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viernes, 24 de octubre de 2025

Solidaridad sdolescente LGTBIQ+ para fortalecer el sentido de comunidad


     La idea surgió a la vuelta de una quedada de un grupo de adolescentes para dar de comer a una colonia de gatos en el barrio de Abetxuko en Vitoria,  "Yo comenté que  necesitaba unos binders (comiseta compresora), explica Dani de 18 años (un nombre ficticio, como el del resto de jóvenes de esta información que han pedido preservar su identidad). Dani está en un proceso de transición de género y no tenía dinero suficiente para hacerse con unos binders. un tipo de prenda compresora diseñada para aplanar el pecho. A gasto había que sumar, además, el coste de los desplazamientos al Hospital de Cruces, en Barakaldo (Bizkaia), para acudir a la Universidad de Identidad de Género. Era un desembolso al que resultaba difícil hacer frente. Su amiga Minerva, de 14 años, propuso hacer camisetas y venderlas. La idea fue tomando forma en la pandilla y, con la ayuda de la red de educación de calle del Departamento de políticas Sociales del Ayuntamiento de Vitoria, nació el germen de una caja de resistencia LGTBIQ+ , que ha ampliado sus objetivos.  

     Este grupo de adolescentes surgió en un taller de emociones que el equipo de educación de calle había creado años atrás. El taller se llamaba "¿Qué tal? Sin más". "Era lo que nos contestaban todo el rato cuando les preguntábamos: sin más", explica Virginia Gómez, educadora de calle en el centro cívico  Lakua-Sansomendi. Allí se tejieron amistades y complicidades, y creó un grupo más reducido de unas ocho personas de la comunidad LGT-BIQ+ y aliadas.  El programa de educación de calle de Vitoria nació a finales de los años ochenta, impulsado por el alcalde José Ángel Cuerda para ofrecer oportunidades de aprendizaje y diversión s los chavales en los barrios y ayudaran a quienes de encuentran en dificultades. Este  programa puso el primer cimiento de la caja de resistencia: los cerca de 300 euros que se necesitaban para comprar 80 camisetas y el material con el que serigrafiarlas. Montaron un pequeño puesto en las fiestas del barrio de Sansomendi, a mediados del mes de septiembre. "Al principio, los que se acercaban estaban un poco reticentes, pero luego apareció mucha gente y empezaron a comprar". dice sonriente Stefany, de 16baños. Ahora van a por una segunda tirada de 120 camisetas.

     La caja de resistencia, ahora autosuficiente, ha servido para fortalecer el sentido de comunidad de este grupo de jóvenes y quieren destinarla no solo a las necesidades urgentes, sino impulsar otros proyectos colectivos queer, De momento, han recibido el ofrecimiento de Ikusgune, el Observatorio contra la LGTBIQ+.fobia de Vitoria.

     Dani, Minerva y Stefany están preocupados por las situaciones que se viven en colegios e institutos. Cuentan que hay centros en los que no se respeta la decisión sobre el cambio en el uso de pronombres. Minerva explica que el instituto si uno "tiene pluma o te ven haciendo un movimiento rara, no te respetan": "Puedes ir 80 veces a reclamar que te están insultando. que no te hacen caso hasta que no te metas en problemas". Tanto Dani como Minerva dicen que, con este grupo, han conseguido un espacio en el que sentirse seguros y no discriminado. (Fuente: El País. 22 de octubre de 2025)

     Una muy buena idea. Solidaridad   

 

 

 

 

 

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