñas y medianas
explotaciones y que sea respetuosa con las diversas culturas de cada pueblo.
Sin
embargo, la globalización del actual sistema económico, auspiciado por las
grandes empresas multinacionales, hace imposible el acceso a una nutrición sana
y suficiente por gran parte de los seres humanos, que se ven obligados a migrar. A
continuación, algunos datos que ponen de manifiesto esa imposibilidad.
-
Robo de suelos fértiles. Aprovechando que los agricultores de los países subdesarrollados
carecen de títulos de propiedad que acrediten que los suelos que labran son
suyos, empresas de los países desarrollados se apropian de ellos y les dejan sin posibilidad de
cultivar los alimentos que necesitan.
Las
grandes empresas multinacionales agroindustriales como todas las empresas de
este tipo solo piensan en las ganancias económicas. A corto plazo, pueden
obtener grandes beneficios, sustituyendo la producción de alimentos por otros
cultivos que les proporcionan mayores ganancias económicas.
- Especulación financiera. Los alimentos se han convertido en un instrumento financiero más. "Sin reparo, Wall Street se ha metido a granjero". "El hambre cotiza en Bolsa". El precio de los alimentos se determina en la Bolsa de Valores. La especulación alimentaria ha sido identificada como la principal causa de las recientes crisis alimentarias en las que millones de personas en el mundo han muerto de hambre.
- Organización Mundial de Comercio (OMC), Acuerdo sobre Agricultura. Los países ricos, dominados por los lobbies de las empresas multinacionales, han demostrado que no tienen -han tenido- ningún reparo en obrar en contra de lo que ellos establecieron en los Estatutos de la OMC. Es lo que el Premio Nobel de Economía, Joseph E. Stiglitz, en su libro La gran brecha. Qué hacer con las desigualdades (2015:305), llama "hipocresía de los países industriales más avanzados". "Predicaron a los países en desarrollo para que no subsidiaran a sus industrias, pero ellos siguieron derramando milles de millones en subsidios a sus agricultores, haciendo imposible que los países en desarrollo pudieran competir". Miles de agricultores de los países en desarrollo tuvieron que abandonar los campos de cultivo y buscar cómo ganar dinero en la ciudad.
Paul Collier, director del Centro de Estudios de Eonomías Africanas, en su libro El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo (2009), señala que la política comercial de los países ricos es en parte culpable de la existencia del "club de la miseria"; una política que, mediante subvenciones, hace que sus grandes empresas agroindustriales puedan exportar por debajo del precio de coste. En palabras de Collier (2009:261)), "es una estupidez proporcionar ayuda con el fin de promover el desarrollo para después adoptar políticasvcomerciales que lo impiden".
En conclusión. Los migrantes que llegan a nuestras costas han sido expulsados de sus países por nosotros.
Paul Collier, director del Centro de Estudios de Eonomías Africanas, en su libro El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo (2009), señala que la política comercial de los países ricos es en parte culpable de la existencia del "club de la miseria"; una política que, mediante subvenciones, hace que sus grandes empresas agroindustriales puedan exportar por debajo del precio de coste. En palabras de Collier (2009:261)), "es una estupidez proporcionar ayuda con el fin de promover el desarrollo para después adoptar políticasvcomerciales que lo impiden".
En conclusión. Los migrantes que llegan a nuestras costas han sido expulsados de sus países por nosotros.
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