La Unión Europea está dividida con respecto a la autorización del uso del herbicida glifosato. En junio de 2016, la Comisión Europea concedió una renovación a la autorización para el uso del glifosato en su territorio por 18 meses, hasta el 31 de diciembre de 2017, decisión polémica que contó con una importante oposición. Dos meses antes, en abril de 2016, el Parlamento Europeo apoyó renovar la autorización por siete años más, pero restringido a usos profesionales.
Durante los últimos años y debido a las distintas presiones, y falta de alternativas para algunos, se han sucedido sucesivas prórrogas, siendo la última la que autoriza su uso hasta el 15 de diciembre de 2023 A un paso de terminar el año 2023 y pese a las dudas sobre el polémico herbicida, la Comisión Europea prolongará su utilización 10 años más.
La decisión ha sido rápidamente denunciada por organizaciones medioambientales como Greenpeace, que criticaron a la Unión Europea por "ignorar le ciencia y fallar a los ciudadanos", o Ecologistas en Acción que considera "totalitario" el gesto de Bruselas y acusa a la Comisión de "tomar abiertamente partido a favor de la industria química sin sonrojarse".
La controversia que gira desde hace años en torno al glifosato, se debe a las múltiples dudas y sospechas sobre sus efectos nocivos en la salud y el medioambiente. (Fuente: El País, 17 de noviembre de este año)
Sin duda, la prohibición de este herbicida figura como meta a alcanzar antes del año 2030 en varios Objetivos de Desarrollo Sostenible.
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