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lunes, 1 de abril de 2024

Agricultura regenerativa. Agricultura sostenible

      Según Naciones Unidas, los alimentos que producimos generan un tercio de las emisiones de efecto invernadero. Desde que la civilización se aceleró en el último siglo. el ingenio humano ha descubierto cómo producir alimentos a escala industrial. Se cambió el caballo por el tractor, se inventaron los fertilizantes sintéticos y se descubrió cómo  cómo acabar con malas hierbas e insectos gracias a herbicidas y pesticidas químicos. Pero todo ello a costa de contaminar las aguas, convertir poco a poco las tierras agrícolas en desiertos. Así empieza un largo artículo publicado en El País de 31 de marzo de 2024 dedicado a lo que llama "agricultura regenerativa". En la Agenda 2030, En el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3, Naciones Unidas habla de "agricultura sostenible".

     Cuando se creo la, ahora, Escuela Técnico Superior de Ingenierías Agrarias (Universidad de Valladolid), uno de los primeros trabajos de investigación fue el vermicompostaje o compostaje con lombrices, a raíz de la venta en Madrid de lombrices californianas.

     El compostaje es una técnica mediante la cual se crean las condiciones necesarias para que a partir de residuos agrarios, organismos descomponedores fabriquen un abono sostenible.

     El vermicompostaje es compostaje utilizando lombrices de tierra. Los animales invertebrados que contribuyen de una forma muy importante al aumento de la fertilidad de un suelo son las lombrices de tierra. Las lombrices de tierra se alimentan de los residuos orgánicos que existen en el suelo, que después de ser digeridos, lo expulsan en forma de excremento (humus de lombriz), rico en nutrientes para las plantas. De esta forma, estos invertebrados influyen de manera significativa en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. En algún momento, se ha utilizado el número de lombrices de tierra en el suelo como medida de su fertilidad.

     Charles Darwin fue el primer científico que fijó su atención en las lombrices de tierra. Darwin se dio cuenta de cuán importantes son para la fertilidad de los suelos, por lo cual, después de estudiar detenidamente su comportamiento, las calificó de arados naturales.

     Se han descrito miles de especies de lombrices de tierra, aunque de la mayoría solo se conoce el nombre y su morfología, y se desconoce su biología y ecología.

     La cría intensiva de lombrices de tierra experimentó un gran auge en España con la introducción de las llamadas "lombrices rojas californianas". Ante los problemas que la introducción de una especie animal en un hábitat distinto, podría ocasionar, se hacía necesario seleccionar lombrices de tierra autóctonas. La lombriz seleccionada fue la Eisenia andrei, una lombriz, al parecer, extendida por el noroeste de España.

     Una especie de lombriz muy similar a la seleccionada resultó ser la  Eisenía foetida (lombriz roja californiana); una lombriz, que a diferencia de la Eisenia andrei de color rojo uniforme, es de color rojo con rayas de color amarillo claro

     La lombriz Eisenia andrei  (la lombriz palentina) y la lombriz Eisenia foetida (la lombriz californiana) son dos especies diferentes que , según el equipo de investigación citado, conviene mantener separadas para evitar la disminución de la población debida a apareamientos estériles. Otra importante diferencia es que la lombriz californiana se adapta bien a las condiciones del suelo mientras que, en en condiciones de abundante alimento, la lombriz palentina termina desplazando a la lombriz californiana; algo natural  puesto que el hábitat de la lombriz californiana (E, foetica) es diferente al hábitat de la lombriz palentina (E. andrei). Se han encontrado lombrices palentinas en residuos de una fábrica de la Sociedad Española de Alimentos (SEDA) existente en Palencia.

     En definitiva, se trata de llevar a cabo una agricultura sostenible mediante el compostaje o el vermicompostaje, si bien este último es mejor porque no necesita ningún tipo de trabajo. Es necesario destacar que el vermicompostaje es un proceso gratuito y que, sin embargo proporciona un producto final muy valioso. Las lombrices de tierra se pueden criar en el suelo de cultivo, bajo techado o, si se desea, en recinto cerrado a pequeña escala  para reciclar desechos orgánicos domiciliares. En este último caso, se puede utilizar cajones o cualquier recipiente de madera o metal, sin pintar, con orificios en el fondo, para evitar que el agua se estanque o una capa de tierra de unos 15-20 cm de tierra y otra del desecho que se va a utilizar como alimento de las lombrices. Después regar bien y añadir algunas lombrices.

      Puesto que en el proceso no se producen malos olores, los recipientes utilizados se pueden poner en la cocina, en un balcón o terraza, en garaje, en un sótano, en una buhardilla o en un patio, siempre que estos sitios estén suficientemente aireados y lejos de fuentes directas de calor o de frío. Los lechos se deben tener siempre húmedos.

      Prefiero hablar de "agricultura sostenible" empleando lombrices en vez de "agricultura regenerativa", aunque las dos signifiquen lo mismo

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