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lunes, 6 de mayo de 2019

Elecciones generales


En mi última “entrada” me referí a un artículo del economista Santiago Carbó ”Y ahora los mercados” (El País, 29 de abril), en el que citaba varias veces a “los mercados”, una de ellas refiriéndose al posible coalición del PSOE con Podemos y los independentistas. Por otra parte, un día antes, también, en  El País,   se publicó  un artículo,  “Sin colchones para la ralentización” que considero oportuno comentar, porque después de indicar que “ningún partido propone medidas para bajar el déficit y la deuda, tal como instan los organismos internaciones” y, después de pasar revista a las promesas que cada partido ha realizado durante la campaña, que en su último párrafo vuelve a citar a los mercados. “Pero para las reformas se precisa tiempo e importa mucho la letra pequeña, Y, sobre todo se necesitan consensos. De lo contrario, se tendrían que hacer a prisa y obligados porque, bajo la presión de los mercados, no se pueda financiar el Estado de Bienestar”.
Con estos antecedentes, busqué algún libro que hablase de los mercados.
Me pareció interesante lo que dice Joaquín Estefanía, licenciado en Ciencias Económicas y ciencias de la Información, durante unos años director de El País, en su libro La mano invisible. El gobierno del mundo (2006:96, Santillana Ediciones Generales). “Para qué votar, para que participar si lo  mas importante -la política- esta predeterminado por uno poderes aleatorios -los mercados- que pueden llegar a eliminar la capacidad de soberanía de un país entero”. “El mercado global va suplantado al poder tradicional de los Estados”. Estefanía señala que el tantos años gobernador del Banco de España, el economista Luis Ángel Rojo “uno de los protagonistas de las políticas económicas aplicadas en España en el último siglo, lo ha explicado de modo nítido en una conferencia”.     “Ha habido un desplazamiento del poder desde los gobiernos a los mercados, cuya consecuencia es una pérdida de autonomía de las autoridades nacionales en la elaboración de la política económica”.
A continuación, Joaquín Estefanía señala: “A la globalización le corresponde un desplazamiento del poder. Ha habido otros momentos de la historia en los que han avanzado las tendencias mundializadoras; lo que diferencia otros procesos mundializadores del que estamos viviendo es la libertad absoluta de los movimientos de capitales, y lo amplios que son éstos.” Son movimientos de dinero que “no equivalen a intercambios de mercancías, servicios ni inversiones productivas. Son mera especulación cambiaría. Van buscando hasta las mínimas oscilaciones de las monedas para enriquecerse”.   La globalización de hoy es, ante todo, financiera.
Dos  de los ejemplos descritos por Estefanía, los dos tuvieron lugar en Brasil, el país con más desigualdad del mundo.
1.                  El 1 de enero de 1999 tomó posesión por segunda vez de su cargo como presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, el antecesor de Lula, en su discurso de investidura afirmó desafiante: “No seré el gestor de la crisis. El pueblo me ha elegido para vencer”. Apenas 15 días después, los mercados derrumbaban su proyecto mediante un formidable ataque especulativo que conseguía una muy fuerte devaluación del real, la moneda brasileña.   
2.                  Lula da Silva gano las elecciones y en su primer discurso estableció la prioridad de prioridades: “Si al final de mi mandato todos los brasileños tuvieran la posibilidad de desayunar, almorzar y cenar habré cumplido la misión de mi vida”.  En España, el humorista Forges publicó un dibujo en el que uno de los personajes decía tal frase y otro, siniestro y en la sombra, sentenciaba  “A por él”.
El euro es una moneda fuerte, no creo que eso pueda suceder en España. No entiendo por qué se mencionan “los mercados” en esas noticias: publicadas una, un día antes y otr, un día después de las elecciones.

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