La OMC (Organización Mundial de Comercio), la
institución que fija las normas para el comercio global, no pasa por su mejor
momento. Atascada desde años en la Ronda de Doha, cuestionada por muchos de sus
miembros, se enfrenta ahora a los embates del presidente
estadounidense. La crisis actual es
tan grave que podía llevarla a desaparecer.
Según una noticia aparecida en El País (10 de junio de 2019), “la Unión Europea va a salir al
rescate de la Organización Mundial de Comercio, amenazada por el sabotaje de
EE.UU. Bruselas ha lanzado una iniciativa internacional para establecer una vía
de arbitraje alternativa que evite al final de año el colapso de la OMC si la
administración de Donald Trump mantiene el actual bloqueo del organismo. El
documento elaborado por la UE, al que ha tenido acceso EL PAÍS, afirma con
rotundidad la voluntad de preservar los
principios y rasgos esenciales del sistema de resolución de conflictos de la
OMC. El nuevo sistema será un reflejo exacto de la institución con sede en
Ginebra”.
Desde mi punto de vista la UE debería aprovechar esta
situación para corregir los defectos que tiene la antigua OMC. Defectos denunciados por múltiples organizaciones
y especialistas en la materia. La UE debe de dar ejemplo de buen hacer y
corregir esos defectos.
Un defecto es la relación entre la OMC y la
Declaración de los Derechos Humanos. “La
subcomisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas reaccionó oficialmente ante
el Director de la OMC para recordarle la primacía de los derechos humanos sobre
las políticas y programas económicos” (Susan George, Pongamos a la OMC en su sitio, 2002, 39). Pero el Director de la
OMC no consideró oportuno atender ninguna de estas recomendaciones. La OMC siempre ha obrado como si nunca se
hubieran firmado, no solo la Declaración Universal de Derechos Humanos, sino
también la Convención de la Esclavitud o la Convención sobre los Derechos del Niño. Ahí se encuentra los orígenes de la actual
explotación infantil. Sin ninguna
cortapisa las empresas multinacionales
optan por el sistema de contratación más barato: los niños. Para la OMC los derechos humanos son una mercancía:
solo podrá disfrutar de ellos quienes tengan dinero. Acuerdo General sobre el
Comercio de Servicios, AGCS.
Para la OMC, también son mercancía los bienes comunes
de la Humanidad. Esta decisión nos está
conduciendo al abismo.
Muy controvertido el Acuerdo sobre Agricultura. Este tema fue tratado en Ronda de Doha,
iniciada en 2001. Los países en
desarrollo trataban de obtener un acceso libre de obstáculos para sus productos
agrícolas. Esto significaba que los países desarrollados deberían eliminar, o
reducir en forma significativa, la protección que da a su agricultura por la
vía de subsidios directos a los agricultores o subsidios a las exportaciones.
Esta ahora estas negociaciones han fracasado.
Paul Collier, catedrático de economía y policía pública, director del
Centro para el Estudio de las Economías Africanas, en su libro El club de la miseria. Qué falla en los
países más pobres del mundo (2009), apunta que la política comercial de los
países ricos es, en parte, culpable de la existencia del “club de la
miseria”. En palabras de Collier
(2009:261), “como todos sabemos, la política comercial de la OCDE presenta
algunos aspectos indefendibles […] es una estupidez proporcionar ayuda con el
fin de promover el desarrollo para después adoptar políticas comerciales que lo
impiden”.
Jeremy Rifkin en su libro La sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el
procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo (2014:235), hablando de
las manifestaciones contra la OMC que tuvieron lugar en Seattle en 1999, señala
lo que lo que publicó al día siguiente The
independent.
La forma en la que [la OMC] hace uso
de [su] poder está dando pábulo a la sospecha cada vez más extendida de que sus
siglas [en inglés WTO] significan World Take Over [dominio o control del
mundo]. En una serie de resoluciones ha rechazado medidas para ayudar a los
pobres del mundo y para proteger el medio ambiente y la sanidad, en beneficio
de empresas privadas.
La UE debe saber que la solidaridad llevada a las
relaciones comerciales puede hacer que el comercio internacional sea realmente
un instrumento de progreso económico y humano para todos los países del mundo. La
teoría de los juegos, un área de la matemática aplicada que se ha convertido en
una herramienta muy importante para la economía. En relación con el comercio
internacional considera imprescindible el “modelo de juegos de suma no cero”,
juegos donde todos ganan o todos pierden, dependiendo de que jueguen bien o
mal, como sucede en el juego que practican los jugadores de un mismo equipo.
Robert Wrigh, periodista y prolífico autor de best sellers sobre ciencia, psicología evolutiva, historia,
religión y teoría de juegos, en una conferencia, El mal en el animal humano, pronunciada en la Ciudad de las Ideas,
expresó su convencimiento de que la única forma que tiene la Humanidad de
sobrevivir es aprender a practicar juegos de suma no cero.
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