La producción masiva de plástico no se hizo hasta 1950. Una década después, primero los pescadores y después los científicos alertaron de la presencia de residuos plásticos en los océanos. Para finales de los setenta, ya había decenas de estudios sobre la acumulación de trozos más pequeños confundidos entre el plancton en el mar del Norte, en el de los Sargazos, en el Caribe, en el Atlántico sur... Pero no fue hasta 2004 cuando empezó a hablarse de lo microplásticos, en pequeño a artículo en la revista Science en el que sus autores mencionaron el término por primera vez.
El profesor de la Universidad de Plymouth Richard Thompson fue el primer autor de aquel texto que buscaba explicar la incongruencia entre las cifras de plástico y el que se contaba en el mar. "Durante los 20 años transcurridos desde nuestro primer estudio, la cantidas de plástico en nuestros océanos ha aumentado alrededor de un 50%. lo que obliga a actuar", sostiene Thmpson. Además. los plásticos y microplásticos han llegado muy lejos de donde fueron usados. La basura plástica generada en Europa y América del Norte acaba en e´Círculo Polar Ártico arrastrada por la corriente. Allí, con el tiempo, la radiación solar. las olas... lo van descomponiendo y como microplásticos llegan hasta las montañas. En el Pirineo, por ejemplo, hay una concentración de estas partículas muy similar a la que pueda haber en París.
Con este tamaño de unas micras, se confunden con el plancton del que se alimentan muchas especies o es ingerido accidentalmente. Se ha documentado su presencia en el interior de ejemplares de más de 1.300 especies de peces, aves y mamíferos. Desde los intestinos de las anchoas o las sardinas, pasando por el estómago de delfines y gaviotas, llegan hasta los testículos de los humanos. No hay pruebas definitivas de que esta presencia tenga que ver con que la calidad del esperma humano haya bajado a la mitad en el último medio siglo, pero ahí está la correlación temporal. Solo en los últimos años se está avanzando en conocer el impacto en la salud de los seres vivos. Ya empiezan a aparecer trabajos que documentan la presencia no ya de micropláticos, sino de nanoplásticos en el interior del cuerpo humano multiplica el riesgo de sufrir un infarto o un ictus. (Fuente: El País, 20 de septiembre de 2024)
Si esa contaminación causada por los plásticos que, en principio, van a parar a parar a los océanos y los mares, está noticia impide alcanzar empieza el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14: "Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible". Si Los nanoplásticos multiplica el riesgo de sufrir un infarto o un ictus habrá que pensar en el ODS 3: "Garantizar ua vida sana y promover el bienestar en todas las edades". En conclusión, debemos de dejar de usar los plásticos, como ya se hace en algunos países.
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