He leído en el periódico El
País una noticia titulada “La lucha
contra el CO2 en
el transporte divide a Europa”. El CO2, dióxido de carbono, es el gas de
efecto invernadero que más contribuye al calentamiento global de larga duración
y dada la extrema importancia que tiene
el cambio climático, me he considero
oportuno comentar el contenido de esa noticia.
La noticia empieza diciendo: “Europa afronta dividida una de
las batallas cruciales en la lucha contra el cambio climático: eliminar el
dióxido de carbono (CO2) del transporte por carretera, que acumula cerca de un cuarto de las
emisiones de la UE”.
¿Qué es el cambio climático? Se está hablando tanto de él que
probablemente diga lo que ya todos ustedes saben. Perdonen, pero es que
“adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”
es uno de los 17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) aprobados el 25 de septiembre de 2015 por los 195 miembros de
Naciones Unidas. Una muestra de la importancia del fenómeno del cambio
climático para llegar a un mundo sostenible es el hecho de que en la colección
de 11 libros que presentado el periódico El
País y la FAO sobre “El estado del planeta”, el número 2 estaba dedicado al
cambio climático. ¿Es a irreversible? ¿Qué podemos hacer?
“Si, con nuestras acciones, provocamos alteraciones graves en
el clima o en otro aspectos de su funcionamiento, seremos nosotros quienes
suframos las consecuencias. Ellos, el planeta y sus océanos, de una forma u
otra, seguirán aquí. En realidad somos nosotros, los humanos, quienes
estaríamos en riesgo de desaparecer. […] Estamos configurando un clima en el
que no podremos seguir viviendo. O al menos, no como lo hemos hecho hasta
ahora”. En el fondo lo que está en juego es el futuro de nuestros hijos y el de
los suyos.
Expuestas, muy brevemente, las consecuencias del cambio
climático, vuelvo a la noticia. ”La ambición
en la lucha contra el calentamiento global de Alemania –que durante las
negociaciones previas al Acuerdo de París de 2015 formó un bloque de presión
con los EE. UUU. de Barack Obama y la China de Xi-Jinpink- se ha desdibujado. Y
ahora lidera el bloque de países de la EU que quieren ralentizar el proceso de
recortes de emisiones de CO2 (el principal gas de efecto invernadero) del transporte por carretera por
el temor de dañar a la industria automovilística”. ¿Se merece la industria
automovilística ese temor? Sin duda, no. La industria automovilista se destaca
por la multitud de trampas, de todo tipo, que ha hecho para ocultar la magnitud
y composición de las emisiones emitidas por los coches que sacan a la venta. Además
del caso de Volkswagen, la respuesta del sector ante el número de muertes
debidas a la contaminación atmosférica y el acuerdo entre varias compañias para
no aplicar tecnologías que permitían reducir las emisiones, hoy mismo nos
enteramos que “la policía registra las oficias de Opel por el fraude del diésel”.
Ese fraude es el protagonizado por Volkwagen hace unos años.
Otra excusa del Gobierno de Angela Merkel es la pérdida de
puestos de trabajo. No entiendo el cambio de actitud de Alemania. ¿Cuándo
puestos de trabajo se perderán debido a la inteligencia artificial?
Eurpnews, en una noticia tituada "Urge limitar el calentamiento global a 1,5ºC", informaba que el 13 de octubre miles de manifestantes habían salido "a las calles de París presionando al gobierno francés y a la comunidad internacional para exigir más políticas contra el cambio climático. Unas movilizaciones que también se han convocado en Ginebra y Bruselas". Además se decía: "Necesitamos una transición global con respecto a cómo nos desplazamos, producimos, consumismos y comemos. Desde la energía a la planificación urbana y agrícola para reducir las emisiones". Se está demostrando que solo los ciudadanos podrán hacer efectiva podrán hacer efectiva esa transición.
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