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martes, 30 de noviembre de 2021

Eventos posteriores al Informe Brundtland..

 Tras la presentación del Informe Brundtland, el siguiente acontecimiento internacional significativo fue la Cumbre sobre la Tierra, celebrada en junio de 1992 en Río de Janeiro.  El objetivo principal de la Cumbre era encontrar modos de convertir las buenas intenciones en medidas concretas y de que los gobiernos firmaran acuerdos vinculantes específicos para hacer frente a los grandes problemas ambientales y de desarrollo.

Como ya he dicho “era la primera vez que el vinculaba desarrollo económico y sostenibilidad,  admitiendo con claridad que las tensiones ejercidas sobre el medio ambiente y los modelos de desarrollo económico van unidos y reconociendo que no solo la industrialización tenia efectos negativos en el medio ambiente sino también la pobreza. Desde entonces,  todas las agencias de las Naciones Unidas han mantenido el vínculo entre esos conceptos y lo han convertido en la clave de su trabajo”.

Los resultados se vieron empañados por la negativa de algunos gobiernos a aceptar los calendarios y objetivos para el cambio (por ejemplo para la reducción de emisiones gaseosas que conducen al calentamiento global), a firmar ciertos documentos (había quien opinaba que el Convenio sobre la Diversidad Biológica debilitaba las industrias de biotecnología de los países industrializados), o a aceptar la adopción de medidas vinculantes (como en el caso de los principios forestales).

A pesar de ello, el éxito de la Cumbre fue un importante ejercicio de concienciación a los más altos niveles de la política. Con posterioridad a la Cumbre ningún político relevante podría ignorar los vínculos existentes entre el medio ambiente y el desarrollo. Además, dejó claro que eran necesarios cambios fundamentales para alcanzar un desarrollo sostenible.

En 2002, la Organización de las Naciones Unidas convocó la Cumbre sobre Desarrollo Sostenible, también conocida como Río+10. Los acuerdos finales acordados en esta Cumbre, que reunió en la ciudad sudafricana de Johannesburgo a representantes de 191 países, incluyeron una Declaración Política, que formula una serie de principios para alcanzar el desarrollo sostenible. Esta Cumbre decepcionó a las organizaciones no gubernamentales que esperaban acuerdos concretos en otros aspectos como el aumento de las fuentes de energía renovables o la lucha contra la pobreza.

La que fue cuarta Cumbre de la Tierra tuvo lugar en junio de 2012 en  Río de Janeiro bajo la denominación de Conferencia de Desarrollo Sostenible Rio 20.

El acuerdo titulado EL FUTURO QUE QUEREMOS contiene medidas claras y prácticas para la implementación del desarrollo sostenible. Entre las numerosas medidas, los Estados Miembros acordaron iniciar un proceso para desarrollar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).

El 25 de septiembre de 2015  la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.

Los Estados miembros de la Naciones Unidas aprobaron una resolución en la que reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la erradicación de la pobreza y afirman que sin lograrla no puede haber desarrollo sostenible.

La Agenda plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. Estos Objetivos se elaboraron en más de dos años de consultas públicas, interacción con la sociedad civil y negociaciones entre los países.

La Agenda implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, y cada uno fijará sus propias metas nacionales, apegándose a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), dispone el texto aprobado por la Asamblea General.

lunes, 29 de noviembre de 2021

Desarrollo sostenible

 Desde hace muy pocos años  la expresión  “desarrollo sostenible”, se podría decir que está de “moda”,  aunque no todos sanen, exactamente qué significa.  Un desarrollo sostenible es un desarrollo que pretende satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras. Es una alternativa al concepto de desarrollo habitual, haciendo hincapié en la necesidad de reconciliar el bienestar económico, los recursos naturales y la sociedad evitando comprometer la vida de los futuros seres humanos. Es un concepto tan obvio como esencial  para nuestra supervivencia, pero hace apenas cincuenta años ni siquiera existía: el  mundo se movía por otros parámetros: la clave era el crecimiento económico y no importaba como conseguirlo. Sin embargo,  en los años setenta comenzaron a vislumbrarse  los muchos problemas que este planteamiento estaba causando y los efectos que las acciones humanas estaban teniendo sobre la naturaleza.

He dicho los años setenta, pero lo cierto es que algunas personas empezaron a vislumbrarlo bastante antes.  Una de ellas fue es el escritor Miguel Delibes. En su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua Española, Miguel Delibes advertía sobre la angustia que experimentaba por el futuro de una Tierra sometida a una intensa explotación a causa de las exigencias de la era tecnológica. El discurso que pronunció entones dio lugar a dos libros:  SOS y Un mundo que agoniza. Delibes confiesa que treinta años después, esas preocupaciones suyas por el medio ambiente no habían disminuido, sino al contrario: “el abuso del hombre sobre la naturaleza no solo persiste, sino que se ha exacerbado”: agotamiento de  recursos, contaminación, escasez de agua dulce, desaparición de especies…  Además, nuevos nubarrones, que en los años setenta aun no percibíamos, han aparecido, amenazadores, en el horizonte, especialmente dos: el adelgazamiento de la capa de ozono y el cambio climático.

Indica que, en esas condiciones, aprovechó una visita de su hijo Miguel, unos meses después de haber sido galardonado por el Rey con el Premio Jaume   por sus desvelos ambientales, para hacerle ver su perplejidad.  “Deje caer una serie de preguntas relacionadas entre sí en un tono intrascendente, que seguramente traslucía, sin embargo, ml honda preocupación. Sus respuestas, empero, fueron tan incitantes y prolijas que en poco más de veinte minutos nos habíamos enredado en una conversación, para mi reveladora y apasionante, sobre el futuro de la Tierra. Al final de aquella mañana ya había convencido a Miguel  para extender nuestra charla y tratar, además, de darle publicidad, pues me parece obligado que los habitantes del planeta conocieran la opinión de los científicos sobre la situación por la que éste atraviesa”, comenta.

“Un poco sin plan previo, empezamos a hablar en Sedano mediado junio de 2004, mas nuestras conversación habría que extenderse, con las pausas  naturales, esos pocos días que estuvo en el pueblo”, añade Miguel Delibes, padre.

Y así nació,  firmado por Miguel Delibes y Miguel Delibes de Castro (2005, Club de Lectores), el libro La Tierra Herida ¿Qué mundo heredaran nuestros hijos?”  que citaré en más de una vez.

Sin embargo, “desarrollo sostenible”  se formalizó por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland, un documento de casi 500 páginas que tardó tres años en elaborarse. Escrito con la colaboración de cientos de expertos y presentado en 1987 por la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de la ONU, dirigida por la expresidenta noruega Gro Harlem Brundtland, el documento sentó las bases teóricas del desarrollo sostenible. En él se decía: “Vemos la posibilidad de una nueva era de crecimiento económico que ha de fundarse en políticas que sostengan y amplíen la base de recursos del medio ambiente y creemos que este crecimiento  es absolutamente indispensable para aliviar la gran pobreza que sigue acentuándose en buena parte del mundo en desarrollo.  No estamos pronosticando un futuro;  estamos presentando una advertencia –una advertencia urgente basada en los últimos y mejores argumentos científicos- de que ha llegado la hora de tomar las decisiones necesarias para asegurar los recursos que permitan sostener a la presente y futuras generaciones”.

 Estas palabras, extraídas de un informe que sigue siendo inquietantemente actual, sentaron las bases para lo que en 1992 sería la Declaración de Rio sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Era la primera vez que se vinculaban desarrollo económico y sostenibilidad, admitiendo con claridad que las tensiones ejercidas sobre el medio ambiente y los de desarrollo económico van unidos y reconociendo que  no solo la industrialización tenia efectos negativos en el medio ambiente sino también la pobreza.  Desde entonces, todas las agencias se Naciones Unidas han mantenido el vínculo entre esos conceptos y lo han convertido en la clave de su trabajo.

NOTA. Los dos últimos párrafos están extraídos de libro nuero 9 de la colección El Estado del Planeta, realizada conjuntamente por la Organización de las Naciones Unidas para la  Alimentación y la Agricultura (FAO) y el diario EL Pais sobre los grandes retos de la humanidad en el siglo XXI

sábado, 27 de noviembre de 2021

Precio de la luz

 “La llegada del frio empuja la luz a su semana más cara de la historia”  ¿Por qué?

Según una noticia, publicada en el periódico El País, 26 de noviembre de 2021, existe una estrecha relación entre el precio de la luz y “el encarecimiento del gas natural”. 

La vicepresidenta tercera del Gobierno español y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera,  aseguró  que los precios “astronómicos” de la electricidad obligan al Gobierno a reforzar la protección de los consumidores y a plantearse los límites de un sistema “que claramente necesita mejoras”.  La protección a los consumidores ya se está llevando a cabo, pero no se está mejorando el sistema.

 ¿Qué relación existe  entre el gas natural y el precio de la luz?

En el periódico de indica: “Mientras que el gas natural y los derechos de emisión de dióxido de carbono no alojen, la luz seguirá siendo un quebradero de cabeza para la mayoría de las familias españolas. Y nada parece indicar que ninguno de los dos factores vaya a desaparecer pronto del horizonte energético. El gas natural, que ha cuadruplicado su precio en lo que va de año, depende en gran medida de la voluntad de  terceros países de los que depende el suministró europeo  (Rusia, Argelia Noruega)  y de los pocos de consumo derivados de las condiciones climáticas (el consumo se dispara cuando hace mucho frio o mucho calor). Los expertos creen que, como pronto, habrá que esperar hasta la próxima primavera para ver un abaratamiento consistente y sostenido en el tiempo en el precio de esta energía fósil, con la que se alimentan las centrales de ciclo combinado. […]

También han influido otros factores coyunturales, que se disiparán en las próximas semanas, como la parada de tres de los siete reactores nucleares de los que dispone España”.

¿Cómo nos alumbrábamos cuando no había petróleo, ni gas natural, ni reactores nucleares?  Aprovechábamos la energía que recibíamos del Sol;  teníamos distintos procedimientos para aprovechar la energía, que el Sol nos envía diariamente.

Los términos “crisis de energía” y “carencia de recursos energéticos” no son sinónimos; nuestro planeta contiene gran cantidad de energía, pero hay dificultades, no de orden científico, sino político, para aprovecharla.   Seamos sinceros, a las empresas que trafican con combustibles fósiles, conociendo los graves problemas que plantea el cambio climático, no les interesa aprovechar ninguna alternativa, quieren seguir ganando dinero “pase lo que pase”.

¿A quién compro ya la energía eléctrica que consumo?  A una cooperativa, perteneciente a la economía social y solidaria que transforma la energía solar en energía eléctrica, Som Energía.  Se asustarían si  les dijera el importe mensual de mi factura de la luz.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Semillas. Bien Comun de la Humanidad

 

La Gran Cámara de Recursos de la Oficina Europea de Patentes (OEP) ha confirmado en un dictamen que las plantas y los animales obtenidos exclusivamente por procedimientos esencialmente biológicos no son patentables.  Pone fin así a años de dudas en este ámbito. Sin embargo, algunas organizaciones agrarias han advertido que todavía deben  adaptarse algunas decisiones política para “cubrir las lagunas existentes” de forma definitiva.

Grandes empresas (Monsanto-Bayer,  Heinekem y Carlsnberg ) están aprovechando esas “lagunas” legales que existen en la legislación sobre propiedad intelectual para convertirse en dueñas de todas  semillas, es decir, para patentar semillas.

La sociedad civil, a través de la ONG “Nosotros Movemos Europa”  -ONG de la que he hablado en más de una ocasión-  está intentando que esas grandes empresas se hagan con patentes de semillas. En la carta que me han enviado (19 de noviembre de 2021) me indican que  esas  empresas “están haciendo todo lo posible para convertirse en las dueñas de las semillas y de la naturaleza.  Para evitarlo tomamos las calles de Munich, donde se encuentra el responsable de conceder las patentes sobre las semillas”.

Y añade: “Si toda la comunidad de Movemos Europa une fuerzas, podemos conseguir que la Oficina Europea de Patentes acabe con las lagunas legales que dan cauce a las solicitudes de patentes sobre semillas de grandes empresas”.

Una cosa muy importante es lo que indica “Nosotros Movemos Europa”  acerca de que las empresas quieren convertirse en dueñas de las semillas y de la “naturaleza”, porque las semillas son un Bien Común de la Humanidad y no deben privatizarse para ganar dinero.

En el discurso pronunciado en la Asamblea  General de  Naciones Unidas, celebrada en junio de 2009, hablando de la ética del Bien Común, el conferenciante señalo  que “Los bienes comunes no pueden ser apropiado privadamente por nadie y deben servir a la vida de todos, de las generaciones presentes y de las futuras generaciones y de la comunidad de los demás seres vivientes”.

De un Bien Común de la Humanidad  “nadie y ningún  ser puede ser excluido. Además por su naturaleza, es algo gratuitamente  ofrecido a todos y, por eso, no puede ser objeto  de compra o venta ni ponerse bajo la lógica de la competencia. Por otra parte, debe ser construido por todos sin que por ello deje de ser común”.

“Tenemos todavía que reconocer que el modo de producción que se globalizó en su voracidad industrialista ha, en gran medida, devastado la Tierra y, así mismo, dañado también el Bien Común de la Tierra y de la Humanidad. Es urgente que busquemos otros caminos más humanos y más favorables a la vida: los caminos de la justicia y de la solidaridad que son los caminos que conducen a la paz y a la felicidad”.

Por mi parte, recuerdo que durante siglos los agricultores utilizaban parte de su producción para conseguir semillas con las que iniciar la campaña siguiente. El intercambio de variedades, la propia selección y la compra y venta entre los mismos de simientes mejor adaptadas al terreno han ido adecuando los cultivos y perfeccionando sus labores.

domingo, 21 de noviembre de 2021

Programa Hambre Cero

En el periódico El País del 6 de noviembre de 2021 se publicó una noticia, “Réquiem por el programa de Lula contra la pobreza”, que considero importante comentar por su conexión, entre otros, con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 (Poner fin a la  pobreza en todas sus formas en todo el mundo) y con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible) de la Agenda 2030.

En la citada noticia, se recuerda “el programa contra la pobreza que revolucionó la vida y sacó de la pobreza a millones de personas necesitadas de lo más básico”, un programa promovida  por  Lula da Silva cuando fue presidente de Brasil  y que, ahora, el actual presidente de Brasil, Bolsonaro,  pretende sustituir “por una subvención incierta”.

¿En qué consistía “el Programa Hambre Cero” de Lula?  Para resumir  el Programa Hambre Cero”  he utilizado uno de la libros preparas por la FAO bajo el título “El estado del planeta”,  concretamente el número nueve, principalmente porque “arquitecto del Programa fue el entonces Ministro Especial de Seguridad Alimentaria de Brasil y el actual Director de la FAO, el agrónomo José Graziano da Silva.

“El Programa es un paraguas con numerosas iniciativas de diversa índole local, regional y nacional, y que después fueron robustecidas por el gobierno de la sucesora de Lula, Dilma Roussef, bajo el nombre Brasil sin miseria”.

En el libro de la FAO  se menciona una pequeña población  muy pobre  ubicada en  una tierra agreste y seca cuyos habitantes viven -malviven-  de lo poco que les rinde la agricyltura. Es una tierra tan dura que uno se pregunta por qué alguien ha decidido en algún momento desesperado asentarse allí. Pero lo cierto es que está poblada, bien poblada de gente pobre.

Allí  el trabajo estaba bien fijado. Las mujeres se encargaban de buscar agua: caminaban unos 4 kilómetros cada día para alcanzar unas fuentes naturales en lo alto de una escapada tierra.  Iban en grupos, hacían cola de madrugada ante la única fuente de agua potable en varias de decenas de kilómetros a la redonda y regresaban a sus hogares con el preciado líquido para poder cocinar, lavar y asearse un poco. Mientras tanto, los hombres se aferraban para sacar del campo cualquier cosa que  les permitieran alimentarse, con la ayuda de la tierra y de la lluvia, sobre todo de la segunda, caprichosa y exigua. Los niños jugueteaban entre las chabolas    y, apenas alcanzaban una edad suficiente acompañaban a sus mayores: las niñas a por agua, los niños al campo. Ninguno sabía leer y escribir. Así había sido durante generaciones”. 

Al inicio del año 2003 cuando el nuevo gobierno de Brasil enarbolo la bandera de la reducción del hombre ese pueblo  se convirtió pronto en un laboratorio  de las medidas que el gobierno deseaba implementar: un programa complejo y ambicioso que en algo  más de una década consiguió que el 98 % de los brasileños tuvieran acceso a una alimentación adecuada.

El agua empezó a fluir  por el grifo con normalidad, podían cocinar y ducharse sin tener que caninas hasta la sierra. Las polvorientas calle estaban asfaltadas con sus correspondientes aceras,  los niños y niñas iban al colegio donde recibían tres comidas al día y visitaban cada mes al centro de salud local.  Los padres aprendieron a leer y escribir,  gracias a un curso de educación para adultos.

 La mujer de la casa recibía un tarjeta con la que en el banco le dada mensualmente una determinada cantidad de dinero para comprar alimentos; para recibir ese dinero tenía que confirmar la asistencia de sus hijos a la escuela y certificar la revisión médica mensual. La educación y la sanidad son dos pilares sobre los que Brasil se apoyaba.

Ahora hay ver que hace Bolsonaro.

 

jueves, 18 de noviembre de 2021

Cultura de paz

Hace unos días, concretamente el 11 de este mes, leí en el periódico El Pais, una noticia, «Borrell: Europa está en peligro y no siempre somos conscientes de ello». La noticia empieza con el siguiente párrafo: «El vicepresidente de la Comisión Europea y máximo responsable de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha concluido el borrador de la llamada Brújula Estratégica, un documento que aspira a forjar en la UE una posición común sobre las amenazas geopolíticas que afronta el club y que plantea, como primer paso,  la creación de una fuerza militar de emergencia antes de 2025”.

De la creación de esa fuerza militar ya hablé cuando comente el caso de Afganistán. Ahora Borrell ha añadido el problema de Bielorrusia-Polonia. «Estamos en un mundo en el que todo es susceptible de ser utilizado como arma de agresión y en ese escenario  no basta con que la UE ejerza su poder blando a través de política comercial y de derechos humanos”, resume el alto representante en el documento, cuya elaboración comenzó a mediados de 2020 y que se espera sea adoptada, oficialmente por la UE en marzo de 2022».

“Estamos en un ambiente estratégico muy, muy conflictivo y peligroso”, insiste. “Un mundo mucho más hostil, en el que se nos disputa nuestro espacio económico y nuestro espacio estratégico, y en el que nuestro espacio político está cada vez más degradado”.

Borrell  desea que su «brújula» no sea un documento más de reflexión,   sino «una guía para actuar”. La noticia termina indicando que Borrell «reconoce  que la primera tarea será convencer a los 27 gobiernos de la UE de que los peligros son globales y no se ciñen a la vecindad más cercana”.

Sin duda, Josep Borrell  ignora la historia de la Unión Europea. La construcción europea es un proyecto único que ha logrado que los Estados europeos hayan superado un pasado marcado por guerras entre ellos. La Unión Europea surgió del anhelo de paz así como del hastío del conflicto en que la II Guerra Mundial sumió a los países europeos. Dado que las confrontaciones que desde la Guerra franco-prusiana se habían venido desarrollando en el continente tenían a Francia y Alemania como protagonistas, se dispuso la creación de una asociación que incluyendo a estos dos países pusiese en común la producción de dos sectores industriales esenciales: carbón y acero. Por tal motivo se fundó, con el Tratado de París (1951), la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA), embrión de la actual UE y que englobaba a Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo.

Espero que gobiernos que ahora forman parte de la Unión Europea  recuerden cómo tuvo lugar esa unión y hagan oídos sordos a la propuesta de creación de una fuerza militar de emergencia antes de 2025. El singular valor que la Unión Europea representa, como ejemplo de superación de la división, así como de esfuerzo para la consolidación de un continente pacífico y próspero, le ha valido el reconocimiento del Premio Nobel de la Paz 2012.

En un libro titulado Construir la paz (2003, Fundación para una Cultura de Paz, Icaria ed.) Fredrix  S. Heffermehl  reúne diferentes y trabajos  de personas que trabajan para «construir la paz». Siento decirlo pero Josep Borrell trabaja para «construir la guerra» no la paz, con la que todos soñamos.

En la introducción de ese libro se puede leer el siguiente párrafo escrito, en 1997, por Mijaíl Gorbachov: «Puesto que la mayoría de los ciudadanos no desean las guerras pero, al mismo tiempo, creen que es imposible detenerlas, el primer cambio que debemos propiciar es en nuestras mentes. Debemos cambiar esa idea de que no es posible, porque lo único que nos impide trasformar la realidad son nuestras creencias sobre la misma».

En el epílogo de ese mismo libro, Federico Mayor Zaragoza, director de la Fundación para una Cultura de Paz, escribe: «En 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos lideraron la fundación de la Organización de las Naciones Unidas, cuyo documento fundacional, la Carta de San Francisco, comienza así: Nosotros, los pueblos hemos decidido evitar a las generaciones futuras el horror de la guerra». ¿Ignora Borrell  la Carta de San Francisco y el papel que, en la actualidad, está jugando Naciones Unidas para que las futuras generaciones se encuentren con un planeta habitable, evitar a las generaciones futuras el horror de la guerra? «Las mismas Naciones Unidas que permitieron al mundo remontar el vuelo desde las cenizas de la Segunda Guerra Mundial; las que aprobaron el 10 de diciembre de 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos, imperiosa necesidad se agiganta, en estos momentos, para orientar la gobernación del mundo».

En esta ocasión, Mayor Zaragoza escribe,: «Atentar contra una sola vida es un acto asesino para el que no se puede encontrar justificación. Hacerlo contra millones de ciudadanos indefensos es atroz y ha de impulsaros a superar nuestra consternación e indignación y a contribuir cada uno, con mayor determinación que nunca, a fortalecer la solidaridad con todos los pueblos de la Tierra. Y eso hemos de hacerlo todos unidos, sin fisuras, porque todos hemos sido alcanzados por el impacto asesino. Debemos permanecer unidos para defender, día a día, unos valores que pueden evitar los desgarros  sociales, la marginación y la exclusión.  Todos juntos,  para  […] aplicar medidas correctoras de la vulnerabilidad moral de nuestros tempos». Y añade:  «En los momentos de gran tensión humana, si se piensa en grande, si se piensa en todos, se acierta. Si se piensa en pequeño, en unos cuantos, se yerra. […] Parece obvio que es muy difícil combatir desde la luz a quienes se muevan desde la oscuridad (Sin duda Borrell se mueve desde la oscuridad).

(Este textonse se ha publicado en la revista cultural digital el día 23 de ese mes.

Glassgov y Amazonia

La relación entre la COP26 y los indígenas de la Amazonia ha sido  puesta de manifiesta por Eliane Brum en un trabajo publicado en periódico El País del 17 de noviembre de 2021, “Estrellas en Glasgow, objetivos en Brasil”; me parece oportuno hablar de ese trabajo en este blog.

Empieza este trabajo recordando algo ya mencionado por Carmen Alborch, que fue profesora de Derecho Mercantil en la Universidad de Valencia,  en su libro Libres. Ciudadanas del mundo (2004, Aguilar) en el capítulo dedicado a Marina Silva: “Los principales líderes de los pueblos originarios de la Amazonia” están recibiendo “amenazas de muerte por intentar detener la minería y la tala en las tierras de su pueblo”.

Escribe  Eliane Brum en este trabajo: “Los líderes indígenas de la Amazonia tuvieron  un protagonismo sin precedentes en Glasgow, señalando que la única  posibilidad de salvar la selva es protegiendo a sus pueblos. El reto es la diferencia de velocidad en ambientes climatizados y el exterminio sobre el terreno, donde se desarrolla la guerra climática”. […] El primer informe del Panel Científico para la Amazonia, presentado el último día de la COP26, mostro que más de un tercio de la Amazonia esta deforestado o degradado. El informe es una iniciativa de 200 científicos de diferentes países para abordar la emergencia de la situación de la  selva, cada vez más cerca del punto sin retorno.  A la reacción de los científicos se suma el acuerdo de invertir 1.700  millones de dólares, entre países y donantes privados, directamente en acciones de los pueblos originarios. Es un avance. Pero la escalada de violencia exige mucho más”.

“No solo necesitamos fondos y dinero, sino compromiso y respeto. Necesitamos que entendáis que financiar un fondo no exime de vuestras responsabilidades con el clima y la Madre Tierra. Y ahora, ¿Qué vais a hacer?, dijo una persona que desde la adolescencia sufre atentados contra su vida por defender la selva.

Pero, cabe preguntar, ¿qué relación existe  entre la Amazonia y el cambio climático? ¿por qué en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15, de la Agenda 2030, se menciona la necesidad de “gestionar los bosques de forma sostenible”?  

Dedicaré una o, quizás, dos “entradas” a hablar de esos temas