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viernes, 7 de agosto de 2015

Procomún

     Procomún, pro bien común de la Humanidad. Se denominan bienes comunes de la Humanidad lo que hemos heredado de generaciones anteriores -el aire, los mares, los bosques, la tierra fértil, ...-, algo que es de todos y no es de nadie, y que debemos usar en usufructo para disfrute de las generaciones posteriores. El procomún se refiere a la gestión de los bienes comunes de la Humanidad aprovechando las ventajas que ofrece Internet.
     Hay un dato que se olvida con demasiada frecuencia: cuando agotamos una zona de pesca o se quema una zona forestal, estamos "robando" a nuestros descendientes un recurso. El procomún pretende mantener intactos los bienes que la Naturaleza concede a todos los seres humanos.
     El imperante sistema económico-social ignora el concepto de bien común de la Humanidad, lo mismo que ignora el concepto de derechos humanos.  Ha convertido todo en mercancía y, por tanto, en objeto de continua compra-venta. Es más, de acuerdo con el equilibrio entre oferta y demanda que caracteriza al libre comercio, cualquier escasez de un bien, de la naturaleza se pretende solucionar  elevando su precio.
     En 1968, el biólogo Garret Hardin publicó en la revista Science un artículo en el que puso de manifiesto que los principios defendidos por el fundamentalismo de mercado conducían al agotamiento de cualquier bien común. Este artículo tuvo un gran impacto y fue objeto de análisis por multitud de especialistas.
     Más tarde, las observaciones que condujeron a la concesión del Premio Nobel de Economía 2002 a Elinor Ostrom, primera mujer a la que se concede un Premio Nobel de Economía, demostraron que los seres humanos son capaces de desarrollar voluntariamente varios conjuntos de reglas que permiten llevar a cabo una adecuada gestión de cualquier recurso, es decir, una gestión que supone el paso de recurso a hijos, nietos, ...sin que sufra ninguna alteración. H ay sistemas de este tipo que llevan funcionando cientos de años: en nuestro entorno la mayor parte proceden de la época feudal.
     Elinor Ostrom puso de manifiesto que en estos grupos lo más frecuente es que cada persona anteponga el interés de la comunidad a su interés personal y que priorice la conservación a largo plazo del recurso común frente a sus circunstancias personales, aunque sean muy difíciles. Es probable que estos datos, aunque reales, desconcierten a la mayoría de los economistas porque su disciplina está muy ligada a la idea de que el ser humano es egoísta por naturaleza y solo aspira a optimizar su propia autonomía. Los experimentos realizados en psicología y neurociencia han demostrado que esa idea es falsa.
     Los últimos acontecimientos y las nuevas posibilidades que ofrece Internet han provocado el aumento de las personas preocupadas por los bienes comunes de la Humanidad,  hasta tal punto que algunos vaticinan que puede protagonizar un nuevo modelo de economía, Economía Colaborativa.     



6 comentarios:

Lorenzo Garrido dijo...

Si la naturaleza humana es egoísta, entonces el desafío consiste en cambiar su naturaleza. ¿Por qué iba a ser imposible? ¿Son los capitalistas deterministas, que dicen que esto es así y no hay cambio posible?

J. Felipe dijo...

Es el triunfo del individualismo sobre el bien común. ¿Hasta cuando?

Has vuelto fuerte Juliana, me alegro. Un saludo.

Juliana Luisa dijo...

Estimados Lorenzo Garrido y J. Felipe:
No hay que cambiar la naturaleza humana; hay que favorecer que el ser humano sea como realmente es. Investigaciones en Psicología y Neurociencia han puesto de manifiesto que el ser humano no es individualista y egoista. Como indica Rojas Marcos, lo que sucede es que la cultura no es neutra: al imperante sistema económico-social, a sus élites, les interesa que los ciudadanos pertenezcan al modelo sociológico de elección racional, sean como máquinas de calcular programadas para obtener el máximo beneficio económico y carentes de sentimientos, solidaridad o empatía. Ahora bien, también dice Rojas Marcos que la cultura se puede cambiar; eso es obligación de la sociedad civil.
Lo que he querido mostrar es el triunfo del bien común sobre el individualismo.
Nos jugamos la supervivencia de la especie humana.

Me alegra mucho poder charlar con vosotros. Muchas gracias por estar ahi.

Lorenzo Garrido dijo...

En este punto tenemos siempre planteado un debate. Para mí, el ser humano no es solo solidario, empático, altruista. Como tampoco es solo egoísta. Las élites de que hablas, ¿no son personas?, pues en estas personas domina en ellos el egoísmo, es seguro. Pero no son las únicas. Dicen que nos manipulan, pero muchos se dejan manipular porque así les conviene, porque es lo más cómodo y fácil. No podemos olvidar, o borrar, cinco mil años de masacres y de guerras. ¿Cómo se puede pretender que el ser humano es naturalmente solidario cuando tenemos una historia sangrienta, y esto en todas las naciones del mundo? Y decir que las neuronas espejos solo existen en el ser humano es falso. También los animales son capaces de actos de solidaridad, como cuando un perro arriesga su vida por salvar al almo.

Lorenzo Garrido dijo...

Lo que quería decir en mi anterior mensaje es que el ser humano es bipolar, sufre el trastorno de la doble personalidad, por eso es capaz tanto de lo bueno como de lo malo. Pero está claro que en nuestros días domina la vertiente negativa, según los designios de una élite criminal. Pero el pueblo, por cómplice, también es criminal.

J. Felipe dijo...

Sí, en parte Lorenzo. Es verdad que la historia de la humanidad está llena de barbaridades pero también hay numerosos actos altruistas que, incluso a trascendido, dentro de esa misma historia. Que, por decirlo de algún modo, la parte mala se impone a la buena, pues sí. Pero no debemos arrojar la toalla por ello.