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sábado, 19 de octubre de 2024

Crisis climática. La ONU

     "No podemos permitirnos un mundo en el que haya quienes tienen energía limpia y quienes no", sostuvo Simon Stiell,  secretario ejecutivo de la  Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. "En una transición global a dos velocidades, tarde o temprano todos saldrán perdiendo". Porque los gases que se imitan  al quemar los combustibles (el carbón, pero también el petróleo y el gas) no se quedarán solo sobre las cabezas de los habitantes de esos países, sino que contribuirán a alimentar más el calentamiento de todo el planeta. "Solo  podremos evitar que la crisis climática diezmen todas las economías, incluidas las más grandes, si todas las naciones disponen de los medios necesarios para reducir drásticamente la contaminación por gases de efecto invernadero y aumentar la resiliencia al cambio climático" continuó Stiell. Por eso se necesita que la financiación internacional para la lucha contra el cambio climático hacia los países en desarrollo crezca como pidió Stiell.

     La financiación climática (el dinero que se necesita para abandonas los combustibles fósiles y para adaptarse a los impactos del calentamiento global) estará en el centro de las negociaciones de la próxima cumbre del clima, que se celebra en Bakú, capital de Azerbaiyán, entre el 11 y el 22 de noviembre. Los representantes de los casi 200 países que se sentarán en la mesa de negociaciones de esta COP29 deberán decidir un nuevo objetivo de financiación anual. Y las discusiones no serán no solo sobre la suma, sino también sobre quién debe aportar el dinero.

Hasta ahora, los acuerdos climáticos que se han adoptado partían de la premisa de que son los considerados países desarrollados los que han de movilizar los fondos hacia la naciones con menos recursos (que además son las que tienen menos responsabilidades históricas sobre el cambio climático). El problema para la Unión Europea y otras naciones ricas es que esa distinción en dos bloques, que parte de los años noventa del siglo pasado. ha quedado en cierta forma desfasada.

     Ante lo que pueda ocurrir y cómo pueda acabar la negociación, Stiell advirtió de que la cuestión y cuándo, puede acordarse en Bakú.  El objetivo de financiación vigente era lograr que a partir de 2020 se "movilizaran" 100.000nmillones de dólares anuales desde los países ricos a las naciones en desarrollo. Según las cuentas de la OCDE. a esta meta se llegó dos años más tarde, en 2022. Pero hay  muchas notas al pie en este cumplimiento, ya que el término "movilizar"  ha permitido que la mayoría de fondos hayan sido préstamos y no ayudas a fondo perdido. Stiell recalcó que ahora "la mayor parte posible de esa financiación deben ser subvenciones o ser concedida en condiciones favorables".

     Además, "debe hacerse accesible a quienes más la necesitan", porque en muchas ocasiones el dinero ha ido a parar no a los países más pobres sino paradójicamente, a naciones como  China en forma de inversiones en proyectos renovables (como hemos hemos leído en la prensa). 

     En la COP29 de Bakú. todos los gobiernos deben acordar un nuevo objetivo para financiación internacional de la lucha contra el cambio climático que responda verdaderamente a las necesidades de los países en desarrollo", indicó Stiell. Lo que está claro es que la nueva meta económica que empezará a aplicarse a partir de 2025 debe superar los 100.000 millones de dólares anuales. 

     "Sabemos que se necesitan más millones", admitió Stiell. Ponerlos sobre la mesa supone una "inversión crucial para proteger la economía mundial, y supondrá una fracción de los costes que pagarán todas las naciones si permitimos que la crisis climática siga desbocada", Este responsable de la ONU ha recordado que este año se han registrado " cientos de miles de millones de dólares de daños en países ricos y pobres" por unos fenómenos meteorológicos extremos que el cambio climático hace más habituales. 

     Cuando se habla de financiación climática, cada vez suena con más fuerza el empleo de nuevas fórmulas que vayan más allá de ayudas o créditos. Por ejemplo, Stiell apuntó a la deuda que sufren muchos países que hace casi imposible que puedan invertir en acciones climáticas. Por eso instó al FMI y al Banco Mundial a que se comprometan "a garantizar que los países en desarrollo dispongan de fondos y espacio fiscal para la acción y la inversión climáticas, y de deudas devastadoras y costes de capital por las nubes".

     La noticia se titula La ONU pide más financiación para los países pobres frente a la crisis climática y se publicó el 18 de octubre de 2024.   

 

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