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viernes, 14 de septiembre de 2018

Desigualdad económica. Objetivos de Desarrollo Sostenible



En septiembre de 2015, más de 150 jefes de Estado y de Gobierno se reunieron en la histórica Cumbre de Desarrollo Sostenible (Organización de Naciones Unidas) en la que se aprobó la Agenda 2030. Esta Agenda contiene 17 objetivos se aplicación universal para lograr un mundo más justo, sostenible y pacífico. El Objetivo número 10 es “reducción de las desigualdades”. Según el correspondiente documento: “La desigualdad de ingresos es un problema mundial que requiere soluciones globales. Estas incluyen mejorar la regulación y el control de los mercados y las instituciones financieras y  fomentar la asistencia para el desarrollo y la inversión extranjera directa para las regiones que más lo necesitan. Otro factor clave para salvar esta distancia es facilitar la migración y la movilidad segura de las personas”.
Oxfam Internacional, una confederación internacional de 20 organizaciones que trabajan juntas en más de 90 países, como parte de un movimiento global a favor del cambio, para construir un futuro libre de la injusticia que supone la pobreza,  hizo público el 2 de enero de 2018 un informe, “Premiar el trabajo, no la riqueza”, en que decía que el 82 % de la riqueza mundial generada en 2017 benefició al 1 % más rico de la población mundial, mientras que 3.700 millones de personas, que constituyen la mitad más pobre del planeta, no vieron nada de  esa riqueza. Y, añadía que “ese mismo año 2017 el  número de multimillonarios experimentó su mayor aumento en la historia, con un nuevo multimillonario cada dos días”.
Una, pero no la única, causa de la enorme desigualdad existente entre países es consecuencia de un sistema que predica la falta de regulación y libertad de movimiento de las empresas por todo el mundo: deslocalización de la actividad productiva.
La deslocalización de la actividad productiva, contrariamente a lo que podría desearse, no supone una ayuda a los países pobres, sino su explotación, al mismo tiempo que una pérdida de puestos de trabajo  en los países industrializados. Todo ello acompañado de un incontrolado deterioro ambiental y una falta de consideración de los trabajadores, en ocasiones niños y niñas, como seres humanos. Para el vigente sistema económico-social, las ganancias económicas de las grandes empresas están por encima de las personas y el medio ambiente. Un sistema que, por una parte, considera que ética y economía son incompatibles, y, por otra, intenta convencernos de que no somos homo  sapiens sino homo económicus.
Según el profesor de Filosofía Moral, Jesús Conill, en Ética para la sociedad civil (Universisad de Valladolid, 2003:121) el vigente sistema económico no ha surgido de la nada, sino que es consecuencia de una serie de decisiones y de acuerdos internacionales en los que no han intervenido los ciudadanos y que está llevando la Humanidad hacia el precipicio. Era necesario el diseño de unos objetivos que nos lleven a un mundo sostenible. Pensando en  el mundo que vamos a dejar a las generaciones futuras, estamos obligados a colaborar con quienes están trabajando para que esos objetivos se alcancen en 2030.

martes, 11 de septiembre de 2018

Se vende



“Se vende aldea en los Picos de Europa” (El País,4 de septiembre de 2018) Según el periódico se trata de “”una idílica aldea asturiana rodeada de prados con vistas a las montañas, incluidos al Parque Nacional de los Picos de Europa y a tan solo 35  kilómetros de Covadonga, 24 de Cangas de Onís y otros tantos de Lastres, en la costa oriental de la comunidad norteña”.
“La pequeña localidad, en la que no reside ningún vecino. Salvo los encargados del complejo rural que tiene una capacidad para 48 camas –en funcionamiento desde hace años-, cuenta con 1.115 metros cuadrados construidos, de los cuales 950 son útiles, aunque su superficie total supera los 100.000 metros cuadrados, unas diez hectáreas en total”.
¿Se puede vender una aldea? A mi juico se pueden vender las casas que se han quedado vacías, por ejemplo,  porque sus dueños han emigrado a la ciudad. Pero… ¿se puede vender una aldea en su totalidad? ¿quién es el dueño de la aldea? ¿Quién recibirá el dinero de la venta?  ¿No se está vendiendo territorio español’. Desde luego, después de la venta, entre otras cosas, nadie podrá disfrutar gratuitamente de un paisaje único. Sin duda estamos en un caso de algo que es de todos, pero no pertenece a nadie, un bien común de la humanidad.   Porque es de todos y no pertenece a nadie, no se puede vender.
Sin embargo, una muy importante característica del actual sistema económico-social es haber transformado todas las actividades humanas en mercancías. Es lo que el catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y Director del Colegio de Altos Estudios Europeos Miguel Servet de París, fallecido en 2010, José Vidal-Beneyto denomina “”proceso de mercantilización de la realidad” y que califica de “gangrena” de las sociedades. En una columna periodística “La gangrena” publicada en El País. 24 de mayo de 2003, este catedrático escribió: “El proceso de mercantilización de la realidad, la conversión de todos los componentes de la vida humana en productos que se venden y se compran, es decir, en mercancías, verdadera gangrena de las sociedades contemporáneas, avanza de manera imparable”. El Premio Nobel de Medicina 2002, John Sulston, en una entrevista publicada en El País el 4 de octubre de 200, afirmó: “El comportamiento de las grandes empresas y la consideración como mercancías y productos de no mercado, han contaminado el comportamiento de las personas y las sociedades”. Entre esas actividades de no mercado se encuentran, además de los bienes comunes, los derechos humanos.
La aldea en los Picos de Europa, que se ha puesto a la venta, es un bien común, que el sistema ha convertido en mercancía. Si usted quiere ver el paisaje que se divisa desde allí tendrá de pagar.
La periodista Berna Gonzáles Harbour es autora de un trabajo titulado “La plaza del pueblo no se privatiza”, publicado en El País de 20 de octubre de 2016. Berna empieza diciendo que Grecia estaba privatizando playas, islas desiertas, sedes olímpicas, edificios históricos y campos de golf y termina  indicando que si una plaza de pueblo o una playa está en manos privadas y usted va a sacar al niño a pasear o a jugar en esa plaza o quiere tomar el sol en esa playa, tendrá que pagar. 
Necesitamos, urgentemente, leer, pensar y, a continuación, actuar para que no nos quiten lo que es de todos.

jueves, 6 de septiembre de 2018

Al ministo italiano, Matteo Salvini



Borrador de carta abierta al ministro italiano de Interior, Matteo Salvini … y a sus seguidores

Señor ministro:
Permíta que le comente algunas cosas acerca de los flujos migratorios. Es mi deber, mi responsabilidad: no quiero ser cómplice de todas las muertes que tengan lugar por sus ideas. ¿Seré capaz de hacer que cambie de opinión? ¿Por qué usted ha colocado “el blindaje de las fronteras en el punto más alto de su agenda”? ¿Qué haría usted si los que llegan en patera a Italia llegasen cargados de dinero?  ¿Está de acuerdo con lo que escribió el conocido humorista gráfico, EL ROTO,  en una viñeta de El País de 9 de julio de 2016: “¡Si traen dinero, son inversores, acogedlos¡ ¡Si no lo traen,  son invasores, expulsarles!
Puedo demostrarle que cuando una persona, sin dinero, se embarca en una aventura que puede llevar años y, al final conducirle a la muerte no es porque quiera hacer turismo.
¿Vio usted el cuerpo sin vida de un niño en la orilla de una playa en Bodrum (Turquía)? Fue el día 2 de octubre de 2013. El niño iba con sus padres y otras muchas personas un una barca camino a Grecia.  Su tía, Tima Kurdi, recuerda la tragedia en un libro The Boy on the Beach. My Family’s Escape from Ayria and Our Hope for a New Home (El niño en la playa. La huida de mi familia a Siria y la esperanza de una nueva casa) El niño se llamaba Alan y tenía dos años. En ese libro, Tima Kurdi explica por qué los padres de Alan quisieron huir  de Siria. “Nadie quiere dejar Siria porque sí. La situación en Kobane [ciudad  kurda al norte del país, en la frontera con Turquía] tras la invasión del ISIS era insostenible, y la huida del padre de Alan y los suyos hacía Turquía, era inevitable”.
Cuando la familia de Alan llegó Turquía,  no encontró “una vida mejor, sino más bien pobreza y explotación laboral, al igual que muchos de sus compatriotas. En Estambul, el padre de Alam, que trabajaba 12 horas al día en una fábrica textil por menos de cinco euros, se vio obligado a dormir junto a los suyos en el baño de la empresa que le contrataba”.
Para los miles de sirios sin documentación o con pasaporte caducado, como el padre de Alan, “huir a Grecia era la única esperanza de conseguir un futuro mejor”. Tima Kurdi recuerda el mensaje de su hermano unos días antes de enterarse, por la prensa, de la tragedia. Murieron Alan y su madre.
“Escribí este libro porque quería que el mundo entendiese que mi familia no era diferente de  cualquier otra”, explica, Tima “nosotros también somos seres humanos: celebramos los cumpleaños, trabajamos, estudiamos. Teníamos una vida normal  antes de que   empezara la guerra”.
La tía de Alan dice no tener palabras para calificar a los políticos que hoy basan su estrategia electoral en el odio a quienes huyen de sus países en busca de un mundo mejor. “Espero que mi libro provoque una toma de conciencia global”. (Fuente: El País, 3 de septiembre de 2018)

No puedo terminar esta carta, sin informarle que, en estos momentos, no es únicamente, la guerra la culpable de que muchas personas mueran   en el intento de buscar un mundo mejor. Otras muchas personas vienen a Europa, porque, antes, nosotros hemos destrozado su país. 
- El Premio Nobel  Josep Stiglitz acusa a los países más avanzados de lo que él llama “hipocresía”, "Predicaron a los países en desarrollo para que no subsidiaran a sus industrias, pero ellos siguieron derramando miles de millones en subsidios a sus agricultores, haciendo imposible que los países en desarrollo pudieran competir".  Miles de agricultores de los países en desarrollo tuvieron que abandonar los campos de cultivo  y buscar cómo ganar dinero en la ciudad. (Joseph E. Stiglitz, La gran brecha. Qué hacer con las desigualdades, 2015:305, Penguiun Random House, Barcelona)
- Aprovechando que los agricultores de los países subdesarrollados carecen de títulos de propiedad que acrediten que los suelos que labran son suyos, empresas de los países desarrollados se han apropiado de ellos y han dejado a esos agricultores sin posibilidad de cultivar los alimentos que necesitaban. Las grandes empresas multinacionales agroindustriales, como todas las empresas de este tipo, únicamente piensan en las ganancias económicas, con frecuencia, han sustituido  la producción de alimentos por otros cultivos que les proporcionan mayores ganancias económicas.
- Paul Collier, profesor en la Universidad de Oxford y director del Centro de Estudios de Economías Africanas, en su libro El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo (2009, Turner Ediciones, Madrid) señala que una de las razones por las que un país no puede salir de la pobreza es que sea rico en algún recurso natural que interese a los países desarrollados.  En la actualidad, un recurso natural que interesa mucho a los países desarrollados es el coltán, muy abundante en la República Democrática del Congo. ¿Sabe usted lo que está pasando en el Congo?
Paul Collier indica (2009:159) que “la emigración ha sido siempre la gran herramienta igualitaria”, y comenta sus consecuencias para el país pobre. Señor ministro no quiero cansarle, pero, para ir terminando, permita que le indique lo que  este profesor señala en el último capítulo del libro que acabo de indicar. “Tengo un hijo de seis años y no quiero que crezca en un en un mundo que tiene una enorme herida abierta: mil millones de personas sumidas en la desesperación mientras el resto del mundo disfrutan de una prosperidad sin precedentes”. Este profesor recuerda el origen de la Segunda Guerra Mundial y señala:  “Todos los ciudadanos tenemos la responsabilidad de no volver a precipitarnos como sonámbulos en otra catástrofe evitable cuyas consecuencias pagarían nuestros hijos”.  

Concluyendo. Conocidas las razones por las que esas personas vienen a Europa, ayudemos al desarrollo de su país.Hay que hacer una decidida defensa del derecho a no emigrar, es decir, de algo tan simple como la posibilidad que debe tener todo ser humano de vivir en su comunidad de manera digna y saludable, de disponer de una vivienda, de agua potable, educación, sanidad, ...opciones hace tiempo reconocidas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y que, sin embargo, se concultan día a día en miles de lugares en todo el mundo.
Así lo espero.