Considerado el segundo gas de efecto invernadero (GEI) más importante, durante décadas se ha prestado mucha menos al metano que al más conocido dióxido de carbono. Sin embargo, los datos son cada vez más preocupantes: sus emisiones están batiendo récods, ha aumentado su vinculación a las actividades humanas y su concentración es ya 2,6 veces más alta que en tiempos preindustriales, tal y como muestra el último balance de Global Carbon Project.
Los científicos alertan de que el potencial de calentamiento por partícula de metano es hasta 80 veces superior al dióxido de carbono, por lo que pide reducir cuanto antes estas emisiones, que proceden principalmente de sectores agrícola y ganadero, energético y de la gestión de los vertederos.
El artículo, publicado en la revista especializada Environmental Research,cifra ya en dos tercios el metano procedente de la actividad antropogénica, "Las concentraciones de metano en la atmósfera están más altas que nunca porque la actividad humana no para de aumentar las emisiones" resume Pep Canadell, director ejecutivo de Global Carbon Project . un consorcio decenas de científicos internacionales -. "Las fuentes más importantes proceden de la ganadería de rumiantes -vacas, bueyes, ovejas-, la industria de los combustibles fósiles -petróleo y gas natural-,el cultivo de arroz y los residuos orgánicos que acaban en los basureros", prosigue,
A ello se le suman las causas naturales: "En los últimos años hemos tenido condiciones más húmedas en los trópicos debidos al fenómeno natural de La Niña, con lo que ha habido más lluvia de lo normal en los países tropicales. Y los suelos saturados de agua también estimulan las emisiones naturales.
"Reducir las emisiones de metano es la principal forma de poder actuar sobre el clima a corto plazo", comenta Luis Guanter, que dirige un grupo de teledetección de este gas en la Universidad Politécnica de Valencia. "esto es así porque el metano tiene un tiempo de vida más corto que el dióxido de carbono. por lo que, si redujéramos las emisiones, en tan solo 20 años se podrían notar los efectos y mitigaríamos el cambio climático, mientras que el dióxido de carbono permanece en la atmósfera más de un siglo", añade. (Fuente: El País. 14 de septiembre de 2024)
En conclusión. El gas que nos debe preocupar realmente es el dióxido de carbono, emitido por la quema de combustibles fósiles; algo que seguimos haciendo.
En la Agenda 2030, en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7 , "garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos", se mencionan el uso de energías renovables que no emiten ningún gas de efecto invernadero, ya sea metano o dióxido de carbono.
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