En el Centro de Salud del barrio de Zabalgana, en Vitoria. como en el resto de los ambulatorios de España, se receta cada día ibuptofeno, omeprazol o lorazepam entre otros muchos medicamentos. Pero en este ambulatorio los médicos prescriben también una receta diferente: acudir al centro cívico del barrio.
No se trata de una prescripción oficial al uso, pero se expide en papel, está personalizada para cada paciente y se encabeza con el título "Tu centro de salud te receta centro cívico". Y especifica el área que se recomienda al paciente: ejercicio físico, talleres sobre alimentación, cursos de bienestar emocional, actividades culturales o socializar con otros vecinos.
En el centro cívico, una trabajadora de la sala de encuentro recibe a los pacientes que llegan con una receta en la mano, se sientan en el llamado "punto de bienestar" y acuerdan cuál la actividad más indicada para su estado. Esta iniciativa se puso en marcha hace dos años -y a la que se ha sumado un seguro centro cívico el de Salburua-, ha acogido ya a 150 pacientes, y otro centenar ha acudido directamente a actividades del centro cívico recomendadas por los sanitario de su ambulatorio. El programa Receta Centro Cívico ha sido elegido finalista en los Premios Europeos a la Innovación en Política, que se entregará en septiembre en Viena.
La idea fue de Estíbeliz Gómez, médica de familia en el ambulatorio de Zabalgana; "los centros cívicos ayudan a promover la salud en distintos ámbitos. Tienen mucha incidencia en los estilos de vida, hay actividades relacionadas con el ejercicio físico. la nutrición, el bienestar y constituyen un punto de encuentro social para la población del barrio. Desde el centro de salud nos pareció muy interesante y creímos que teníamos proporcionarlo entre nuestros pacientes. no es lo mismo ver un cartel sobre un curso a que tu enfermera, médico o fisioterapeuta de los recomiende", Pero no valía un consejo cualquiera. "No queríamos que fuera una recomendación al aire, queríamos que fuera algo más personalizado". Y se ahí surgió la receta. El siguiente paso fue coordinarse con el centro cívico, que gestiona el Ayuntamiento de Vitoria.
La red de centros cívicos de la ciudad es una de las señas de identidad vitorianas. El de Zabalgana - el barrio más poblado, con casi 30,000 habitantes y formado sobre todo por familias jóvenes con niños pequeños o adolescentes - está ubicado en un edificio moderno que abrió en 2017. Tiene piscinas, canchas polideportivas, gimnasios y bibliotecas, entre otros servicios, y oferta una amplia lista de cursos y talleres, además de actividades culturales. Y está a poco más de 10 minutos a pié desde el ambulatorio.
Los pacientes "vienen con hoja prescripción que les ha dado el médico y les buscamos las actividades. Por ejemplo, si tiene que ver con la salud metal miramos algún taller relacionado con las emociones o algún curso de actividad física", explica Amaia, una de las trabajadoras del centro cívico que relata que, sobre todo, acuden personas que sufren ansiedad o estrés. También hay casos de personas con problemas de sobrepeso, pero son los menos.
Más de la mitad de los pacientes a los que receta el centro cívico son mujeres de entre 40 y 60 años. "Hay mucho trasfondo de ansiedad", explica la doctora Gómez. Maxii Gutiérrez, también médico de familia y responsable del ambulatorio, que afirma que cada vez "llegan más casos de síntomas tras los que hay componente social, económico o de relaciones". "Vienen a pedir ayuda al lugar donde creen que pueden encontrar alivio, y muchas veces hay síndromes que estás relacionados con la sobrecarga de cuidados o con el estrés en el trabajo. que son cuestiones que hay que resolver más en el ámbito comunitario. Desde el centro de salud hemos temido siempre esta visión de coordinarnos con el centro cívico o los colegios y poder ofrecer diferentes cosas".
Junto a los médicos está presente Garbiñe Mendezabal, directora del centro cívico: "Tenemos un contacto muy estrecho con el centro de salud". De esa relación han surgido, por ejemplo, talleres para mejorar el sueño a través del ejercicio físico o un espacio gratuito de relajación que se puede usar sin inscripción previa. "Desde las asociaciones del barrio también nos dicen que necesita voluntarios, y a aquellas personas que están solas las animamos a formar parte de ello", explica. La soledad es otra de las circunstancias que se quiere combatir con la receta. "Se encuentra un apoyo", relata el responsable del ambulatorio, "en barrios donde hay muy poca gente mayor y que necesitan tener un lugar donde encontrarse con personas de su edad".
De las demandas del centro de salud nació el curso pasado un círculo de mujeres que se reúne dos veces al mes en el centro cívico. "Es un encuentro en el que no se va a ser juzgada, se va a ser escuchada", describe Susana Teruelo, dinamizadora de este grupo en que participan mujeres de edades, condiciones y orígenes muy diversos. Ainhoa Arrazola es una vecina del barrio de 54 años: "Yo creo que algo que tenemos en común es un cierto sentimiento de soledad", reflexiona. Y explica que ella no está sola, tiene familia, pero que una especie de aislamiento se asoma por no terminar de encajar en la sociedad o por luchar contra una enfermedad, "Hay quien se ha quedado viuda y de repente no sabe qué hacer, o que viene de fuera y no le resulta fácil hacer amistades". El circulo es un espacio para nosotras, un espacio de cuidado de nosotras mismas", asegura Arrazola.
En el grupo han nacido vínculos fuertes y proyectos personales. "Hemos conseguido valorar cosas de nosotras quemantes no valorábamos y hemos hechos cosas que jamás hubiéramos pensado que seriamos capaces de hacer". Arrazola incluso ha escrito un libro, Entre relatos estamos casi todas.
El servicio vasco de Salud, Osakiderza, y el Ayuntamiento de Vitoria califican de éxito la iniciativa, "Por eso continuaremos con este programa en estos barrios e intentaremos ampliarlo a todos aquellos que deseen sumarse a esta iniciativa que ha sido reconocida a nivel europeo", prometió Miren Fernández de Landa, la concejala de Gobierno Abierto en Vitoria - Gasteiz.
Para David Leal, representante en España de Instituto de Innovación en Política -que organiza los premios en los que es candidato el programa- esta particular receta es "la punta de un iceberg que abarca todo el modelo de participación y de promoción de la salud comunitaria que está presente en Vitoria". (Fuente: El País, 14 de junio de 2025)
Se trata de problemas creados por actual sistema económico y que solucionan los centros cívicos
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