Según Ignacio Pérez Arriaga (Madrid, 76 años) ingeniero y profesor del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts); "Una cosa es hacer un plan para llevar electricidad al lugar más remoto de África y otra es implementarlo y financiarlo". Ignacio Pérez sabe de que habla porque ha trazado decenas de estos proyectos y ahora, en ves de hacer ¡vida de jubilado, allana el camino legal y económico para hacerlos realidad. Llega de Nairobi, antes estuvo en Ghana y en un par de días vuelve a hacer las maletas. Asegura que "el runrún de trabajar para reducir la desigualdad" lo tuvo desde que estudiaba Ingeniería en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.
Afirma que la electricidad es un facilitador del desarrollo y el acceso a la electricidad es un imperativo moral. Sin energía no hay saneamiento ni salud y los profesores no quieren ir a un poblado africano perdido.
Su equipo, en el MIT y en Comillas, han creado un programa informático que traza planes de electrificación, llamado Reference Electrification Model (REM) que gracias a análisis exhaustivos del terreno y del contexto técnico y económico elabora un plan para electrificas una zona. Saben cómo llegar a cada casa y cuánto costaría. Desde 2019 se han hecho planes para 22 países .
¿Se han concretado todos? Algunos. Por ejemplo, el de Ruanda, un país pequeño y con fondos internacionales. Pero lo más normal es que se queden en el cajón de un ministro por no saber quién puede acometerlo y con qué dinero. Para que salga del cajón es necesario, según Ignacio Pérez, pensar a lo grande porque el problema es grande: más de 600 millones de personas en África no tienen electricidad.
En relación con la Agenda 2030, en la que el acceso a la energía es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 7 ("garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna pata todos"), Ignacio Pérez considera que la mayoría de esos objetivos no se van a cumplir, "Mientras Europa está ciega al no darse cuenta de que el problema no son las fronteras, sino los 1.000 millones de vecinos más que tendremos en 25 años en el África subsahariana. Hay que intentar resolver los problemas de esas personas allá donde viven.
En el África subsahariana hacen falta entre 100.000 y 200.000 miniredes, es decir. dispositivos normalmente solares que brindan electrizadas en zonas aisladas. donde no es rentable ni fiable extender la red eléctrica tradicional. Instalarlas costaría unos 20.000 millones de euros. Hay que al capital privado,pero ¿quién va invertir en un negocio que cuesta más de lo que la gente pagará en sus facturas?
"Ahora estoy inmerso en el lanzamiento de la Escuela de Regulación Africana, respaldada por la UE, la Fundación Rockefeler y la Fundación Enel, entre otros. Una institución paramente africana,con sede en Acera, que asesorará a los países para implementar estos planes de electrificación mediante concesiones, privatizaciones, subsidios a empresas...Y ayudará a crear la confianza de los inversores", indica Ignacio Pérez. (Fuente: El País. 5 de marzo de 2024)
No se ocurre nada que decir, salvo señalar que Ignacio Pérez es ejemplo de una persona realmente humana: inteligente, empática y solidaria. Por desgracia, en estos momentos, hay muchas personas con forma humana pero que no pertenecen a la especie realmente humana,
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