Violencia y jornadas interminables bajo el sol por un salario de miseria en las plantaciones de fresas europeas. Así es el día de millones de temporeros y temporeras, incluso menores, que recogen nuestras frutas y verduras.
Satnam Singn lo dejaron desangrándose en una cuneta, con un brazo amputado .en una caja de fruta junto a él. Su jefe, un terrateniente italiano, lo arrojó allí después de confiscar los teléfonos móviles de toda la cuadrllla en la que trabajaba para que nadie pudiera pedir ayuda.
La muerte de Satnam es un trágico símbolo de la explotación que soportan los 2 millones de temporeros y temporeras que recogen nuestras frutas y verduras en Europa. Por desgracia, Satnam no es el único temporero agrícola migrante que ha sufrido o muerto este verano mientras trabajaba para darnos de comer.
Quienes gobiernan Europa no pueden seguir ignorando la explotación que se esconde en los carritos de la compra de Europa. La UE se enorgullece de tener la legislación laboral más protectora del mundo y esos derechos debemos ofrecérselos también a quienes nos dan de comer.
En el campo español, por desgracia, sobran ejemplos de estas situaciones, tal como se destapó en 2019 con el escándalo de abusos físicos y sexuales a las jornaleras marroquíes de la fresa y otros frutos rojos en las plantaciones del Sur de España. Sin contratos formales, las plantillas temporeras están a merced de patrones feroces. Se les obliga a trabajar 12 horas al día bajo un sol de justicia por salarios de miseria, sin descanso ni equipos de seguridad, y desempeñan los trabajos más duros y peligrosos que nosotros no queremos hacer.
Este trabajo tan duro lo será más. La ciencia climática nos advierte de que el trabajo temporero agrícola se encuentra entre los que más sufren los riesgos de calor, en Europa y en todo el mundo.
Ahora mismo, la clase política europea parece sentirse muy cómoda con el odio a la migración y dejando que las personas migrantes sufran. No podemos permitir que siga así.
Hemos visto una y otra vez que, cuando se crea una ola de solidaridad con las personas desplazadas y nos centramos en luchas concretas (como cuando nos opusimos a la aprobación de los presupuestos de Frontex, la agencia fronteriza europea) podemos triunfar y crear cambios reales en la vidas de estas personas.
¿Quieres sumarte a esta lucha y alzar la voz para conseguir que se garanticen condiciones laborales humanas a los 2,4 millones de temporeros y temporeras de quienes dependemos para poder comer?
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