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martes, 2 de enero de 2024

.Energía renovable. Una buena noticia

      Voy a contar algo relacionado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7, "garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible  y moderna para todos".

     Sabando, un pueblo de apenas 50 habitantes en la montaña Alavesa, junto al parque natural de Izki, esconde una sorpresa: una de las primeras redes de calor comunitarias de España. Cuando se puso en marcha, los vecinos no acababan de fiarse y muchos también sus calefacciones individuales. Diez años después, el sistema colectivo ha demostrado ser eficiente, barato y consumir un 30% menos de leña, además de convertirse en un ejemplo para otros municipios.

     Los sistemas de calefacción compartida con biomasa son pocos en España. Creo recordar que uno de estos sistemas tuvieron lugar el Palencia,bajo la iniciativa de su Escuela Técnica Superior de Ingenieros Forestales, Universidad de Valladolid. (Ahora me voy a centrar en la noticia que leído en El País.fecha 31 de diciembre de 2023)

     En la noticia que he citado, se indica que la biomasa es una fuente de energía renovable que puede proceder de materiales de origen forestal -por ejemplo, cortes de árboles-, pero también de  origen agrícola, ganadero incluso de residuos urbanos.

     ¿Cómo funciona todo en Sabando? Los vecinos encargan a una empresa que corte para los que tienen permiso y los traiga al pueblo. Después, otra empresa los corta en virutas. Durante dos semanas de verano, aprovechan para extenderlas en la única pista deportiva del pueblo para que se sequen. Utilizan unas 350 toneladas al año, y con eso les sobra. "si tuviéramos 40 calefacciones individuales necesitaríamos más de 500 toneladas, alrededor de un 30% más, este sistema es mucho más eficiente", asegura el alcalde.

     Más tarde, llevan las virutas a grandes naves cubiertas a la entrada de la localidad, de tan solo dos calles. Según un agricultor jubilado, en la parte que pega a la pared están las dos zonas de las calderas que chupan directamente la madera.  Al otro lado de ese muro, está la sala de máquinas, con dos grandes calderas que usan el calor para calentar un depósito de 5.000 litros. El agua sale a 80 grados, recorre todo el pueblo en dos grandes tuberías y vuelve, tras un gran recorrido, a 70 grados. Después cada casa tiene un intercambiador para que ese calor -pero no el agua- se traslade al agua de cada domicilio. y tener calefacción y agua caliente. Además. cada domicilio cuenta con un acumulador de 200 litros, por si en algún momento tienen que parar o limpiar el sistema principal.

     Termino aquí. Lamento que todo lo anterior no sea una "píldora", pero sí para algo para dejar de usar combustibles fósiles y dejar de contribuir al cambio climático.

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