En su discurso de ingreso en la Real Academia de la
Lengua Española (año 1973), Miguel Delibes señaló la angustia que experimentaba
por el futuro de una Tierra sometida a una intensa explotación a causa de las
exigencias de la era tecnológica. Demostración de esa angustia, es el libro que
escribió, más de treinta años después en colaboración con su hijo, el eminente
biólogo, Miguel Delibes de Castro, La Tierra herida ¿Qué mundo heredarán
nuestros hijos? (2005, ed. Destino para Círculo de Lectores) En este libro, se analizan en profundidad las
principales cuestiones climáticas y ecológicas que están en el centro de los problemas
actuales, desde un gran rigor científico y una gran sensibilidad.
Hablando del cambio climático Miguel Delibes-hijo
indica que “los ciudadanos tenemos que desempeñar un papel importante forzando
a las empresas y a los gobernantes a cambiar. Si no lo hacemos, ocurrirá lo que
ya está ocurriendo, que unos por otros dejaremos la casa sin barrer”.
Unas líneas más tarde a la pregunta de su padre
acerca de si “en este conflicto no hay intereses egoístas, problemas éticos?”.
Miguel Delibes-hijo, contesta: ”Hay intereses poderosos y bien conocidos detrás
de los que pretenden que las cosas sigan igual.[…] El lobby
más poderoso de aquel país –los Estados Unidos-, hoy por hoy, es el de las
empresas del petróleo y el gas. […] Este lobby
capaz de encender guerras, de sufragar gastos militares para garantizarse el
petróleo de Oriente Próximo a mayor precio del que cuesta el propio petróleo,
de proponer la descatalogación del refugio natural más importante de Alaska
para explotar sus yacimientos de crudo, ¿cómo va a ratificar el Protocolo de
Kioto? ¿De verdad podemos creer que le preocupa más el futuro de la humanidad
que sus propios intereses?”. Como ejemplo: “En abril de 2002, el director desde
hace años del Grupo de Expertos de la ONU sobre cambio climático, el doctor
Watson, representante de Estados Unidos y sinceramente preocupado por su
misión, fue cesado tras una fuerte campaña diplomática en su contra. Poco antes
se había filtrado un informe de varias empresas petroleras que proponían a la
administración de Bush la estrategia a seguir para conseguir que Watson fuera
sustituido por otra persona más amistosa”.
A continuación, Miguel Delibes-hijo indica: “Suele
atribuirse el desinterés por el futuro de medioambiente a la ausencia de una
ética intergeneracional. En otras palabras, se supone que, aunque casi nunca lo
hagamos, deberíamos adoptar las decisiones de hoy teniendo en cuenta las
condiciones en que vamos a dejar el mundo para los hombres de mañana.
Probablemente, sin embargo, este discurso se ha quedado, al menos en parte,
anticuado, puesto que las decisiones de hoy ya están haciendo sufrir a las generaciones de hoy. Ya estamos
purgando nuestros pecados. No hay que discutir, por tanto, los pros y los
contras de una ética intergeneracional aparentemente contrapuesta a otra ética
intrageneracional. Hay que hablar solo de ética, para todos y para todo
tiempo”.
Sin embargo, ante la aparente poca preocupación por
los graves problemas con que van a enfrentarse nuestros hijos a causa de algo
que hemos realizado nosotros y, sobre todo, por los reproches de los jóvenes,
han empezado a proliferar los textos sobre
la ética intergeneracional. A continuación, solo un ejemplo.
En https://www.efeverde.com/blog/creadoresdeopinion/juventud-clima-responsabilidad-intergeneracional/,
el 13 de marzo de 2019 Jesús Marcos
Gamero publicó un artículo “¿Qué les importa más a los jubilados, sus pensiones
o el cambio climático?, al que pertenecen los siguientes párrafos: “El
colectivo de mayores y pensionistas está muy movilizado debido a las dudas que
se ciernen sobre el futuro y sostenibilidad del sistema de pensiones. Pero,
¿qué responsabilidad tienen ante el cambio climático y las generaciones más
jóvenes, estos mayores que de forma justa se manifiestan por el mantenimiento y
mejora de sus pensiones?
A la larga,
¿que será más importante para ellos? ¿El poder disfrutar de una pensión digna
hasta el resto de sus días, o pensar que sus descendientes van a poder disfrutar
de un entorno y unas condiciones de vida adecuadas?
Nuestros mayores no pueden limitar sus demandas al futuro de sus pensiones, ni dejar para los más jóvenes la gestión de un problema que se entiende que les va a
afectar en menor medida a su tiempo vital. Sería una forma moralmente
repudiable de eludir y postergar una responsabilidad que evidentemente recae en
mayor medida sobre los más mayores que sobre los jóvenes. Además, eludir esa
responsabilidad intergeneracional sería una forma de ignorar el problema del
cambio climático”.
Los despreciaba, porque pudiendo hacer tanto
se atrevieron tan poco
Albert Camus
No hay comentarios:
Publicar un comentario