El avance de la medicina depende, en la actualidad, de la industria farmacéutica Las universidades y los centros públicos de investigación vislumbran formas creativas e innovadoras de abordar las enfermedades humanas, pero es la industria quien decide por que camino dirige su apabullante poderío para desarrollar fármacos que le que permitan rentabilizar sus inversiones. Algunas funcionan bien por ejemplo la que ha desarrollado la vacuno contra la malaria que cité ayer.
En una noticia publicada en El País hoy (día 12) se menciona el caso de los. llamados, niños burbuja. "La ADA-SCID es una inmunodeficiencia grave causada por una mutación en el gen ADA. Esta alteración genética perturba el metabolismo esencial que necesitan las células para manufacturar ADN y, por tanto, para replicarse. Puesto que cualquier respuesta inmunológica eficaz requiere que los linfocitos, o células defensivas de la sangre, la ADA-SCID arruina las defensas del cuerpo contra virus y bacterias, y condena al niño a vivir en una burbuja estéril para no morir de cualquier infección viral.
Por increíble que parezca existe un tratamiento eficaz para estos niños burbuja, pero no disponibles. Se llama Strimvelis, y es una de las primeras terapias genéticas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento, en 2016. No se trata de una simple pastilla que tomar en el desayuno. Strimvelis consiste en células madre de la médula ósea del propio niño que han sido curadas con una copia correcta del gen ADA,
Siguiendo al milímetro el guion esbozado, el tratamiento fue desarrollado por científicos del Instituto San Rafael Telethon de Milán, que luego lo licenció a la farmacéutica GSK para su comercialización. Los niños burbuja son tan pocos que GSK no pudo rentabilizar Strimvelis, así que lo vendió a otra compañía londinense, que renunció a producirlo el año pasado. Esto nos deja con un fármaco que salva vidas pero no puede fabricarse. La ciencia ha funcionado, pero el sistema les ha fallado a los niños burbuja".
No es la primera vez que eso sucede en el sistema económico-social actual, que no quiere aceptar que el ser humano, Homo sapiens, se ha demostrado científicamente, es empático, social y solidario.
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