Unos veinte días después de que Moisés Naím informara
de la preocupación de algunos millonarios por la salud del capitalismo, se
informó en El País (19 de mayo de
2019) el interés de algunos millonarios por los viajes a la Luna y a Marte. El
título de la noticia era “los millonarios galácticos”.
En esa noticia se indica: “La NASA cuenta para lograr
su objetivo con las compañías privadas, menos sujetas a los vaivenes que han
lastrado la carrera espacial pública, de una Administración a otra, en las
últimas décadas”.
Pero las compañías privadas no se limitan a una
aportación en dinero. Jeff Bezos, el hombre más rico del mundo, fundador de
Amazon, ha creado una empresa espacial a la que ha llamado Blue Origin. En su
página web, se indica que la “visión de Blue es un futuro en el que millones de
personas viven y trabajan en el espacio. Para preservar la Tierra, nuestro
hogar, para los nietos de nuestros nietos, debemos ir al espacio para
aprovechar sus recursos y energía ilimitados. Si podemos reducir el coste de
acceso al espacio con vehículos de lanzamiento reutilizables, todos podemos
disfrutar de un futuro dinámico para la humanidad”. En El País, se muestra una fotografía de Jeff Bezos mostrando su
módulo lunar Blue Moon.
En la misma noticia se menciona a otro
multimillonario, Elon Musk, jefe de Tesla, una compañía estadounidense que diseña, fabrica y vende coches
eléctricos, componentes para la propulsión de vehículos eléctricos y baterías
domésticas a gran escala, y SpaceX, una empresa de transporte aeroespacial,
fundada en 2002. SpaceX ha desarrollado
varios cohetes, Falcon, con la meta de ser vehículos de lanzamiento espacial
reutilizables; también ha desarrollado una nave espacial, Dragon, y he
entendido que, en estos momentos, se encuentra desarrollando una nave que
piensa usar para enviar colonias de humanos en futuras misiones a Marte. Elon
Musk, en una conferencia de la Real Sociedad Aeronáutica en Londres, su
intención de establecer la primera ciudad humana en Marte.
Según una noticia de El País del 16 de mayo de 2019 titulada “Arranca el plan de Elon
Musk de conectar al mundo a Internet por satélites”, SpaceX planea lanzar una
serie de satélites para comenzar “el despliegue de una ambiciosa constelación
que ofrezca conexión de banda ancha en todo el mundo”.
“OneWeb, el principal competidor de SpaceX, cerró una
ronda de inversión de 1.250 millones de dólares para la producción en masa
de satélites tras lanzar y desplegar
satisfactoriamente los primeros en febrero. Por su parte Jeff Bezos también será
protagonista de esta ambiciosa carrera espacial al anunciar en Madrid su
proyecto de desplegar más de 3.000 satélites que ofrezca acceso de banda ancha al 95% de la zona
habitable de la Tierra”.
En el periódico se indica: “Esta aventura espacial
podrá convertirse en una gran fuente de ingresos para que Musk acelere su plan
de convertirnos en una especie multiplanetaria”.
¿Qué pensar de todos esos proyectos, protagonizados
por el “1%” de todos las personas que habitan nuestro planeta? ¿Pretenden huir de un capitalismo que, según
ellos, se está “rompiendo”? Desde mi punto de vista, lo que están demostrando
es que carecen de la más mínima empatía, característica del ser humano: no se
les ha pasado por la cabeza contribuir, aunque sea mínimamente, a alcanzar los
objetivos de desarrollo sostenible, prefieren salir corriendo a Marte.
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