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miércoles, 28 de febrero de 2018

Sabiduria



Después de dedicar toda mi vida a la enseñanza y a la investigación, ¿qué opino de la inteligencia artificial? Desde mi punto de vista, es un ejemplo de lo que se denomina inteligencia fracasada, una inteligencia que, no solo renuncia a cambiar cosas que es importante cambiar, sino que crea más problemas.  En el mejor de los casos diría que la investigación en inteligencia artificial demuestra una falta de sabiduría, entendiendo por sabiduría la capacidad de discernimiento, que nos permite tomar las decisiones adecuadas en temas de interés vital.
En un mundo con unas desigualdades económicas insufribles y graves problemas de desempleo, con problemas debidos a la contaminación del aire y las aguas, donde hay escasez de masas forestales, está desapareciendo todo tipo de vida en los océanos, etc. resulta inconcebible que haya personas que dediquen su inteligencia y su tiempo a la fabricación de máquinas dotadas de lo que se ha dado en llamar inteligencia artificial, pero carentes de empatía, solidaridad, amor, sentido de la vida, libre albedrío, responsabilidad,…. Con esas máquinas no solo se aumenta el número de desempleados, sino que se roba a los seres humanos capital social, mucho más importante que el capital en dinero.
Esas máquinas podrán tener inteligencia (artificial),  pero  nunca tendrán sabiduría. No  necesitamos ese tipo de inteligencia, sino dotar de sabiduría la inteligencia humana para mejorar la vida de todos los seres humanos presentes y futuros.
Según  Nick Bostrom (Helsinborg, Suecia, 1973), una de las voces más autorizadas para hablar de los avances tecnológicos en nuestro tiempo, director del Instituto para el Futuro de la Humanidad y el Centro de Investigación de Inteligencia Artificial de la Universidad de Oslo, donde ejerce como profesor,  "no es difícil pensar en una inteligencia artificial que sea cada vez más poderosa y cuyos objetivos no estén perfectamente alineados con los objetivos humanos". "A medida que la tecnología madura, crece su poder destructivo". El reto consiste en tener "la tecnología que nos haga capaces de diseñar estos poderosos sistemas artificiales alineados con los valores humanos y que siempre hagan lo que lo que nosotros queremos que hagan". En relación con "las políticas que deben tomar los gobiernos y compañías tecnológicas al respecto", Bostrom indica que "si nuestra forma de abordar el problema consistiera en permitir que las empresas y naciones compitieran para ver quien consigue mejores resultados podríamos sufrir consecuencias muy negativas (El País, 9 de diciembre de 2017).
Inteligencia con sabiduría es lo que demostró, en el Madrid Design Festival, el holandés Daan Roosegaarde (1978). En una entrevista, Roosegaarde sostuvo que "no falta ni dinero ni tecnología, pero falta imaginación. Ese es el papel de los diseñadores: idear propuestas que mejoren la vida". Dice estar convencido de que la competencia no busca el ben común, sino privado. "Es la colaboración lo que se necesita para llegar a buen fin". "Vivimos en un sistema viejo, basado en dinero y tiempo. Necesitamos uno nuevo basado en los valores incuestionables del agua potable, el aire limpio y la energía no contaminante".  En su estudio hay científicos, ingenieros y biólogos, porque, según él, "los proyectos que pide el mundo requieren unión de conocimientos por encima de especializaciones". Explica que ha sido pobre durante años. "Pero creía firmemente en lo que hacia. Eso es otro tipo de riqueza. Ahora tenemos sueldos dignos". "Mi trabajo es mi manera de que el mundo tenga sentido. No entiendo el paisaje de polución, atascos y gente solitaria que hemos construido. Por eso intento que lo que hago tenga sentido". En el periódico (El País, 16 de febrero de 2018), se cita alguno de sus "diseños": un sendero para bicicletas iluminado con miles de piedras que captan luz solar y la emiten por la noche; una torre que aspira 30.000 metros cúbicos de polución en una hora utilizando tan solo la energía que necesita una tetera eléctrica; y una bicicleta que traga aire sucio y lo devuelve limpio".
La realidad es que, aunque no reciben un claro apoyo institucional, existen, en estos momentos, muchas personas comprometidas con la idea de construir un mundo más humano.

sábado, 10 de febrero de 2018

Construir la paz



Puesto que la mayoría de los ciudadanos no desean las guerras pero, al mismo tiempo, cree que es imposible detenerlas, el primer cambio que debemos propiciar es en nuestras mentes. Debemos cambiar esa idea de que “no es posible”, porque lo único  que nos impide transformar la realidad son nuestras creencias sobre la misma. 
Mijail Gorbachov, 1997 (Prólogo de Fredrik S. Heffermehl al libro Construir la paz, 2003, Icaria editorial y Fundación Cultura de Paz)      
                             
Fredrik S. Heffermehl es abogado, licenciado en Derecho por la Universidad de Oslo Master of Laws por la Universidad de Nueva York. Desde 1984 es un renombrado activista Actualmente es vicepresidente de la International Association of Lawyers Against Nuclear Weapons.
A  continuación, voy a  mostrar algunas frases o párrafos del citado  prólogo.

“[…] llego a la conclusión de que el militarismo se deja manejar por fuerzas más poderosas, esencialmente, económicas, y que solo una movilización masiva por la paz puede salvar la vida es este planeta”.
“Es posible [la paz], a pesar de los continuos gastos desorbitados en más y más armamento.  Es posible, incluso sabiendo que millones de personas dependen del ejército y de los preparativos de guerra para ganarse la vida y que además en la actualidad cuentan con el poder necesario para controlar incluso las decisiones políticas que conciernen a los presupuestos que se les asigna”.
“Lo cierto es que cuando a una idea le llega el momento, esta cobra más fuerza que el avance de cualquier ejército. Los cambios más increíbles e inesperados pueden hacerse realidad. Nadie  sospechaba que el comunismo y el Telón de Acero se desmoronarían unos meses antes de que, efectivamente, así ocurriera. Del mismo modo, nadie imaginaba que la minoría blanca de Sudáfrica, que ostentaba todo el poder militar, tendría que acabar negociando con el prisionero Nelson Mandela, liberándole y convocando unas elecciones que le erigirían como el nuevo Nelson Mandela. Cuando la  gente se une por una causa, el milagro ocurre. Posiblemente el mayor enemigo de la paz en el mundo sea la extendida creencia de que la paz es imposible. La clave está en añadir y si fuera posible. Ahí radica la diferencia entre formar parte del  problema o formar parte de la solución”.
“Las últimas generaciones han sido testigos de un gran avance en el desarrollo de nuestra conciencia ética colectiva.  La dignidad e igualdad básicas de todos los seres humanos se ha expresado en la Declaración de los Derechos Humanos y en la Convención sobre los Derechos Humanos de las Nociones Unidas. […] Del mismo modo, las técnicas para la resolución de conflictos están evolucionando con rapidez. Tanto las ideas como las palabras tienen la fuerza necesaria para cambiar el mundo y, de hecho, así lo hacen”.
“La Carta de Naciones Unidas obliga a los estados a resolver sus disputas sin recurrir a la fuerza”.
“La democracia es, en sí misma, un sistema para fomentar la resolución pacífica de los conflictos. Antaño los hombres defendían sus derechos por la fuerza bruta. Sin embargo, las sociedades  civilizadas crearon leyes y tribunales y cuerpos policiales para garantizar que fueran eficaces. ¿No ha llegado ya el momento de que la comunidad internacional también se civilice?”.

 NOTA. A mi juicio, un ejemplo de que “cuando a una idea le llega el momento, esta cobra más fuerza que el avance de cualquier ejército”,  lo constituye, en la actualidad, el  movimiento a favor de la igualdad hombre-mujer.

jueves, 8 de febrero de 2018

Invadidos o usurpados



A principios de enero de 2018 nos enteramos que, entre 2012 y 2015, se habían financiado, a través de una asociación a fin a tres empresas automovilística  -Volkswagen, BMW y Draimier-, unos experimentos con monos y seres humanos, para demostrar que las emisiones dióxido de nitrógeno (NO2) de los motores diésel no eran dañinas. Enterado, el gobierno alemán les recomendó que lo que debían hacer es reducir las emisiones y no intentar probar que no son perjudican a la salud humana. No he leído si ha dicho o hecho algo más. Sin embargo, como ha dicho Berna González El País, (1 de febrero de 2018), “Le toca a las autoridades de Alemania y Europa atar en corto a un lobby que pone en juego sin complejos nuestra salud”. Pero, siempre está acechando el fantasma del crecimiento económico. Lo que sí sé es que la BBC ha indicado cómo funcionan las pruebas científicas sobre polución, legales y comunes, llevadas a cabo por entidades públicas bajo estrictas medidas éticas y transparencia en sus procedimientos y nunca con la participación de los lobbies. Los datos obtenidos en estas pruebas condujeron a que, en 2012, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificase a estos gases de cancerígenos,
Estas empresas vuelven a demostrar que la ética no está en sus prioridades. Recuérdese, en el caso de Volkswagen, el fraude de las emisiones detectado en Estados Unidos.
Mientras, no hay que menospreciar el papel de los ciudadanos, al fin y al cabo los que ponen en juego su salud.
Javier Marías es autor de un trabajo, publicado en el País Semanal nº 2.157, y titulado “Invadidos o usurpado” en el que indica recordar una película de Donald Stegel, La invasión de los ladrones de cuerpos de 1955. En la localidad californiana de Santa Mira la gente la gente empieza a sufrir una manía o alucinación colectiva: niños que aseguran que su madre no es su madre, sobrinas que niegan a su tía, pese a que la madre y el tio mantengan no solo su apariencia física de siempre, sino todos sus recuerdos.  A quienes denuncian la “suplantación” se los toma por trastornados, hasta que los personajes principales descubren que, en efecto, se está produciendo una usurpación masiva de los cuerpos: en unas extrañas vainas gigantes se van formando clones o réplicas  exactas de todos los individuos, a los que sustituyen durante el sueño. Nadie cambia de aspecto, los clones heredan o se apropian de la memoria de cada ser humano “desplazado”, todo parece continuar como siempre, son los de toda la vida y a la vez no lo son. Son inhumanos.
“Si me acuerdo tan a menudo", dice Marías, "esa película y la novela de Jack Finney en que se inspiró, es porque hace tiempo –y la cosa va en aumento- tengo la sensación  de que se está produciendo en el mundo una invasión de ladrones de cuerpos y mentes. No se trata de que las nuevas generaciones me resulten marcianas (no es así), sino que  percibo esos cambios incomprensibles en personas de todas las edades. A muchos que juzgaba ‘normales’ y razonables los veo ahora anómalos e irracionales. Demasiadas actitudes me son inexplicables y ajenas, e-negadoras o deformadoras de la realidad”.
Por mi parte, he citado ese texto de Javier Marías, porque me pasa lo mismo que a él. En el caso de los experimentos financiados por las indicadas empresas automovilísticas, considero inexplicable, no propio de seres razonables, seguir comprando y enriqueciendo a unas multinacionales que se comportan de esta manera; y, como él, estoy  convencida de que el sistema está llevando a cabo una usurpación masiva de nuestras mentes y nuestra humanidad.

sábado, 3 de febrero de 2018

Cultura de paz



Tras haberse llegado al borde de la destrucción  global, el 10 de febrero de 1963, Kennedy  pronunció su “discurseo de la paz” en el que instaba a emprender una búsqueda a escala mundial de soluciones a los problemas creados por los seres humanos.
“Demasiados de nosotros pensamos [que la paz] es un imposible. Demasiados pensamos que es irreal. Pero esta es una opinión peligrosa y derrotista, Nos lleva a concluir que la guerra es inevitable, que la humanidad está condenada, que somos presa de fuerzas que no podemos controlar. No tenemos por qué aceptar esta opinión. Nuestros problemas son fruto de la acción del ser humano; por consiguiente, el ser humano es capaz de resolverlos. Y el ser humano puede ser tan grande como desee. Ningún problema relacionado con el destino de la humanidad queda fuera del alcance de los seres humanos. La razón y el espíritu del ser humano ha resuelto a menudo lo irresoluble, y nosotros creemos que podemos volver a hacerlo. […]   porque la paz es un proceso, un modo de resolver problemas.
[…] En última instancia, nuestro vínculo común más esencial es que todos vivimos en este planeta. Todos respiramos un mismo aire. Todos valoramos el futuro de nuestros hijos y todos somos mortales”. (Extraido del libro de Jeffrey Sachs Economía para un planeta abarrotado, 2008:25-26).
En la actualidad, olvidando los principales retos económicos y políticos con que la humanidad debe enfrentarse: sostenibilidad medioambiental (cambio climático, agotamiento de recursos naturales, contaminación de aguas y aire,…), desigualdad económica entre países y dentro de un mismo país, pobreza extrema, consideración como mercancía los derechos humanos y los bienes comunes de la humanidad, …. una parte importante de nuestros dirigentes se dedican a aumentar sus gastos militares, a pesar de que existen armas  capaces de destruir varias veces nuestro el planeta en que vivimos.
No obstante, como decía Kennedy, “ningún problema relacionado con el destino de la humanidad queda fuera del alcance de los seres humanos” y a pesar de quienes considera la guerra como única manera de resolver todos los problemas, han surgido seres humanos que trabajan para la instauración de una “cultura de paz”.  La cultura de paz consiste en una serie de valores, actitudes y comportamientos, que rechazan la violencia y previenen los conflictos, tratando de atacar sus causas para solucionar los problemas mediante el diálogo y la negociación entre las personas y las naciones, teniendo en cuenta que los derechos humanos tienen que ser respetados e incluidos en esos tratados.
El término “cultura de paz” fue aprobado por la Asamblea General de la ONU el 6 de octubre de 1999 (Resolución 53/243). En el documento,  se incita a todos los (individuos, grupos, asociaciones, comunidades educativas, empresas e instituciones) a llevar a su actividad cotidiana un fuerte compromiso basado en el respeto por todas las vidas, el rechazo a la violencia, la generosidad, el entendimiento, la preservación ambiental y la solidaridad.  Se intenta concienciar al mundo sobre la necesidad de una cultura de paz,  que rechace toda clase de violencia, que nos ayudará a forjar un mundo más justo, más dolidarios, más libre, digno y armoniosos para todos.
La cultura de paz están incorporada en la agenda de los “Objetivos de Desarrollo Sostenible” de la ONU, porque no puede haber desarrollo sostenible sin paz, ni paz sin desarrollo sostenible. Se integran tres dimensiones del desarrollo: el económico, el social y el ambiental. La paz no es solo ausencia de conflictos.
Existen muchas personas y organizaciones que trabajan a favor de una cultura de paz. Entre las organizaciones tenemos la  Fundación Cultura de Paz, creada en 2000 con el objetivo de construir y consolidar una cultura de paz por medio de la reflexión, la investigación y la acción sobre el terreno, presidida por Federico Mayor Zaragoza.
El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz realiza estudios científicos sobre la cooperación y los conflictos con el fin de contribuir a la comprensión de las condiciones necesarias para la resolución pacífica de los mismos y el mantenimiento de una paz duradera.
La Escuela Instrumento de Paz es una ONG dedicada a la promoción de la educación para la paz y los derechos humanos en todo el mundo.
De estas y otras organizaciones, así como de los textos aprobados por la ONU se pueden encontrar muchas referencias en Internet.
Debemos promover con rapidez y valentía la transición desde una economía de guerra a una economía de desarrollo global sostenible”. Federico Mayor Zaragoza.