UNEI es una empresa social sevillana que maneja un modelo pionero en busca de la aceptación social de estas enfermedades.
La empresa se constituyó en 1991, pocos años después de ls reforma psiquiátrica que reconoció a las personas con problemas mentales como ciudadanos con derecho a recibir una atención adecuada para lograr una integración en la sociedad. "Nacimos como un proyecto piloto, porque entonces no había ninguna experiencia laboral que abordara la inclusión de personas con problemas de salud mental en empresas viables y sostenibles", explica Rafael Cía, director general de UNEI.
La entidad surgió como parte del ecosistema andaluz de atención y ayuda a las personas con problemas de salud mental, consolidando un trinomio que para los responsables de UNEI es la clave de su éxito. "Por un lado están los servicios de salud mental de la Junta de Andalucía, luego está la Fundación Andaluza para la Integración Social de las Personas con Enfermedad Mental (Faisem) (de la Junta), que se encarga de toda la atención a nivel social; y luego estamos nosotros que somos la pata laboral. a quienes nos llega la persona desde Faisem con todos los datos sobre dónde y en qué condiciones puede trabajar", indica Imma Ponce, directora de estrategia y marketing. Tras la pandemia se ha producido una mayor aceptación social de la enfermedad mental pero como advierte Ponce, "sigue habiendo mucho estigma". Ocho de cada 10 personas con problemas de salud mental están en paro, según los datos del INE de diciembre de 2023.
En estos 33 años, la empresa ha consolidado su proyecto. Tan importante como los 30 millones de facturación con los que cerrará 2o24, que se reinvertirán en la entidad, es que emplean a 1.500 personas, el 85% con discapacidad, de las que la mitad tiene problemas de salud mental El 90% de los contratos son indefinidos.
"El trabajo fomenta su autonomía e incluso, en determinados casos, también favorece la reducción de la necesidad de medicación", explica Ana Rodríguez, mánager de Personas y Valores de NI y responsable de las unidades de apoyo de la empresa, desde las que hace un seguimiento individualizado de cada no de sus empleados con alguna discapacidad.
Fernando Benavides padece ansiedad y depresión y tiene una discapacidad física por un pérdida de movilidad del 10% en su mano derecha. Estas circunstancias, que durante cinco años fueron un lastre para encontrar un empleo, se convirtieron en "un punto a favor", cuando hace un año entró a trabajar en UNEI. (Fuente: El País, 10 de octubre de 2024)
Verdaderos seres humanos, empáticos, sociales y solidarios
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