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martes, 26 de junio de 2012

VI Foro Mundial del Agua

     Del14 al 17 de marzo, y quizá como anticipo o preparación de la Cumbre de Río, se celebró en Marsella el VI Foro Mundial del Agua.

     Puesto que todos los Foro de este tipo, celebrados con anterioridad, ha girado, sin llegar a ninguna conclusión, alrededor de los mismos temas, copio, a continuación, lo que cuenta Arundhati Roy tras su asistencia al II Foro. ¿Por qué Arundhati Roy? Porque es una gran escritora, que trata de "eliminar o, si ello es posible, minimizar, la distancia que separa el pensamiento del lenguaje"; no lo podría hacer mejor que ella. He aquí lo que dice en su obra El algebra de la justicia infinita (Círculo de Lectores, Barcelona, 2003, págs. 144-146)

     "Todos los discursos estaban llenos de frases rimbombantes, como 'liberación de la mujer', 'participación popular' y 'profundización de la democracia'. Sin embargo, pronto resultó evidente que el verdadero propósito del Foro era hacer presión en pro de la privatización del agua. Hubo numerosas propuestas santurronas en el sentido de hacer del agua potable un derecho humano básico. Lo primero que a todo el mundo se le ocurriría preguntar es cuál es el mejor modo de conseguirlo, ¿Verdad?  Pues es muy sencillo. Poniéndole al agua un precio acorde con las leyes del mercado. Es decir, vendiéndole a su 'verdadero precio' (No es ningún secreto que el agua es un bien cada vez más escaso. En la actualidad, hay en el mundo más de mil millones de personas que no disponen de agua potable). Y el 'mercado' decreta que, cuanto más escaso es un bien, más elevado es su precio. Pero hay una diferencia entre valorar el agua y ponerle un precio fijado por el mercado. Nadie valora más el agua que una mujer campesina que tiene que andar varios kilómetros para poder llenar un cántaro. Nadie la valora menos que los habitantes de las ciudades que pagan para que fluya indefinidamente con solo abrir un grifo".

     "Así, pues, aquellos discursos que relacionaban los derechos humanos con el precio 'verdadero' del agua eran un tanto desconcertantes. Al principio, no entendía adónde querían parar. ¿Creían los ponentes que los derechos humanos son para los ricos, que solo los ricos son humanos, o que todos los humanos son ricos?".

     Esta tónica parece que se ha repetido en los Foros siguientes. Pero, para algunos, el Foro, celebrado este año, era especialmente importante porque, debido al proceso de apropiación de tierras, se ha iniciado, lo que se ha dado en llamar, "carrera por el agua": el tipo de agricultura implantado en las tierras "robadas" a los países pobres necesita grandes cantidades de agua dulce.

     En esta circunstancia, se comprende que el Banco Mundial y las empresas transnacionales, implicadas en el proceso de "apropiación de tierras", hayan reiterado su exigencia de que el agua sea considerado como un mero bien económico que debe ser privatizado cuanto antes y no como un bien común que merece una gestión del tipo "elección pública".

     A pesar de que, en 2010, las Naciones Unidas reconoció que el acceso al agua potable es un derecho público, en este VI Foro Mundial del Agua, "los Estados no han alcanzado los acuerdos suficientes para hacer efectivo este derecho". Y es que, a estas alturas, ¿qué Jefe de Estado o de Gobierno se preocupa - o puede preocuparse- por cumplir lo indicado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos?  No digo nada de las grandes empresas porque ya hemos visto que no existe ningún tipo de conexión entre ética y economía.  Tampoco debería haber citado a los Jefes de Estado o Gobierno porque, como deseaba Grover Norquist, portavoz de las grandes empresas, han sido llevados a la bañero y, si no han sido ahogados, solo pueden sacar la cabeza para recibir órdenes de los mercados, las agencias de calificación y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

     Tengo la impresión que deberemos volver a hablar del agua, porque privar al ser humano de agua potable es, claramente, un crimen contra la humanidad.

jueves, 21 de junio de 2012

Los ciudadanos y Río+20

     Entre todos los artículos que se están publicando con ocasión del desarrollo de la Conferencia de Naciones Unidas Río+20, muchos de ellos muy interesantes y dignos de comentar, considero oportuno empezar por el que firma Jeffrey Sachs, catedrático de Economía y director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia; y ello por lo que tiene de complemento a lo que indiqué en Voz de la sociedad civil.

     Jeffrey Sachs empieza diciendo:

     "Una de las publicaciones científicas más destacadas del mundo, Nature, ha publicado un boletín de notas mordaz antes de la Cumbre de Río+20 sobre desarrollo sostenible. Las notas de aplicación de los tres grandes tratados firmados en la primera Cumbre de la Tierra de Río en 1992 eran los siguientes: Cambio Climático, suspenso; Diversidad Biológica, suspenso; y Lucha contra la Desertificación, suspenso. ¿Puede todavía la humanidad evitar que la expulsen? ( El artículo lleva por título Boletín de notas para Río+20)

     La humanidad se merece estos suspensos porque, dice Sachs, "sabemos desde hace al menos una generación que el mundo necesita cambiar de rumbo. En vez de hacer que la economía mundial funcione con combustibles fósiles, tenemos que usar mucho más las alternativas bajas en carbono como la energía eólica. solar y geotérmica. En vez de cazar, pescar y deforestar la tierra sin tener en cuenta las repercusiones para otras especies, tenemos que acompasar nuestra producción agrícola, nuestra pesca y nuestra explotación forestal a la capacidad de carga del medio ambiente. En vez de dejar a la gente más vulnerable del mundo sin acceso a la planificación familiar, a la educación y a la atención sanitaria básica, tenemos que acabar con la extrema pobreza y reducir los índices de fertilidad en aumento que persisten en las partes más pobres del mundo."

     Conocíamos los deberes que teníamos que hacer, pero... "Sin embargo, las consecuencias de nuestras acciones individuales están generalmente tan alejadas de nuestra concienciación diaria que podemos caernos por el precipicio sin siquiera saberlo. (...), pocos de nosotros somos siquiera conscientes de las peligrosas trampas de la interconexión mundial". (...) Estos tratados (los firmados en la primera Cumbre de la Tierra de Río en 1992) han vivido en la sombra de nuestra política diaria, de nuestra imaginación y de los ciclos mediáticos".

     A mi juicio, lo que Jeffrey Sachs quiere decir es que, para "aprobar" y evitar que nos "expulsen", no basta con firmar uno u otro documento de adhesión, aún cuando esté redactado por importantes personalidades, como sucede con el preparado por UBUNTU: hace falta que cambie nuestra mentalidad. Sin darnos cuenta el espacio y el tiempo se han empequeñecido, y ello ha provocado que cualquiera de nuestras acciones tenga, por una parte, un gran impacto en regiones que antes considerábamos muy alejadas, y, por otra, una gran incidencia en lo que será la vida de futuras generaciones muy cercanas a la nuestra.

     Este necesario cambio de mentalidad exige información y formación, ahora más posibles que nunca, debido a que los últimos avances científicos y técnicos han conducido a que mucho del tiempo que el ser humano dedicaba a tareas repetitivas pueda ser dedicado a tareas creativas; a tomar, como decía Eduard Carbonell, "conciencia de especie", lo que supone acelerar el "proceso de humanización", necesario para "aprobar".

martes, 19 de junio de 2012

Río+20 y consumo

     Aunque la apertura oficial no tendrá lugar hasta el próximo miércoles, ya se han iniciado los trabajos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, conocida como Río+20, porque pretende ser continuación de la Cumbre de la Tierra, celebrada, también, en Río de Janeiro en 1992, es decir, hace veinte años.

     Entre los múltiples informes y documentos a analizar en esa conferencia, uno de ellos es el firmado por Global Network of Sciences Academies (IAP) con sede en Triestre (Italia) que engloba a 150 academias de todo el mundo. En ese documento, la que podría llamarse "comunidad científica internacional", llama la atención de dos importantes riesgos para la humanidad: el excesivo consumo en los países del primer mundo y la falta de control demográfico principalmente en las naciones en vías de desarrollo.

     En estas líneas, me voy a referir al "excesivo consumo en los países del primer mundo", debido a su conexión con el movimiento político, social y económico del decrecimiento, ya citado, y cuyo objetivo es la protección de la Naturaleza y de los seres humanos como parte de ella, a través de un abandono del concepto de crecimiento como un fin en sí mismo, pues ello supone una mayor productividad y mayor consumo, incompatibles con las características del planeta y del ser humano que lo habitan.

     "La declaración difundida por la comunidad científica parte de datos tan sangrantes como estos: actualmente por las calles y autopistas de EE. UU. circulan tres vehículos por cada cuatro habitantes. En las últimas décadas el consumo de alimentos en el planeta ha aumentado el 15% (en términos de calorías), mientras que casi mil millones de personas siguen mal alimentadas".

     "Tenemos que presionar localmente para tener comportamientos de consumo más sensatos (las negritas con mías). ¿Por qué en España tenemos que tener más trenes de alta velocidad que en países desarrollados mucho mayores?, ¿para qué tantos aeropuertos?"  "La conclusión del documento de IAP es que no es necesario vivir así. O mejor aún: es necesario no vivir así" sentencia García Novo, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla y miembro de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Real Academia de Ciencias.

     "En la declaración de la comunidad científica se señala que las pautas de consumo exacerbado del primer mundo se está desplazando peligrosamente a los países en vías de desarrollo". Se trata de un proceso protagonizado por las empresas transnacionales, con la finalidad de aumentar sus ganancias económicas.

     "El documento que llega a la mesa de negociaciones de Río+20 no se limita al análisis de un grave escenario, sino que plantea varias líneas de acción para conjurar males mayores". Una de esas líneas es la educación. La educación, la explicación de lo que sucede, es clave para que se entienda, no sólo que estamos al borde del precipicio, sino que es posible una vida que merezca la pena vivir, es decir, mejor que la actual.  El movimiento del decrecimiento indica que un bien ordenado descenso del consumo conducirá a una mayor cantidad de tiempo libre para hacer aquello que siempre soñamos hacer.

     Alguien diría que urge que los actores políticos tomen conciencia de estos problemas y acepten su responsabilidad, pero una buena parte de nuestros líderes no viajará a Río de Janeiro: está ocupada por la crisis que piensan resolver, precisamente, aumentando el crecimiento económico. Ello, sin embargo, no exonera de culpa a los ciudadanos: ahora más que nunca seá necesaria una mayor presión de la ciudadanía. Responsabilidad compartida.

NOTA. Los entrecomillados pertenecen a un trabajo titulado "Los sabios urgen frenar el consumo voraz".

domingo, 17 de junio de 2012

Tecnología apropiada

     Frente al modelo dominante, regido por grandes centros de poder, cada vez está adquiriendo más importancia la idea de descentralización y máxima autosuficiencia posible, en términos energéticos, alimentarios, etc. Según dice María Novo, en el apartado "El valor de lo pequeño y lo descentralizado" (página 212 de su libro El desarrollo sostenible. Su dimensión ambiental y educativa), "es evidente que todos los pasos que se den en esta dirección (...) no harán sino fortalecer e impulsar la vida democrática y la sostenibilidad del sistema en cuestión".

     "En este sentido -indica a continuación- es ilustrativo el ejemplo de las energías. Una misma energía renovable (por ejemplo, la solar) podrá tener el carácter de alternativa o no según sea la escala de su explotación y su vínculo con la autosuficiencia del contexto en que se utiliza: unos paneles solares colocados en una granja de África se considerarán energía alternativa porque dotan a los granjeros de mayor autosuficiencia, pero una instalación central que centralice la producción energética y después la distribuya de forma convencional a los usuarios será renovable pero no alternativa, pues no se modificará el nivel de dependencia de quienes reciban el suministro, que seguirán vinculados a una producción hecha a gran escala y en un lugar lejano".

     Esta idea de la descentralización se completa muy bien, a juicio de María Novo, con los planteamientos de Schumacher, pues "ambos se mueven en la misma dirección".

     La energía eléctrica ni se puede almacenar ni se puede transportar con facilidad, debido a que se comporta como un líquido contenido en un recipiente agujereado. (Por ejemplo, el transporte se debe hacer a altos voltajes para hacer mínimas las pérdidas). En cualquier caso, el sistema económico actual no contabiliza los aspectos relacionados con el medio ambiente, como son, por ejemplo, los impactos debidos al transporte y, en el caso de una central solar, la enorme extensión de terreno sobre el que se han de colocar los paneles solares.

     ¿No hay otra forma de aprovechar la energía solar para proporcionar electricidad, en este caso, a esos 7.000 hogares? Sin duda, hay alternativas. Por una parte, hay invenciones que no llegan al mercado debido a que la patente es comprada y escondida por otra empresa que considera que su desarrollo puede disminuir sus ganancias. Por otra, se plantea un problema de escala; para cada actividad  hay una cierta escala apropiada. ¿Qué escala es la apropiada? Schumacher responde que "depende de lo que nosotros estemos tratando de hacer". Aunque  Jeremy Rifkin habla de "energía distributiva",  de momento, predominan los intereses de las grandes empresas.

     Sin embargo, pocos se atreverían a negar que la tarea más urgente de los países, tanto ricos como pobres, es descubrir y utilizar tecnologías sostenibles que causen un daño mínimo al medio ambiente y que conserven sus recursos básicos.

viernes, 15 de junio de 2012

Explotación infantil

     He debido de hacer algo que no debía y me ha desaparecido la entrada que había publicado el miércoles, día 13, y que llevaba por título Pasada la crisis, ¿seguirá todo igual?

     Empezaba recordando que el día anterior, 12 de junio, fue el Día Universal de la Explotación Infantil y que, en el Artículo 25.2 de la Declaración de los Derechos Humanos, se dice: "La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidado y asistencia especiales"

     Después de esta introducción, señalaba el papel que, en la explotación infantil, juega una de las principales instituciones multilaterales que forman parte del sistema económico actual: la Organización Mundial de Comercio (OMC).  Con el teórico objetivo de conseguir un comercio internacional liberalizado, la OMC ha llegado a situaciones, a mi juicio, verdaderamente escandalosas.

     Uno de los orígenes de la explotación infantil radica en que, según la OMC, no deben distinguirse dos productos por su modo de producción. En otras palabras, para esta institución es lo mismo un balón en cuya fabricación solo han intervenido adultos sindicados que un balón confeccionado por manos infantiles. Sin ninguna cortaposa, las empresas multinacionales o transnacionales optan por el sistema de contrtación más baratos: los niños. (Recuérdese la afirmación de uno de los expresidentes de Elf, "ética y economía son incompatibles".

     Entonces indiqué que prefería no dar nombres de empresas, pues -decía en ese momento-, al fin y al cabo, son conocidas por todos; ahora no estoy convencida que todas sean conocidas por el gran público, y, por ello, remito al libro de Klaus Werner y Hans Weis, El libro negro de las marcas. El lado oscuro de las empresas globales.

     A continuación, invitaba a visitar la página donde se indican los Acuerdos por los que se rige la OMC y describía unas prácticas llevadas a cabo al amparo del Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio y Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias. Una se refería a una campaña antitabaco emprendida por Tailandia en un momento determinado, y, otra, estaba relacionada con la pesca. Ahora considero que esta última merece ser analizada más despacio, y me limito a indicar cómo resolvió la OMC el problema planteado por la citada campaña antitabaco.

     Como parte de esa campaña, Tailandia restringió las importaciones de tabaco procedente de Estados Unidos, que consideraba contenía más sustancias peligrosas que el tabaco tailandés. A instancias de la industria tabacalera estadounidense, Estados Unidos denunció el hecho ante la OMC. La OMC obligó a Tailandia a levantar sus restricciones a la entrada de tabaco procedente de Estados Unidos. (El hecho ha sido relatado, con todo detalle, por Noam Chomsky, famoso lingüista del MIT, en su libro El miedo a la democracia).

     Para terminar, señalaba cómo, a mi juicio y de otras muchas personas con más autoridad y conocimientos que yo, no se alcanzará un mundo más justo y más humano si, entre otras, no desaparecen la OMC y el FMI, tal como ahora funcionan. Justificaba así el título de la entrada: Pasada la crisis, ¿seguirá todo igual?

Inteligencia y sabiduría

     Hace unos días, en la televisión, se anunció la instalación, por parte de la empresa Abengoa, de una gran central solar fotovoltaica en el sur de California. Cubrirá una superficie equivalente a 75 campos de fútbol y podrá proporcionar electricidad a unos 7.000 hogares. No es la única construcción de una gran central solar fotovoltaica, pero creo que la única publicitada en España, quizás por tratarse, precisamente, de Abengoa.

     Ante este anuncio es, a mi juicio, necesario plantearse la distinción entre inteligencia y sabiduría. Para la inteligencia humana son posibles muchas cosas, algunas de las cuales la sabiduría puede aconsejar no hacer realidad; se podría decir que la inteligencia distingue entre lo posible y lo imposible, mientras la razón debe distinguir entre lo sensato y lo insensato. Y no siempre lo más grande es lo más sensato. Un profesor de Filosofía, José Antonio Marina, en su libro La inteligencia fracasada. Teoría y práctica de la estupidez (Ed. Anagrama, Barcelona, 2004, pág. 11) emplea el término "inteligencia fracasada".

     Cualquier descubrimiento o avance científico puede utilizarse para el bien o para el mal, y es en la fase técnica, es decir, a la hora de encontrar aplicaciones, donde se debe distinguir entre lo sensato y lo no sensato, en otras palabras, donde debe hacerse uso de la sabiduría. Sin embargo, debido al actual sistema económico, estos momentos son muy poco -o nada- propicias para la sabiduría. ¿Por qué?

     Porque el sistema ha propiciado el que la ciencia se haya convertido en lo que la técnica ha sido siempre, es decir, en una parte indispensable de la economía, es decir, que su desarrollo va unido a la búsqueda de ganancias económicas. En estos momentos, la interacción entre ciencia y técnica es tan fuerte y penetrante que incluso se ha acuñado un nuevo término, "tecnociencia", protagonizada por grandes empresas multinacionales. En consecuencia, solo se presta atención a aquellas cosas que proporcionan más beneficios económicos a las empresas y no a aquellas que pueden aumentar el bienestar del conjunto de la humanidad. Sabiduría y ganancias económicas son conceptos incompatibles.

     En este caso, quiero decir, en el aprovechamiento de la energía solar para la obtención de energía eléctrica a través de la construcción de grandes centrales fotovoltaicas, no hay nada de sabio, ni sensato, sino todo lo contrario: es una auténtica barbaridad que únicamente sirve para que las grandes empresas conserven el control del suministro de energía eléctrica.

     Ernst F. Schumacher, un intelectual y economista de gran infuencia a nivel internacional, muy preocupado por el empleo de los poderes creativos de la ciencia y la técnica bajo el control de la sabiduría, dice en su libro Lo pequeño es hermoso -uno de los cien libros más influyentes desde la Segunda Guerra Mundial- : "El hombre es demasiado inteligente, para ser capaz de sobrevivir sin sabiduría". Según él, "en el momento presente hay muy pocas dudas de que la humanidad está en peligro mortal, no porque carezcamos de conocimientos científicos y tecnológicos, sino porque tendemos a utilizarlos destructivamente, sin sabiduría" (Lo pequeño es hermoso, Ed. Orbis, Biblioteca de Economía, Barcelona, 1983, págs. 33 y 84, respectivamente).

lunes, 11 de junio de 2012

Voz de la sociedad civil

     Todos hemos oído hablar de lobbies, grupos de presión que tratan de influir de form determinante en la política de la Comunidad Europea, de Estados Unidos y de las instituciones internacionales, como la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Por ejemplo, en la V Reunión Ministerial de la OMC, que se celebró en Cancún del 9 al 14 de septiembre de 2003, una de las enviadas especiales, la periodista Soledad Gallego-Díaz, escribió: "... en la Cumbre de Cancún hubo nada menos que 700 miembros de lobbies industriales y agrícolas de EE. UU. y otros tantos de la UE".

     Esta situación ha planteado "la necesidad de que otro actor del contexto internacional, la llamada sociedad civil, se articule globalmente con la finalidad de incidir en los temas de la agenda internacional que se afectan extraordinaria y cotidianamente".

     Con este propósito, a finales de 2000, Federico Mayor Zaragoza, entre otras muchísimas cosas, Director General de la UNESCO desde 1987 a 1999 y desde el año 2000 presidente de la Fundación "Cultura de Paz", hizo un llamamiento a "diversos actores de la sociedad civil mundial para que unieran todas sus voces de forma que alcancen la magnitud apropiada para ser escuchadas y hacer posible la interacción que favorezca la presencia del sentido común más humano en la acción política social, cultural y económica".

     "El 2 de abril de 2001 tuvo lugar la reunión fundacional de UBUNTU - FORO MUNDIAL DE REDES DE LA SOCIEDAD CIVIL. "El objetivo primero es unir y federar esfuerzos, construir puentes de diálogo y comunicación entre instituciones nacionales e internacionales cuya preocupación fundamental reside en trabajar por la paz, la democracia, el desarrollo endógeno, la dignidad y los derechos humanos. ONG's, instituciones académicas, artísticas, profesionales y humanitarias, coordinadas en  defensa de estos grandes principios, podrían lograr un diálogo favorable que pueda jugar un papel relevante en el escenario mundial".

     Dice Mayor Zaragoza: "Lo único que yo desearía es que alguno de nuestros descendientes, dentro de unos años, volviera la vista atrás y nos despreciara porque pudiendo hacer tanto, no nos atrevimos. Tenemos que atrevernos a buscar el cómo, el porqué y el para qué estamos de acuerdo. De este modo, podremos buscar soluciones alternativas y nuevas maneras de gestionar los retos del mundo. Ser diversos es nuestra riqueza, actuar unidos será nuestra fuerza".

     ¿Por qué hoy hablar de esta organización? Porque este año se cumplen los veinte años de la Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro en 1992, y del 20 al 22 de junio se celebrará, en el mismo lugar, la Conferencia de Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. UBUNTU va a estar allí.

NOTA. UBUNTU es una antigua palabra africana para designar humanidad, compartir, tener cuidado y estar en armonía con toda la creación.

jueves, 7 de junio de 2012

SOMOS

     Mañana, día 8, estamos todos invitados a llevar una prenda al revés (una camiseta, un pantalón, una gorra, lo que sea) y una pegatina, ampliamente distribuida, aunque se puede encontrar en www.somosasi.org. Cuando la gente te pregunte, coméntale que es para demosrar que SOMOS muchos los que queremos darle la vuelta a las cosas y vivir en un mundo más justo y solidario.

     Según una investigación dirigida por Elsa Punset, directora del Laboratorio de Aprendizaje Social y Emocional de la Universidad Camilo José Cela, podemos afirmar:

     "Los seres humanos ayudamos porque somos capaces de sentir y ponernos en la piel de los demás. Y ayudar genera felicidad personal y colectiva"

Justicia social

     "En el pequeño mundo en el cual los niños viven su existencia", dice Pip en Grandes esperanzas, de Charles Dickens, "no hay nada que se perciba con tanta agudeza como la injusticia".  Espero que Pip tenga razón: tras su encuentro con Estella, él recuerda de manera vívida "la coacción violenta y caprichosa" que sufrió cuando era niño a manos de su hermana. Pero la fuerte percepción de la injusticia manifiesta se aplica también a los adultos. Lo que nos mueve, con razón suficiente, no es la percepción de que el mundo no es justo del todo, lo cual pocos esperamos, sino que hay injusticias claramente remediables en nuestro entorno que quisiéramos suprimir.

     Esto resulta evidente en nuestra vida cotidiana, en las desigualdades y servidumbres que podemos sufrir y que padecemos y que padecemos con buena razón, pero también se aplica a juicios más amplios sobre sobre la injusticia en el ancho mundo en el que vivimos. Es justo suponer que los parisinos no habrían asaltado la Bastilla, Gandhi no habría desafiado al imperio en el que no se ponía el sol y Martin Luther King no habrá combatido la supremacía blanca en "la tierra de los libres y el lugar de los valientes" sin su conciencia de que las injusticias manifiestas podían superarse. Ello no trataban de alcanzar un mundo perfectamente justo (incluso si hubiera algún consenso sobre cómo sería ese mundo), sino que querían eliminar injusticias notorias en la medida de sus capacidades".
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     Con los dos párrafos anteriores empieza Amartya Sen el prefacio de su último libro La idea de la justicia (Santillana Ediciones Generales, Madrid, 2010). Los he elegido porque percibo una injusticia en el acrecentamiento de la desigualdad económica dentro de mi país y entre distintos países, que considero sería posible eliminar.

     En este caso, me estoy refiriendo a injusticia social. La justicia social se refiere a las nociones fundamentales de igualdad de oportunidades y de derechos humanos, y que sitúo más allá del concepto tradicional de justicia legal. La justicia social está basada en la equidad y es imprescindible para que los individuos puedan desarrollar su máximo potencial.

     Amartya Sen indica que los parisinos que salieron a la calle el 14 de julio de 1789, Gandhi y Martin Luther King hicieron lo que hicieron porque habían tomado conciencia de que las manifiestas injusticias, que vivían, podían superarse, a pesar de la fuerza que manifestaban tener los que las cometían.  ¿Qué sucede ahora?  Existen multitud de grupos y gran número de ciudadanos que han tomado conciencia de las manifiestas injusticias, a nivel nacional y a nivel global, que están teniendo lugar, y que creen que es posible eliminar. Es posible otro mundo más humano.

martes, 5 de junio de 2012

Desigualdades económicas

     Uno de los factores que explica el descenso de los índices relacionados con el bienestar/prosperidad de un país al mismo tiempo que tiene lugar un crecimiento económico -medido por el PIB-, es la desigualdad económica entre la población.

     La desigualdad económica representa el nivel de distribución de los ingresos. Existen varios indicadores para medir la desigualdad económica, pero el más conocido es el coeficiente Gini, cuyo valor oscila entre 0, en el caso de una distribución homogénea hasta 1 en el hipotético caso de que todos los ingresos correspondan a una sola persona.

     La desigualdad de ingresos ha existido en un amplio rango de sociedades y períodos históricos. Pero, quizás debido a una creciente conciencia de que todos los seres humanos somos iguales, su naturaleza, causa e importancia es, en la actualidad, objeto de múltiples debates.

     Son muchos los estudios en los que se analizan las consecuencias para un país de una gran desigualdad económica; uno de los más citados es, quizá, el de Richard Wilkinson y Kate Pickett, dos académicos británicos autores de  Desigualdad. Un análisis de la (in)felicidad (ed. Turner, Madrid, 2009). No es el nivel de renta, sino la desigualdad económica el factor explicativo principal de muchos de los males de una sociedad.

     ¿Cómo está España en cuanto a la desigualdad económica?

     La decisión de que los ciudadanos se hagan cargo de la crisis no se ha correspondido con buenas políticas en términos distributivos. No se trata solo de que los recortes de prestaciones o servicios y la pérdida de puestos de trabajo hayan afectado más a las rentas más bajas, es que los planes de ajuste estructural -defendidos y, en muchos casos, impuestos por el FMI-, como siempre ha sucedido en el pasado, además de ser tomados de forma ademocrática, contribuyen a un aumento de la desigualdad económica dentro del país que los lleva a cabo.

     Es fácil encontrar en la prensa datos acerca de en qué proporción, durante estos años, han disminuido los ingresos de los más pobres y, al mismo tiempo, ha aumentado la riqueza de los más ricos. Por ejemplo, Luis Ayala, catedrático de Economía en la Universidad Rey Juan Carlos, señala:

     "Mientras que los indicadores más básicos de desigualdad apenas han cambiado para el promedio de la Unión Europea desde 2007, España, que ya partía de niveles considerablemente más altos, ha sufrido uno de los mayores aumentos de las diferencias económicas entre los hogares. (...). Mientras que entre 2006 y 2010 los ingresos del cinco por ciento de la población con rentas más bajas cayeron cerca de un 9% anual en términos reales, el crecimiento correspondiente al cinco por ciento más rico, cercano al 10%, fue el mayor de toda la población".

      Hace aproximadamente un año quise aprovechar nuestra crisis para recordar los efectos de las políticas de ajuste estructural del FMI habían tenido en países del Tercer Mundo, para los cuales el actual sistema económico decretó que los ciudadanos debían pagar -lo mismo que en nuestro caso- los excesos cometidos por el sector financiero. En otra entrada, recogí la opinión del economista Paul Krugman acerca de la actitud de los políticos en el caso de desigualdad económica, y señalé que es en "los mercados" donde, en realidad, se encuentra el origen de dicha desigualdad, algo que he repetido en más de una ocasión.

domingo, 3 de junio de 2012

Parámetros alternativos al Producto Interior Bruto

El Producto Interior Bruto (PIB) no distingue entre aquellas actividades económicas que realmente mejoran la calidad de vida de la sociedad de aquellas que la empeoran. Simon Kuznets, en inventar de este concepto ya avisó en su informe, remitido al Congreso estadounidense en 1934, de que "el bienestar de una nación apenas [...] puede inferirse a partir de la medida de los ingresos nacionales" (Jeremy Rifkin)

     Las discrepancias entre el PIB y el bienestar/prosperidad ha propiciado en los últimos años, además del Índice de Desarrollo Humano, otros varios intentos de conseguir una escala capaz de reflejar la calidad de vida. Uno de esos intentos es el Índice de Bienestar Económico Sostenido.

     El Índice de Bienestar Económico Sostenido (IBES) es un interesante aporte metodológico, creado en 1989. Según Jeremy Rifkin (pág. 539), "comienza con el gasto en consumo personal, a lo que se añade el trabajo doméstico no remunerado. Posteriormente, se sustraen aquellas actividades pensadas fundamentalmente para mitigar las pérdidas, como por ejemplo el dinero empleado en combatir el crimen, la contaminación o los accidentes. El IBES realiza, además, ajustes en función de las diferencias de ingresos y el agotamiento de los recursos naturales". (En el PIB, el trabajo doméstico solo se contabiliza si es remunerado, es decir, realizado por un persona ajena al hogar a la que se paga un salario).

     Posteriormente, este Índice experimentó una revisión, llevada a cabo por un grupo de tres investigadores californianos, que condujo, en 1995, al Índice de Progreso Genuino (Genuine Progress Indicator). Este Índice incorpora veintiséis variables sociales, económicas y medioambientales. Según Paul R. Krugman, "el coste real de un bien incluye aquello a lo que se debe renunciar para conseguirlo ("Macroeconomía: introducción a la economía, Barcelona, Reverté, 2007). Es decir, si talamos un bosque para tener madera y no gastamos en repoblarlo para dejarlo con las mismas características ambientales anteriores, ese gasto no incurrido provoca una degradación ambiental que debe incluirse como una deuda no pagada o como una pérdida neta del IPG.(En El Indicador de Progreso Genuino y el Índice de Desarrollo Humano)

     La aplicación de este Índice en varios países europeos ha puesto en evidencia la no correspondencia entre el crecimiento económico y el mayor bienestar.  Cuatrocientos economistas influyentes, incluyendo ganadores del Nobel, declararon conjuntamente:

     "Ya que el PIB mide solamente la cantidad de actividad comercial, sin considerar los costos sociales involucrados, es a la vez inadecuado y engañoso como medida de prosperidad real. Los políticos, economistas, periodistas y las agencias internacionales deben abandonar el uso del PIB como una medida de progreso para guiar a nuestra sociedad. El IPG (Indicador de Progreso Genuino) es un importante paso en esta dirección".

     A pesar de que, en ocasiones, se nos antoje lejano el momento en que ética y economía empiecen a avanzar juntas, hay que reconocer que la calidad de vida se ha convertido en un factor importante cuando se habla de la necesidad de modificar el actual sistema económico-social.

viernes, 1 de junio de 2012

Índice de Desarrollo Humano

     El profesor de Filosofía Moral, Jesús Conill Sancho, en la conferencia "El horizonte ético de la economía", decía ver "un síntoma de que puede que se esté abriendo un horizonte realmente ético para la economía" en los estudios del Premio Nobel de Economía 1998, Amartya Sen.

     "La cuestión básica del nuevo enfoque de Sen es hacernos conscientes de que cuando preguntamos por la riqueza y pir la prosperidad (y por la pobreza, que es la otra cara de la moneda, aunque cuesta más darse cuenta) no basta con preocuparse por el dinero (o por el PIB per cápita), sino también por otros determinantes, por otros factores vitales y, por tanto, necesitamos contar con otras fuentes de información, por ejemplo, sobre la calidad de vida y sobre qué capacidad se tiene de conducir la propia vida. Por tanto, hay que tener información sobre la seguridad, las expectativas de vida, salud, servicios médicos, educación, trabajo, libertades, relaciones familiares .... Sobre todo, se requiere saber la forma en que la sociedad de que se trata permite a las personas imaginar; maravillarse, sentir emociones como el amor y la gratitud, que presuponen que la vida es más que un conjunto de relaciones comerciales..."

     "Se requiere información sobre lo que las personas pueden hacer y ser. Sin duda es más difícil, más complejo, medir y evaluar estas dimensiones, pero es necesario si se quiere saber cómo le va a la gente su vida en las diversas partes del mundo. De ahí la necesidad de contar con nuevos indicadores en los que pueda confiar para medir la calidad de vida". (Páginas 125 y 126 del libro en el que se recoge esta conferencia).

     En gran parte, las ideas desarrolladas por Amartya Sen han servido de base para elaborar, por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Índice de Desarrollo Humano (IDH).

   El Índice de Desarrollo Humano está compuesto  por tres parámetro: vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno. Sin duda, un pequeño paso hacia el horizonte ético de la economía, hacia un cambio de paradigma del actual sistema económico-social, pero un paso que requiere la intervención del gobierno, cuya acción ha sido anulada en favor de unos "mercados" sin regulación. Un país que, gracias a sus dirigentes, ha  conseguido grandes mejoras sociales con muy poco crecimiento económico es Kerala.

    Sin duda, las tesis de Amartya Sen y el ejemplo de Kerala -entre otros- constituyen una esperanza, pero hay que decir, con Jesús Conill, que todavía hacen falta bastantes esfuerzos -que solo los ciudadanos pueden llevar a cabo- para que ética y economía avancen juntas.