Aprovechando la situación en que se encontraba el Ayuntamiento, la compra se realizaba por el fondo de inversión por debajo del precio nominal o de su precio en el mercado. El negocio no era solo comprar barato: residía en aumentar el precio inicial de alquiler de las viviendas. Puesto que se trataba de viviendas sociales, muchas familias eran expulsadas de su casa por no poder pagar el nuevo alquiler. Como decía un periodista, el Ayuntamiento actuaba al revés que Robin Hood: robaba a los pobres para enriquecer a los ricos.
¿Estamos los ciudadanos de alguna manera implicados en esa operación? Depende de donde tengamos nuestros ahorros.
Un fondo de inversión es un patrimonio formado, generalmente, por los ahorros de unos ciudadanos que los ceden a un equipo de profesionales para obtener alguna ganancia, parte para el ahorrador y parte para los profesionales que lo están gestionando. Por lo general, el ahorrador no sabe nada de finanzas, no sabe lo que hace el equipo de profesionales para ganar lo más posible. ¿Cómo estar seguro de que sus ahorros no forman parte de uno de los fondos de inversión que está haciendo negocio comptrando viviendas sociales? ¿Puede el ahorrador influir en las decisiones del equipo de profesionales que gestionan su dinero? No lo sé, pero imagino que habrá profesionales que consideren que la ética no es ajena a la economía.
Al margen de esto, pero, de alguna manera, relacionado con ello, recuerdo las reformas estructurales decretadas por el FMI para hacer frente a la crisis financiera. Reformas estructurales en sanidad, educación y pensiones. Esas reformas suponen su privatización, que, en el caso de las pensiones, se traduce en dar periódicamente dinero para la jubilación a un fondo de pensiones (fondo de inversión) para que sea gestionado por un equipo de profesionales privado. A mi juicio, eso pone de manifiesto lo que dicen muchos economistas: el FMI solo está interesado por el sector financiero. Sin embargo, un importante problema, en la actualidad, es el gran tamaño del sector financiero y la facilidad con que, al no estar regulado su funcionamiento, pueda originar en cualquier momento una crisis.
Para terminar. Mi enhorabuena a la nueva alcaldesa de Madrid.
2 comentarios:
Si los grandes medios dieran a la alcaldesa de Madrid el mismo tiempo a asuntos como este o al del uso de los inmuebles municipales vacíos o el de la reorganización de IFEMA, que a otros supefluos... Pero claro eso, no interesa.
A mi juicio, lo que no interesa a los partidos tradicionales es perder el poder que les otorga el tipo de democracia que se ha estado llevando a cabo hasta ahora.
Un saludo
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