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domingo, 18 de agosto de 2024

Emergencia global

     Con la declaración de emergencia global por la mpox (antes llamada viruela del mono) la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere llamar la atención internacional sobre un virus que se está extendiendo por la República Democrática del Congo, donde es endémico, y por otros países africanos que esta ahora no habían registrado casos. No hay razón para la alarma, pero sí para intensificar la vigilancia y, sobre todo, para promover la vacunación en los países africanos afectados.

     La nueva variante de mpox que ha causado esta declaración de emergencia -la segunda que emite la OMS por este virus, tras la de 2022 - parece transmitiese mejor que las anteriores, que requerían un contacto muy estrecho con una persona contagiada o sus fluidos. De hecho, las principales víctimas son ahora los niños, cuando antes eran los adultos por la vía sexual. El problema se concentra en África. El único caso fuera del continente ha sido detectado en Suecia, en una persona que había estado en África.

     El Centro Europeo de Control de Enfermedades afirmó ayer (16 de agosto) que el riesgo es "bajo" en Europa. Cabe preguntarse entonces si la declaración de emergen global de la OMS es excesiva. La respuesta está en África, donde la mpox sí está causando que, además, serían perfectamente evitables con la medicina actual. Los números muestran una clara tendencia al alza, con15.000 casos y 500 muertes este año en Congo, Uganda, Kenia, Ruanda y media  docena de países de la región. Eso multiplica por 2,5 veces los casos del año pasado y, como novedad, el 40% de los positivos son menores de cinco años. Tedros Adhanom, director general de la OMS, tiene razón en que es necesario bloquear la propagación del virus y en que la colaboración internacional resulta precisa para ello.

     El punto clave son las vacunas. Ya existen algunas con  eficacias cercanas al 80% de protección, y varios laboratorios están desarrollando otras  más adaptadas a las nuevas variantes que han surgido en África. Desde la seguridad que la distancia y la capacidad de respuesta, los países desarrollados deben acelerar la producción de vacunas y facilitar su distribución por unos países con sistemas sanitarios deficientes para frenar la expansión del virus. (Fuente:  El País , 17 de agosto de 2024)

      En varias ocasiones he mencionado el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 3 de la Agenda 2030: "garantizar un vida sana y promover el bienestar en todas las edades". 

     El acceso a la salud y el bienestar es un derecho humano, y esta es la razón por la que la Agenda para el Desarrollo Sostenible ofrece una nueva oportunidad de garantizar que todas las personas, no solo las de mayor poder adquisitivo, puedan acceder a los más altos niveles de salud y asistencia sanitaria. Los países desarrollados tenemos la obligación de fabricar todas las vacunas que necesiten los africanos para hacer frente emergencia sanitaria ocasionada por el nuevo virus

 

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