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martes, 18 de junio de 2019

Una OMC paralela


La OMC (Organización Mundial de Comercio), la institución que fija las normas para el comercio global, no pasa por su mejor momento. Atascada desde años en la Ronda de Doha, cuestionada por muchos de sus miembros, se enfrenta ahora a los embates del presidente
estadounidense.  La crisis actual es tan grave que podía llevarla a desaparecer.
Según una noticia aparecida en El País (10 de junio de 2019), “la Unión Europea va a salir al rescate de la Organización Mundial de Comercio, amenazada por el sabotaje de EE.UU. Bruselas ha lanzado una iniciativa internacional para establecer una vía de arbitraje alternativa que evite al final de año el colapso de la OMC si la administración de Donald Trump mantiene el actual bloqueo del organismo. El documento elaborado por la UE, al que ha tenido acceso EL PAÍS, afirma con rotundidad la voluntad de preservar los principios y rasgos esenciales del sistema de resolución de conflictos de la OMC. El nuevo sistema será un reflejo exacto de la institución con sede en Ginebra”.
Desde mi punto de vista la UE debería aprovechar esta situación para corregir los defectos que tiene la antigua OMC.  Defectos denunciados por múltiples organizaciones y especialistas en la materia. La UE debe de dar ejemplo de buen hacer y corregir esos defectos.
Un defecto es la relación entre la OMC y la Declaración de los Derechos Humanos.  “La subcomisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas reaccionó oficialmente ante el Director de la OMC para recordarle la primacía de los derechos humanos sobre las políticas y programas económicos” (Susan George, Pongamos a la OMC en su sitio, 2002, 39). Pero el Director de la OMC no consideró oportuno atender ninguna de estas recomendaciones.  La OMC siempre ha obrado como si nunca se hubieran firmado, no solo la Declaración Universal de Derechos Humanos, sino también la Convención de la Esclavitud o la Convención sobre los Derechos del  Niño.  Ahí se encuentra los orígenes de la actual explotación infantil.  Sin ninguna cortapisa las empresas multinacionales  optan por el sistema de contratación más barato: los niños.  Para la OMC los derechos humanos son una mercancía: solo podrá disfrutar de ellos quienes tengan dinero. Acuerdo General sobre el Comercio de  Servicios, AGCS.
Para la OMC, también son mercancía los bienes comunes de la Humanidad.  Esta decisión nos está conduciendo  al abismo.
Muy controvertido el Acuerdo sobre Agricultura.  Este tema fue tratado en Ronda de Doha, iniciada en 2001.  Los países en desarrollo trataban de obtener un acceso libre de obstáculos para sus productos agrícolas. Esto significaba que los países desarrollados deberían eliminar, o reducir en forma significativa, la protección que da a su agricultura por la vía de subsidios directos a los agricultores o subsidios a las exportaciones. Esta ahora estas negociaciones han fracasado.  Paul Collier, catedrático de economía y policía pública, director del Centro para el Estudio de las Economías Africanas, en su libro El club de la miseria. Qué falla en los países más pobres del mundo (2009), apunta que la política comercial de los países ricos es, en parte, culpable de la existencia del “club de la miseria”.  En palabras de Collier (2009:261), “como todos sabemos, la política comercial de la OCDE presenta algunos aspectos indefendibles […] es una estupidez proporcionar ayuda con el fin de promover el desarrollo para después adoptar políticas comerciales que lo impiden”.
Jeremy Rifkin en su libro La sociedad de coste marginal cero. El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo (2014:235), hablando de las manifestaciones contra la OMC que tuvieron lugar en Seattle en 1999, señala lo que lo que publicó al día siguiente The independent.
La forma en la que [la OMC] hace uso de [su] poder está dando pábulo a la sospecha cada vez más extendida de que sus siglas [en inglés WTO] significan World Take Over [dominio o control del mundo]. En una serie de resoluciones ha rechazado medidas para ayudar a los pobres del mundo y para proteger el medio ambiente y la sanidad, en beneficio de empresas privadas.
La UE debe saber que la solidaridad llevada a las relaciones comerciales puede hacer que el comercio internacional sea realmente un instrumento de progreso económico y humano para todos los países del mundo. La teoría de los juegos, un área de la matemática aplicada que se ha convertido en una herramienta muy importante para la economía. En relación con el comercio internacional considera imprescindible el “modelo de juegos de suma no cero”, juegos donde todos ganan o todos pierden, dependiendo de que jueguen bien o mal, como sucede en el juego que practican los jugadores de un mismo equipo. Robert Wrigh, periodista y prolífico autor de best sellers sobre ciencia, psicología evolutiva, historia, religión y teoría de juegos, en una conferencia, El mal en el animal humano, pronunciada en la Ciudad de las Ideas, expresó su convencimiento de que la única forma que tiene la Humanidad de sobrevivir es aprender a practicar juegos de suma no cero.

viernes, 29 de abril de 2016

El GATT, la OMC y el TTIP

     El  GATT, acrónimo de General Agreement on Tariffs and Trade (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), fue un acuerdo multilateral  para promover un marco regulatorio y un forum para negociar reducciones arancelarias al comercio entre naciones.
     En 1994, el GATT fue sustituido por la OMC (Organización Mundial de Comercio). Entre ambas organizaciones existían notables diferencias. Una importante diferencia es que la OMC convirtió en mercancía cosas que no son de mercado, como son los servicios que satisfacen derechos humanos y bienes comunes de la Humanidad, tanto tangibles como intangibles. Todo ello debido a que, en realidad la OMC fue creada por y para las grandes empresas multinacionales o transnacionales: no fue un acuerdo entre gobiernos sino, ante todo, un instrumento para aumentar la cifra de negocio de las empresas.
     La creación de la OMC fue un duro ataque a la democracia: entre otras cosas, en sus Estatutos, se advierte que los países serán revisados a intervalos regulares. Para hacerse obedecer, la OMC se dotó de un órgano de resolución de conflictos cuyas decisiones eran de obligado cumplimiento.  Importantes expertos en estos temas, por ejemplo, el economista canadiense Michel Chossudovsy, indicaron que el proceso de creación de la OMC era "manifiestamente ilegal".
     Con ocasión de la reciente crisis financiera, en 2011 (principalmente, en los meses de junio y julio) dediqué varias entradas ("píldoras para pensar") al análisis de las características de la OMC y algunas de sus actuaciones.
     En 2001 tuvo lugar una reunión de la OMC, denominada "Rinda del Desarrollo", donde los países ricos, liderados por Estados Unidos, se comprometieron a reducir las ayudas agrarias más dañinas y garantizar que las normas de propiedad intelectual no impedirían a los países en desarrollo acceder a medicamentos esenciales. Pero al inicio de la reunión siguiente,  que tuvo lugar en Cancún en 2003, esos países demostraron que no estaban dispuestos a cumplir con sus compromisos. Ante esa intransigencia, un grupo de países en desarrollo hizo fracasar la reunión.
     Desde entonces no ha vuelto a tener lugar una reunión de esa organización. Ahora se quiere resucitar mediante la creación de una zona de libre comercio entre Estados Unidos y Europa (el TTIP) y otra entre Estados Unidos y gran parte del Pacífico (el TTP).  "Divide y vencerás".
     El hecho de que todas las negociaciones se desarrollen en absoluto secreto, ignorando los principios de cualquier democracia, es señal de que, en estos acuerdos, los grandes perjudicados serán los ciudadanos.

sábado, 20 de febrero de 2016

En secreto

      Teóricamente estamos en democracia, pero, desde que se instauró el actual sistema económico-social, como afirma Jeans Ziegler, ex Relator de Naciones Unidad para la alimentación, en su libro El imperio de la vergüenza, "Asistimos a la vuelta del mundo al sistema  feudal. Este nuevo poder feudal tiene el rostro de las empresas multinacionales privadas".
     Por ejemplo, hace unos días me enteré que, además del Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea (TTIP,en sus siglas en inglés), también se está gestando en secreto un Acuerdo sobre el Comercio Internacional de Servicios (TISA, siglas también en inglés) No hace falta ser Einstein para adivinar que ambos Acuerdos están pensado para beneficias a las grandes empresas internacionales.
     La periodista Soledad Gallego-Díaz, en un artículo titulado Peligro: se negocian Tratados, indica; "En el caso del TTIP asombra que no exista un estudio serio sobre las consecuencias que tendría para las pequeñas y medianas empresas españolas, incluidas las agrícolas, que dan empleo, pero que o no exportan o lo hacen al mercado europeo, sin competir con las enormes empresas norteamericanas".
     Tanto el TTIP como el TISA pretenden sustituir a la fracasada Organización Mundial de Comercio (OMC). Los objetivos del TISA son los mismos, a veces ampliados, que perseguía el Acuerdo General sobre el Comercio de  Servicios (AGCS) de la OMC.
     Para Pablo Sánchez, responsable de comunicación de la Federación de Sindicatos de Servicios Públicos (EPSU), el objetivo es "asegurarse de que todos servicios los puedan ser negociables, en especial aquellos que hoy son percibidos como servicios públicos. Se trata de vaciar de contenido la definición de servicio público." (Fuente: http://www.attac.es/2014/07/05/acuerdo-sobre-el-comercio-de-servicios-tisa/)
     No solo está en juego la privatización. Lo que verdaderamente se intenta es, a través de un mecanismo de arbitraje internacional, como en el caso del TTIP, garantizar la imposibilidad de una marcha atrás,es decir, impedir que se renacionalice o se remunicipalicen servicios que fueron privatizados, dados en concesión a 20 o 25 años o en colaboración público-privada. Da igual que un Gobierno posterior quiera extender servicios públicos. ¿Es eso democracia?
     Lo poco que se sabe sobre este tema se debe a Wikileaks y a un papel fijando la posición de la Comisión Europea de hace dos años.
     Como decía Jeans Ziegler en el libro indicado al principio "hoy han aparecido nuevos sistemas feudales infinitamente más poderosos, más cínicos, más brutales y más astutos que los antiguos."

jueves, 21 de enero de 2016

Nuevos acuerdos comerciales

     El Premio Nobel de Economía 2001 ha escrito un artículo La nueva geoeconomía (suplemento Negocios, El País del 17 de enero último) en el que pasa revista a los cambios sufridos por el sistema económico, en general, durante el último año. Como complemento a la entrada que publiqué el 27 de octubre de 2015 acerca del TTIP,  me parece oportuno recoger aquí los cambios relacionados con el comercio internacional, que este Premio Nobel califica como las "decisiones geoeconómicas más controvertidas del año pasado"
     Joseph E. Stiglitz después de señalar las razones por las que fracasaron las conversaciones globales sobre el comercio, llevadas a cabo por la Organización Mundial de Comercio (OMC), señala el empleo por parte de Estados Unidos de una estrategia  de "divide y vencerás", basada  en "bloques comerciales y acuerdos que se superponen". Esta estrategia consiste en intentar la firma de dos Acuerdos independientes: uno con la mayor parte de las regiones del Atlántico y otro para las del Pacífico, conocidos por sus siglas en inglés, TTIP y TTP.
     Copio, a continuación, algunos párrafos de ese artículo relacionadas con esos Acuerdos.
     A través de estos Acuerdos, "el comercio estará gobernado por documentos de miles de páginas de longitud y repletos de complejas regulaciones de  origen, que contradicen los principios básicos de eficiencia y de libre circulación de bienes".
     "El problema no son las cláusulas del acuerdo relativas al comercio, sino el capítulo de 'inversiones', que restringe seriamente regulaciones medioambientales, sanitarias, de seguridad e incluso financieras que tengan un impacto económico significativo".
     "En concreto, el capítulo da a los inversores extranjeros el derecho de llevar a los Gobiernos a tribunales internacionales cuando crean que las regulaciones gubernamentales contraríen los términos [del correspondiente Acuerdo] (que tiene más de 6.000 páginas)."
     "A la vez que el lenguaje es complejo -lo que invita a costosas procesos entre poderosas corporaciones [grandes empresas multinacionales] y Gobiernos a los que les cuesta financiarse-, incluso las regulaciones que protegen al planeta de las emisiones de gases de efecto invernadero son vulnerables. Los únicos reglamentos que parecen a salvo son los que tienen que ver con cigarrillos: los juicios abiertos contra Uruguay y Australia por pedir un simple etiquetado acerca de los riesgos sanitarios han recibido demasiada atención negativa. Pero hay aún muchísimas dudas acerca de la posibilidad de demandas judiciales en miles de otras áreas."
     "... las reglas que gobiernan el comercio global están escritas por y para las grandes empresas estadounidenses. Esto debería ser inaceptable para cualquiera comprometido con unos principios democráticos."
     El artículo termina con el siguiente párrafo: "En 2016, debemos esperar que (...) se inicie una nueva era de acuerdos comerciales que no recompensen a los poderosos y castiguen a los débiles. El acuerdo climático de París puede presagiar el espíritu y la mentalidad necesarios para sostener una auténtica cooperación global."

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Gobernados por los mercados

     "Los mercados castigaron la reelección de Dilma Rousseff" es el título de una noticia aparecida el día 27 de octubre de 2014. En el cuerpo de la noticia se podía leer; "Era la respuesta esperada a la reelección de Rousseff, a la que castigaron, sobre todo, por sus medidas intervencionistas y porque, a su juicio, no acomete las reformas que ellos consideran necesarias y urgentes",
     En contraposición, los mercados han festejado el buen resultado de Macri (Mauricio) en las elecciones argentinas, "analistas de Wall Street ansían que el próximo presidente de Argentina, que asumirá el poder en diciembre próximo, abandone las políticas  estatalistas y proteccionistas, vigentes durante doce años de kirchnerismo"; "el índice de la bolsa de Buenos Aires subía más del 3%"; "aunque el peronista Scoli también es considerado un candidato pro mercado, los operadores consideran que está condicionado por los ultra kirchneristas, mientras que Macri supone un cambio radical",
     ¿Quiénes son los mercados? Federico Mayor Zaragoza, en el libro Reacciona. 10 razones por las que debes actuar frente a la crisis económica, política y social (Varios autores, Aguilar), indica que "los mercados son los bancos, las multinacionales y los órganos supranacionales, entre otros, el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC), todos ellos no elegidos democráticamente".  Sin embargo, según el libro Quienes son los mercados y cómo nos gobiernan (Varios autores, Icaria editorial, 2011, Licencia Creative Commons), "cuando se habla en los medios de comunicación de los mercados, en realidad, no se hace referencia a los mercados en general, sino a un tipo muy particular de mercados que presentan hoy día una enorme importancia: los mercados financieros".  Una enorme importancia porque no se limitan a dar su opinión: pueden destruir un país en "un abrir y cerrar los ojos"
     Mayor Zaragoza señala, en el libro en primer lugar indicado, que "todas las directrices que proceden de los mercados van en la misma dirección: reajustes estructurales, privatizaciones, reducción del gasto público". Cuyas consecuencias, señala, han sido que nos quedemos sin trabajo, que tengamos que pagar por servicios públicos que deberían ser gratuitos y universales, que los gobiernos reduzcan el gasto social y las prestaciones sociales". "Otras medidas que ayudan a recibir el visto bueno de los mercados son las reformas del mercado laboral, al considerar que las medidas de protección de los trabajadores son un obstáculo para los beneficios empresariales t así, para el crecimiento económico".
     Pero no queremos ser gobernados por los mercados. ¿Podemos hacer algo? Sí
     En el segundo de los libros indicados (se puede consultar en Internet) en su capítulo X indica que "aunque suele presentarse como imposible, sí existe un margen para gestionar la salida de la crisis sin subordinarse a los intereses de los mercados" y dedica el capítulo siguiente a describir cuáles deberían ser los primeros pasos.  Para no agrandar demasiado esta "píldora", me voy a limitar al primer paso: "Antes que nada, es imprescindible frenar los planes de austeridad y los recortes en los servicios públicos, así como derogar las reformas laboral y de pensiones aprobadas durante 2010 y 2011". Y, por mi parte, añado, "no olvidar las prácticas de la economía colaborativa"

martes, 27 de octubre de 2015

¿Qué ha pasado con la Organización Mundial de Comercio?


     La Organización Mundial de Comercio (OMC) empezó a funcionar el 1 de enero de 1995. Hasta ese momento del comercio internacional se encargaba el GATT (en español, Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras). En realidad, la OMC se creó a instancias de grandes empresas multinacionales que deseaban aumentar su cifra de negocio: el comercio es el medio privilegiado para obtener ganancias económicas. Para aumentar esas ganancias, el sistema convirtió en mercancías cosas que no son de mercado, como los servicios públicos que satisfacen derechos humanos.
     A pesar de lo que se dice en sus estatutos, la OMC siempre ha evitado el voto en la toma de decisiones. Dominados por los lobbies de las empresas multinacionales, el poder estaba concentrado EE. UU., la UE, Japón y Canadá, los cuatro países miembros más ricos.
      La OMC se regía por una serie de Acuerdos que se asemejan mucho a lo que sabemos del TTP y TTIP.  Los tribunales internacionales previstos en estos Tratados parecen idénticos al Órgano de Solución de Conflictos o Diferencias de la OMC, cuyas sentencias eran de obligado cumplimiento.
     Las personas que se manifestaron en Berlín decían: "El TTIP  es antidemocrático y representa una amenaza para la calidad de la alimentación y el medio ambiente".  En relación con la calidad de la alimentación se puede citar el rechazo de la Unión Europea a comprar carne de ternera engordada con hormonas que  le ofrecían  Estados Unidos y Canadá. El Órgano de Solución de Diferencias, basándose  en el Acuerdo sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, fallo a favor de estos últimos países y sancionó a la Unión Europea. Entonces Bruselas encargó la realización de diversos estudios que probaron que una de las hormonas, la 17 estradiol, es cancerígena. Pero, no se  corrigieron los perjuicios ocasionados por la sanción.
     Otro Acuerdo de la OMC era el Acuerdo sobre obstáculos Técnicos al Comercio. Estos obstáculos podían ser  de naturaleza económica, cultural o medioambiental. En relación con estos últimos se puede citar la postura de la OMC respecto a la ley que prohibía la importación de atún pescado con redes que masacraban a millones de delfines. Para la OMC esta ley era un obstáculo técnico al comercio de atunes.
     En más de una ocasión la OMC ha intentado la aprobación de un Acuerdo que, en esencia, suponía limitar la capacidad de un Gobierno para dictar normas medioambientales, Por ejemplo, sea una instalación petrolífera ubicada en un determinado país. Si un nuevo Gobierno decide dictar una nueva ley que prescriba la  instalación de unos filtros, esa empresa puede presentar una demanda contra ese Gobierno, porque el cumplimiento de la ley la obliga a realizar inversiones no previstas que harán que sus beneficios económicos desciendan.
     La oposición al TTIP que se votó en el Ayuntamiento de Barcelona se basaba en que ese Tratado constituía un peligro para los servicios públicos. El Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS)  de la OMC se refería a la privatización de todos los servicios públicos, es decir, su consideración como mercancías de las que únicamente podían gozar los que tuvieran dinero suficiente, a pesar de que se refieran a derechos humanos.
     El Premio Nobel, Joseph E. Stiglitz, en el libro y capítulo ya citados, mencionaba los problemas creados por las patentes de los medicamentos, incluidas en el TTP y TTIP. Este problema ya existía en el Acuerdo sobre Propiedad Intelectual relacionada con el Comercio (ADPIC) de la OMC.
     La  última Reunión Ministerial de la OMC se celebró en 2005. Esta Reunión fracasó porque Estados Unidos, acompañado por los otros tres países ricos, se negó a eliminar las subvenciones agrícolas que concedía a sus grandes empresas, a pesar de que esas subvenciones estaban prohibidas en el Acuerdo sobre Agricultura. Con estos antecedentes no cabe duda que el objetivo del TTP y TTIP es sustituir a la OMC.
     Como decía Susan George, politóloga francesa, en su libro Frente a la razón del más fuerte (2005,30), "No queremos suprimir el mercado, pero tampoco queremos que el mercado tome todas las decisiones".

lunes, 20 de julio de 2015

Regreso

     Hace tiempo interrumpí las entradas a este blog, porque sentí la necesidad de ordenar todo lo que había aprendido, analizarlo, repensarlo. Por supuesto, no ha sido una tarea fácil, pero, al final, salió un libro.
     No pretendía recoger sin más las "píldoras para pensar" escritas en ese tiempo. Sería contraproducente, porque, si algo garantiza el aprendizaje al que he hecho referencia, es el desorden.
     En el libro he intentado presentar las "píldoras" más importantes, remozadas, comentadas y algunas de ellas reproducidas solo en parte. En total, han sido nueve capítulos.
     El primer capítulo está dedicado a señalar el hecho de que que lo que estamos sufriendo no es una simple crisis económica, sino una crisis sistémica en la que intervienen, además, una crisis ecológica y una crisis de valores.
     Con estos antecedentes, he dedicado el segundo capítulo a las características del planeta Tierra y la forma de gestión de los recursos naturales defendida por los dirigentes del sistema económico-social imperante.
     En el tercer capítulo agrupo y comento las "píldoras para pensar" sobre los fundamentos o pilares en los que se apoya el sistema. Dedico el capítulo cuarto a lo que se ha dado en llamar "gangrena de las sociedades" y que consiste en convertir en mercancías todas las actividades humanas, sin distinción. En este capítulo incluyo un análisis de la Organización Mundial de Comercio (OMC), encargada de ordenar el comercio de las verdaderas mercancías y aquellas cosas de no-mercado convertidas en mercancía.  Ante la imposibilidad de describir el contenido de todos los Acuerdos por los que se rige esta institución, en este capítulo, me limito al Acuerdo sobre los Derechos de Propiedad relacionados con el Comercio (ADPIC).
     Imposible no hablar de la globalización. En el quinto capítulo reúno las "píldoras" relacionadas con este fenómeno o proceso.
     En el sexto capítulo me dedico integramente a la actual crisis financiera: origen y solución aplicada. La austeridad presupuestaria, unido a reformas laborales y reformas estructurales en sanidad, educación y pensiones, han ocasionado graves problemas sociales.   Los temas de justicia social y democracia están expuestos en el séptimo capítulo. No hay justicia social sin democracia, ni democracia sin justicia social.
     El siguiente capítulo, octavo, gira en torno al crecimiento económico y al desarrollo humano. En este punto, es ineludible mostrar el retroceso en humanización experimentado en los inicios del siglo XXI, por los países occidentales.
     Partiendo del hecho de que, en una sociedad eminentemente científica y técnica, no se puede hablar de soluciones a una crisis sistémica y nacimiuento de un mundo diferente ignorando los  últimos adelantos de la Ciencia y la Técnica, en el  último capítulo agrupo las "píldoras" en las que analizaba estos adelantos y la posibilidad que ofrecen para construir un mundo mejor.
     Espero que este libro, aunque minimamente, contribuya para construir un mundo distinto, más humano.
     Les tendré al corriente de su publicación en papel, a un precio mínimo, y en versión digital, totalmente gratuito.

lunes, 14 de julio de 2014

Ciudad de la Luz y sistema sanitario

     Según la prensa, el Tribunal General de la Unión Europea ha señalado que las ayudas que el Gobierno valenciano ha concedido a los productores que rueden películas  en los platós de la Ciudad de la Luz de Alicante, levantada con fondos, también, del Gobierno valenciano, son ilegales y deben ser recuperadas.
   
     "El Tribunal sostiene que la construcción del complejo y las subvenciones a los rodajes constituyen ayudas del Estado y trastorna la competencia en el sector. En consecuencia, obliga al Gobierno valenciano a desinvetir, lo que comporta la venta de los estudios para intentar recuperar los fondos públicos".  Todo empezó por la denuncia de otros estudios privados.
 
     Las instituciones internacionales que gobiernan el actual sistema económico-social son fundamentalistas del libre mercado. Según esa doctrina, el Gobierno es un obstáculo para el correcto funcionamiento del mercado; nada de subvenciones, ni ayudas.

     Cuando el FMI y sus acólitos, a raíz de la crisis, han obligado practicar la austeridad presupuestaria y a llevar a cabo reformas estructurales, lo que están haciendo era expulsar al Gobierno para que, según ellos, funcionen bien los mercados.  

     El Acuerdo General del Comercio de Servicios (AGCS) de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en el que se basa la sentencia del Tribunal General de la UE, no admite diferencia de servicios: no distingue entre servicios que satisfacen derechos humanos y  servicios no relacionados con esos derechos. Desde ese punto de vista, debe aplicarse la misma sentencia a ambos servicios.

     Según la noticia en la que se relata lo acaecido en la Ciudad de la Luz,  "el portavoz de Competencia, Antoine Colobani, añadió que cuando el Estado o una autoridad pública, como una comunidad autónoma, decide actuar como inversor privado con expectativas de ingresos, no hay problema, no se trata de una ayuda, sencillamente es una inversión, pero no es el caso de esta situación".  Ahí es donde veo la solución para los servicios sanitarios: basta que el Estado o una comunidad autónoma se decida "actuar como inversor privado con expectativas de ingresos". En el caso de estos servicios, las "expectativas de ingresos" están aseguradas: todos los expertos -incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS)- señalan que la sanidad gestionada por el Estado es, siempre, más barata que la sanidad gestionada por las empresas privadas.

     La dificultad reside, por un lado, en que el sector privado hará todo lo posible e imposible para no perder un sector que le puede reportar grandes beneficios económicos, y, por otro, en que los Gobiernos, en su mayoría son fundamentalistas del libre mercado.  Será necesario trabajar duro para demostrar que "se trata de una inversión". Sobre todo, será necesario un cambio de valores, es decir, un cambio de mentalidad: tomar conciencia de que pertenecemos a la especie humana y obrar de acuerdo con las características que la distinguen de otras especies animales. En busca de mayores ganancias económicas para un determinado grupo social, el actual sistema económico-social está intentando que no pensemos y, por tanto, olvidemos que somos seres humanos.


viernes, 15 de noviembre de 2013

Inhumano sistema económico-social

     ¿Por qué inhumano? Porque no responde a las características que deben distinguir a los seres humanos del resto de los seres animales.Como ya he dicho en una ocasión anterior, Julien Brenda, famoso filósofo y escritor francés, dice en una de sus obras, Memorias de un intelectual: "A decir verdad, considero que por sus actos y aùn por sus dogmas, algunos pueblos se han excluido de la humanidad. Presentar una cierta configuración anatómica no me parece condición suficiente para ser hombre".

      En el lenguaje corriente alabamos la gran calidad humana de una persona por su solidaridad, empatía, amor al prójimo, compromiso con determinadas causas, etc. Con frecuencia, renunciamos a hacer una determinada cosa por considerarla un ataque a nuestra dignidad humana. Junto con  los elementos negativos que el ser humano posee en su esencia y  el hecho de que las neuronas espejo no son exclusivas del ser humano, existe una importante diferencia entre los animales y los miembros de la especie humana: estos últimos presentan las características mencionadas -solidaridad, empatía, amor al prójimo, compromiso con determinadas causas, etc.- de forma consciente y razonada.  Los seres humanos son los únicos animales capaces de pensar y actuar de forma consciente.

     Los antropólogos distinguen dos procesos: homonización y humanización, es decir, entre el largo proceso de aparición del género Homo y la especie Homo sapiens, y la lenta, consciente y razonada adquisición de comportamientos que se consideran típicos del ser humano. Todos los estudiosos, preocupados por el tema, no se cansan de señalar que, después de los adelantos científicos y técnicos obtenidos gracias a su inteligencia, el proceso de humanización es necesario para evitar un autosuicidio. Es necesario distinguir entre inteligencia y sabiduría, y empezar a actuar sabiamente.

     La actual crisis, surgida  por prácticas bancarias irresponsables, debe habernos enseñado que los programas de ajuste estructural que ha impuesto -y está vigilando su cumplimiento- el FMI a través de la austeridad son, en realidad, un intento de implantar un sistema económico-social deshumanizador. Por sus acciones, quienes abrazan la ideología de libre mercado (a nivel internacional, quienes forman parte del FMI, Banco Mundial, OMC, BCE, empresas transnacionales, sector financiero, etc.; y a nivel nacional, un gran número de Gobiernos que se autocalifican de democráticos) se están excluyendo de la especie humana.

     No se puede calificar de humano un sistema, según el cual solo pueden acceder a los servicios de salud, educación, vivienda, alimentación,... quienes tengan dinero para pagarlos (ignorando la Declaración Universal de Derechos Humanos); un sistema que no castiga, sino que favorece, a quienes (generalmente, directivos de empresas transnacionales) practican el trabajo infantil y la esclavitud en el trabajo (en contra de lo establecido en la Convención contra la Esclavitud y la Convención sobre los Derechos del Niño). Acciones, todas ellas, que constituyen crímenes de lesa humanidad.

     Diría que se trata de la aparición, en los últimos años, de unos nuevos seres con forma humana pero son ninguna de las características de la especie humana. Es obligación de los que queremos seguir perteneciendo a la especie humana, utilizar todos los medios a nuestro alcance para, como decía Erich Fromm, destacado psicoanalista , psicólogo social y filósofo, fallecido en 1980, en su libro La revolución de la esperanza, "humanizar la sociedad tecnológica".   La constitución, en este momento y en nuestro país, de "plataformas" y "mareas" de todo tipo avanzan en esta dirección; pero necesitan ayuda, la participación de más seres humanos.

lunes, 14 de octubre de 2013

Austeridad y crímenes

     Es en el campo de la salud y la educación en los que, con más claridad, se pone de manifiesto que la austeridad presupuestaria es, en realidad, una excusa para mponer la ideología del libre mercado.  Se está aprovechando la crisis financiera para imponer -a través de los llamados programas de ajuste estructural- un sistema en el cual solo tienen cabida los ricos. ¿Cómo se explica un programa de austeridad presupuestaria que ha aumentado la riqueza de los ricos, al mismo tiempo que el número de personas  en situación de pobreza extrema? ¿Cómo en un programa de austeridad se pretende privatizar la salud, cuando la experiencia en otros países y la Organización Mundial de la Salud indican que los sistemas de salud privados son más caros que los públicos? 

     Una importante institución dentro del sistema es la Organización Mundial de Comercio (OMC). En su Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) de esa considera que todos los servicios públicos son mercancía y, como tales, deben ser privatizados, de forma que solo podrán ser disfrutados por quienes tienen dinero para pagarlos. Todos  quiere decir, incluidos la salud y la educación, a pesar de que son derechos recogidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos. (Los servicios de policía y ejército están excluidos).  ¿Qué calificativo merece un sistema uno de cuyos pilares es una institución de este tipo?

     En el terreno de la salud y, también, en el de la educación, es más visible que en ningún otro que se trata de un sistema asesino, aunque no emplee armas de fuego o armas químicas; sus armas son económicas. La ciudadanía, en general, no conocía la existencia de estas armas.

     Independientemente de las armas que utilicen, los que participan y apoyan este sistema están cometiendo crímenes de lesa humanidad.  En el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, entre las conductas tipificadas como crímenes de lesa humanidad incluye "cualquier acto inhumano que cause graves sufrimientos o atente contra la salud mental o física de quien los sufre, cometido como parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil". La obediencia debida no es eximente cuando se juzgan crímenes de lesa humanidad. Además, los crímenes contra la humanidad tienen la especial característica de ser imprescriptibles, es decir, pueden ser perseguidos en todo tiempo.

     A mi juicio, ante esta situación, una de las acciones más adecuadas, es la desobediencia civil, acompañada de protestas, manifestaciones y búsqueda de alternativas. Es cuestión de responsabilidad y dignidad humanas.

lunes, 17 de junio de 2013

Grados de imperfección y responsabilidad

     En un análisis FMI, en el que pasaba revista a las consecuencias de las actuaciones llevadas a cabo en Grecia,  el FMI indicó que "se subestimó el impacto de la austeridad". El Fondo reconocía que sus cálculos sobre la evolución de la deuda pública griega fallaron "por un amplio margen".

     Ante esta afirmación, cabe preguntar si no es obligación del FMI estudiar cuidadosa y profundamente el impacto de sus programas, no olvidando de analizar éxitos y  fracasos anteriores. El FMI debe de recordar que funciona con dinero de los ciudadanos. Y si yerra sistemáticamente en sus análisis, debería pensar si hay algo en sus modelos que esté confundido. En cualquier caso, como ya he dicho en otra ocasión, ni tiene sentido que los contribuyentes sean los que tengan que pagar a entidades privadas.

     Por otra parte, los dirigentes de los países deben conocer las consecuencias probables de lo que el FMI recomienda.  Es fácil adivinar que los recortes en sanidad, educación y asistencia social afectan de manera determinante a la población más vulnerable,  la que es necesario proteger en medio de una crisis. Debían haber informado y escuchado a los ciudadanos.

     La Comisión Europea, en un principio, no estaba de acuerdo son estas afirmaciones del FMI. Según ella, "el informe no lleva la firma de la directora del FMI, sino tan solo de su personal, por lo que no refleja la postura oficial del organismo.

     Unos y otros, a mi juicio, deben saber que el primer deber de los políticos, y de los economistas que les proporcionan la teoría, es minimizar la posibilidad de conmociones económicas para los ciudadanos. Hay unas barreras que no se pueden saltar: no se pueden dejar de cumplir la Declaración Universal de los Derechos Humanos; no se puede arruinar la vida de muchos niños y jóvenes para sacar a los bancos del agujero en que han caído en busca de más dinero; y, no se puede mantener desregulado al sector financiero, la ética no puede ser ajena a la economía.

     En relación con todo lo anterior, es interesante conocer lo que dijo, en una entrevista radiofónica,  el comisario de la Competencia en la UE, Joaquín Almunia, para justificar la labor realizada: Joaquín Almunia defendió la actuación comunitaria diciendo: "nadie es perfecto". Hay que decir al señor Almunia que no se trata de perfección -ningún ser humano  es perfecto-, sino de responsabilidad. Comparto la opinión de quien ha dicho: "La cuestión es qué tipo de responsabilidades adquieren los políticos, los tecnócratas y los científicos sociales que les acompañan, en sus decisiones, cuando sus equivocaciones generan tanto sufrimiento a la gente".  Un reconocido economista dijo, recientemente, en un programa televisivo que alguien, algún organismo, debería denunciar en el tribunal internacional a la troika, por delitos de lesa humanidad.

     También por responsabilidad, no podemos quedarnos al margen.    
    

sábado, 15 de junio de 2013

Austeridad presupuestaria

     ¿Era la austeridad presupuestaria y los consiguientes ajustes estructurales la única solución a la crisis?  Dadas las consecuencias que estamos sufriendo y los ejemplos de crisis anteriores, ni la única solución ni la mejor. Pero es la que siempre han adoptado los fundamentalistas de mercado, es de decir, aquellos que abrazan, como dogma, la teoría de la perfección de los mercados, la teoría en la que se basa el vigente sistema económico. Para evitar confusiones, conviene indicar que abrazan ese dogma porque ello les reporta grandes beneficios económicos.

     Esa es la razón por la cual el FMI y el BCE impusieron la austeridad presupuestaria. La Comisión Europea se unió a ellos y formó lo que se conoce con el nombre de "troika",  los "hombres de negro", cuya misión todos conocemos. Ni el FMI ni el BCE pensaron que estaban actuando en países democráticos. En todas las ocasiones, el FMI ha ordenado y obligado a seguir su receta sin rechistar. Cosa aparte es si la Comisión Europea abraza el mismo dogma que el FMI y el BCE. El hecho es que no se informó a los ciudadanos y que, al menos en nuestro país, se modificó, de forma unilateral, la Constitución y se intentó engañar a los ciudadanos diciéndoles que la culpa era suya por "haber vivido por encima de sus posibilidades". 

     No es solo que existe una manifiesta incompatibilidad entre el vigente sistema económico y la democracia; es que la democracia también está ausente en el interior del FMI.  Cosa natural cuando se habla de dogmas. Según Joaquín Estefanía (Economía del miedo, Círculo de Lectores, 2011, pág. 77), los 54 folios de un informe, "Actuación del FMI en la fase previa de la crisis económica financiera: la supervisión del FMI en 2004-2007",   publicado en febrero de 2011 y elaborado por la Oficina de Evaluación Independiente del propio Fondo que dirige un exfuncionario de la institución, son demoledores. Muchos funcionarios consultados mencionaron cosas como "expresar puntos de vista en contra puede arruinarme la carrera"; "había límites al grado de crítica que se podía plantear".

     A mi juicio, para entender mejor todo, es interesante señalar algunas de las consecuencias de esa austeridad presupuestaria. No se trata solo de rescatar a los bancos y de la falta de regulación del sector financiero. La austeridad presupuestaria implica allanar el camino para que los países europeos cumplan con el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) de la OMC, el otro pilar del vigente sistema económico.

      El objetivo del AGCS es liberalizar todos los servicios, es decir, independizarlos de los gobiernos mediante su privatización y consideración como mercancía.  Todos  significa incluidos los que satisfacen  derechos humanos.  En la Unión Europea, el AGCS conducirá -está conduciendo- al desmantelamiento del Estado de Bienestar, que ha costado mucho trabajo en implantar.

martes, 21 de mayo de 2013

Tasa de Retorno Energético (TRE)

     En más de una ocasión he recordado en este blog el hecho incuestionable de que nuestro planeta constituye un sistema cerrado y que, por lo tanto, constituye un límite al crecimiento económico predicado por el vigente sistema económico.  Ante esta evidencia la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Banco Mundial, así como trabajos publicados en influyentes libros, periódicos y revistas de orientación empresarial indican que tal límite no debe preocupar porque gracias a la capacidad creativa de los seres humanos surgirán técnicas cada vez más eficientes. Son los que Thomas Homer-Dixon denomina optimistas económicos.

     En conexión con este problema ha surgido el concepto de Tasa de Retorno Energético (TRE), definido como el cociente entre la energía que proporciona una fuente (por ejemplo, un pozo petrolífero submarino) y la energía que se tiene que gastar para conseguirla. Cuando se recupera tanta energía como la que se invierte, esa Tasa es igual a 1 y el sistema deja de tener sentido como fuente de energía.

     A pesar de la importancia de este concepto, sucede que nuestras técnicas de extracción, en realidad, no han buscado nunca la optimización de la TRE: en la explotación de carbón, gas y petróleo lo único que se pretende es aumentar la producción, es decir, la cantidad de energía neta extraída por unidad de tiempo.

     Como ejemplo de la total ausencia de sabiduría, que caracteriza al actual sistema económico, el autor del blog http://crashoil.blogspot.com indica que para la extracción de carbón se lleva años utilizando las minas a cielo abierto: despiece de una montaña desde su cima, a base de dinamita y excavadora. Lo importante es mantener un elevado  nivel de producción, aunque sea  a coste de un gran consumo de energía, es decir, de una disminución de la TRE. Un ejemplo análogo lo constituye la técnica conocida como fractura hidráulica (fracking) para posibilitar o aumentar la extracción de gas y petróleo del subsuelo. Se inyecta a presión una mezcla de arena y agua que contiene hasta 500 productos químicos para, así, fracturar las láminas de pizarra en el subsuelo para liberar y extraer las pequeñas burbujas de gas. En el proceso se arruina un recurso (la pizarra ya fracturada ya no se puede usar, ni siquiera para extraer más gas), se contamina el acuífero y, en algunos casos, se produce ligera sismicidad por el deslizamiento de las placas de pizarra. Nada de la inteligencia a que aluden los optimistas económicos: fuerza bruta y "caiga el que caiga".

    Lo único que, hasta ahora, se le ha ocurrido al vigente sistema, al que, como ya se ha dicho hasta la saciedad, solo interesa el crecimiento económico, es utilizar a seres humanos para aumentar la TRE, mediante su reducción a condiciones de práctica esclavitud.  Basta observar la degradación de las condiciones de trabajo en multitud de minas, no solo de materias primas energéticas.

     En realidad, para ver hasta qué punto es inhumano el sistema, no hace falta hablar de la Tasa de Retorno Energético (TRE), ni de la extracción de materias primas, es suficiente observar la actual insistencia, en la Unión Europea, en la reforma de las leyes laborales como requisito para empezar a crecer económicamente y así, dicen, salir de la crisis.

NOTA. Como ejemplo del total desinterés por buscar técnicas más eficientes puede consultarse las entradas relacionadas con el informe del Club de Roma, Factor 4. Cómo duplicar el bienestar con la mitad de los recursos naturales:

 http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/05/mas-con-menos.html,

 http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/05/duplicar-el-bienestar-con-la-mitad-de.html y

http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/05/eficiencia-en-el-uso-de-recursos.html.

martes, 30 de abril de 2013

Origen de la catástrofe ocurrida en Bangladesh

     Tenemos la costumbre de hablar de empresas francesas, alemanas, estadounidenses, etc., cuando la realidad es que, en las décadas, las empresas tienden a utilizar el mundo entero no solo para exportar, sino -a mi juicio, mucho más importante- en busca de lugares en los que los salarios son reducidos y los controles ambientales escasos, donde hay que pagar menos impuestos y la regulación social es menos efectivo. ¿Con qué objetivo? Con el único objetivo de ser competitivos y aumentar su cifra de negocio (ganancias económicas). Este fenómeno es conocido como "deslocalización de la actividad productiva" y provoca un desplazamiento de las empresas desde las zonas industrializadas de las países ricos a zonas determinadas -zonas de libre comercio- de los países pobres.

     Este es un proceso que, contrariamente a lo que podía pensarse y desearse, no supone una ayuda a los países pobres, sino más explotación, al tiempo que el panorama mundial se hace más precario. Esta deslocalización de la actividad productiva conduce a una pérdida de puestos de trabajo en los países industrializados, una explotación indiscriminada de la mano de obrar en los países de nueva localización de las empresas, una disminución de las conquistas sociales allí donde las había y recorte de los servicios públicos. Todo ello acompañado de un incontrolado deterioro ambiental y una falta de consideración de los trabajadores y trabajadoras como seres humanos.

     La situación es muy preocupante. Jan Tinberger, ganador del premio Nobel de Economía 1969 junto con Ragnar Frich, afirmó que se está guiando a la sociedad con una brújula que no sirve. En efecto, demuestra que, para el vigente sistema económico-social, las ganancias económicas están por encima de las personas.

     Esto es lo que ha sucedido en Bangladesh, uno de los lugares elegidos por las empresas del sector textil para fabricar prendas que después venderán en los países con mayor poder adquisitivo. Dejo a la consideración de si este acontecimiento tiene alguna relación con los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, según los cuales un total de 102 trabajadores fallecieron en los dos primeros meses del año, diez más que en igual período de 2012 o con el accidente del Metro que tuvo lugar en Valencia el año 2006. Sin embargo, no renuncio a indicar que el fenómeno está avalado por dos instituciones ademocráticas que gobiernan el vigente sistema económico: el Banco Mundial y la Organización Mundial de Comercio (OMC).

     No pretendo -creo que lo he dicho más de una vez- que desaparezcan las actuales instituciones internacionales: pretendo que se modifiquen para que el sistema, además de ser sostenible, sea algo más humano y justo.
    

lunes, 11 de febrero de 2013

Muerte de la democracia representativa

     Aunque la democracia representativa es el sistema político predominante en Occidente, se puede decir que, como consecuencia de la globalización, en la actualidad, la mayor parte de la humanidad vive bajo este sistema político, en los que, además, tiende a predominar modelos económicos basados en la economía capitalista de libre mercado.

      En Europa, principalmente, gracias a los apabullantes protagonismos populares en los desenlaces de la primera y segunda guerra mundiales, se consigue llegar a cotas , desconocidas hasta entonces, de democratización política y, no por casualidad, de participación social en los beneficios del crecimiento económico en forma de políticas sociales (Estado de Bienestar).

     Sin embargo, en los últimos años las cosas han cambiado de forma muy importante. Lo que ha ocurrido en los últimos años, el gran cambio de época al que asistimos, ha provocado un vaciamiento creciente de la capacidad de los ciudadanos para influir en la acción del gobierno, es decir, ha eximido a los gobiernos de sus responsabilidades como representantes de los ciudadanos.  Y es que, desde su inicio, el vigente sistema económico ha intentado restar competencias a los gobiernos. La libertad de mercado es intocable; nada de regulación por parte de los gobiernos. (Separación entre ética y economía).

     El sociólogo Guillermo O´Donnell (1936-2011) hablaba de "muerte lenta de la democracia", ahora asistimos a su "entierro". "Asistimos a la vuelta del mundo al sistema feudal. Este nuevo poder feudal tiene el rostro de las empresas multinacionales privadas", decía Jeans Ziegler. (Ahora incluimos al sistema financiero y hablamos de los "mercados")

     En todo el sistema subyace una determinada concepción antropológica, carente de la más mínima base científica: los seres humanos, en todas las actividades económicas, se comportan como "máquinas de calcular". Ello a pesar de los avances de la neurociencia y de los trabajos de investigación de la escuela creada por la Premio Nobel de Economía, Elinor Ostrom.

     Según el biólogo Russell Hardin, el comportamiento del ser humano como "máquina de calcular" conduce a la llamada Tragedia de los Comunes. "No importa -dicen los partidarios del sistema, exhibiendo un gran optimismo- , ya encontraremos una solución".

     Pero hay más. Las "máquinas de calcular" no tienen derechos humanos, ni siquiera los básicos, como vivienda, educación y sanidad. Los Acuerdos de la Organización Mundial de Comercio (OMC), especialmente el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS), niegan explícitamente la existencia de esos derechos.

     Todo este montaje, como se indica en una entrada en la que se habla del Banco Central y Europeo y el sistema fiscal,  no es, sin duda, inocente: está estructurado para beneficiar a determinados sectores de la sociedad.

     Ahora, no se trata de recuperar las perdidas capacidades de los gobiernos -algo, en estos momentos, realmente imposible-; se trata de explorar nuevos caminos, de crear un sistema político-económico acorde con las potencialidades del ser humano.  Y todos los caminos pasan por crear una democracia participativa, acompañada de un cambio de mentalidad. Elinor Ostrom creía -falleció en junio de 2012- en el poder del autogobierno para salir de situaciones difíciles.

sábado, 5 de enero de 2013

Privatización de los servicios de sanidad. Razón ideológica

     Como se indica en la entrada anterior, la razón por la cual se privatizan los servicios de sanidad no es de naturaleza económica, sino que reside en la actitud dogmática, el integrismo, de ciertos sectores políticos, que sin atender a la realidad, son partidarios del actual sistema económico, a pesar de que supone un grave retroceso en el proceso de humanización de la especie humana. (Según el diccionario de la RAE, "integrismo" es la "actitud de ciertos sectores religiosos, ideológicos o políticos, partidarios de la inalterabilidad de las doctrinas", generalmente, se puede añadir, por avaricia, codicia y/o egoísmo.

     Una de las instituciones multilaterales en las que se basa este sistema es el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, junto con el Banco Mundial, ante los problemas creados por el sector financiero, obligó a la aplicación de su política de siempre, a pesar de su falta de efectividad y abundancia de fracasos: austeridad presupuestaria, que lleva implícita la privatización de todos los servicios públicos y la eliminación de cualquier tipo de subvenciones o ayuda gubernamental.

     Otro importante pilar del sistema lo constituye la Organización Mundial de Comercio (OMC). ¿Qué añadir a lo indicado en su Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) en general y los servicios públicos, en particular? ¿Qué decir acerca de las instancias por las que fue creada la misma OMC? ¿Qué decir acerca de la consideración de la sanidad, el trabajo, el agua potable, los alimentos, etc. como mercancías, de las que solo podrán disfrutar quienes tengan dinero para pagarlas? ¿Qué decir de la naturaleza ademocrática de la OMC, que ha permitido que siempre haya estado gobernada por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y Japón ?

     El comercio internacional ciertamente necesita reglas, pero dichas reglas deberían dar prioridad a las personas por encima del fortalecimiento del poder empresarial. En este blog se han publicado algunas de las propuestas de reforma, a pesar de que están muy lejos de ser aprobadas, por no ser del agrado de los países ricos.

     Ahora, en Europa, el AGCS conducirá al desmantelamiento de un sistema, el Estado de Bienestar, que ha costado mucho trabajo implantar y ha aportado importantes e innegables beneficios.  Ahora los servicios públicos perderán su condición de "derechos" (no podrán ser reclamados por todos) para convertirse en "mercancías" (que solo algunos podrán comprar), por lo que no solo será imposible eliminar la pobreza y la desigualdad, sino que aumentará las diferencias entre ricos y pobres dentro de un mismo país.

     Para el Tercer Mundo, las cosas no eran muy distintas antes de crearse la OMC. El Banco Mundial y el FMI, abandonaron su objetivo inicial y se convirtieron en instituciones  que trabajaban a favor de las empresas de los países ricos, cuya cifra de negocios aumentaba con la liberalización.

     Ahora, países de la Unión Europea están obligados a tomar las medicinas que, de forma egoísta, han venido recetando a los países subdesarrollados.  ¿No recuerda esto al efecto boomerang?  El sistema económico, del que estoy hablando, no distingue entre países ricos y pobres: solo le interesa el dinero

sábado, 10 de noviembre de 2012

Privatización de la sanidad

     En dos entradas anteriores (http://pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/08/la-sanidad-una-mercancia.html  y pildoras-para-pensar.blogspot.com.es/2012/08/sanidad-una-mercancia-continuacion.html), he comentado el hecho de que, en el marco del vigente sistema económico, la sanidad no es derecho humano, sino una mercancia que, como tal, está recogida en el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) de la Organización Mundial de Comercio (OMC). No obstante, ahora -después de haber dedicado varios días al concepto de democracia-, considero oportuno comentar lo que supone para la democracia el que un gobierno decida la liberalización de la sanidad.


     Desde un principio, las grandes empresas, a través de sus lobbies, no han dejado de presionar a los gobiernos para hacerse cargo de los servicios públicos. En relación con la sanidad, en cierta forma protegida por el Estado de Bienestar imperante en Europa,  ya he indicado, que la Coalición de las Industrias Norteamericanas de Servicios declaró al U. S. Trade Representative, es decir, al embajador norteamericano responsable de las negociaciones en la OMC, lo siguiente: "Los sistemas públicos de sanidad en Europa nos impiden penetrar masivamente en ese mercado, y en consecuencia contamos con usted para que nos abra este sector. Apuntamos muy especialmente al mercado de los mayores de 65 años, pues consume por término medio cuatro veces más servicios de sanidad que el resto de la población". No son palabras textuales. (Susan George y Martín Wolf, La globalización liberal. A favor y en contra, 2003, Círculo de Lectores, Barcelona, págs. 49-50)

     Ahora, con la excusa de la austeridad, esas empresas han encontrado una puerta por donde "penetrar masivamente" en los servicios públicos; y, en el caso de la sanidad, han empezado por el "mercado de los mayores de 65 años". (Hospital de La Princesa)

     Hasta tal punto este sistema económico desprecia la democracia que, según la conocida politóloga francesa Susan George (Pongamos a la OMC en su sitio, 2002, Icaria editorial, Barcelona, págs. 76-77), debido a las disposiciones del artículo XXI, las decisiones que un gobierno tome en relación con el AGCS son prácticamente irreversibles. "Imaginemos -dice Susan George- el caso en que un gobierno compromete un servicio con resultados catastróficos (como ya ha sucedido en Gran Bretaña con el ferrocarril) y que posteriormente es sustituido por otro gobierno que desea enmendar la actuación del primero y retirar ese compromiso. A menos que todos los países miembros de la OMC que se consideren afectados estén de acuerdo, el gobierno ulterior deberá someterse a un arbitraje y estará maniatado si no propone liberalizaciones en otros sectores que satisfagan a sus socios comerciales".

     Sanidad como mercancía, solo podrá disfrutarla quien tenga dinero para comprarla: para mejor sanidad, mayor precio. En conclusión: tú vas a morir y yo voy a vivir porque soy más rico.

sábado, 13 de octubre de 2012

Nuevo orden económico

     Hace años que empezó a  mencionarse la "urgente" necesidad de establecer um nuevo orden económico. Se trataba de poner un poco de orden en la actual "economía de casino" y evitar en lo posible la consiguiente incertidumbre ecónomica (crisis). Hace tiempo que empezó a denunciarse la condición obsoleta de instituciones como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero nadie se atrevía a afirmar que el sistema está podrido y que es indispensable -urgente- cambiarlo profundamente.

     Los escándalos financieros y sus catastróficos resultados; la existencia de paraísos fiscales; el creciente aumento de las desigualdades económicas no solo entre países sino también dentro de un mismo país y las consecuencias de todo tipo debidas a esas desigualdades: revueltas, enfermedades  y consiguiente descenso de vida media, ..., son solo algunas de las ineludibles señales de la urgencia de un nuevo orden económico global. ("Deberíamos haber aprendido ya que en un mundo de desigualdad manifiesta (...) no va  ser totalmente seguro, ni  siquiera para sus habitantes privilegiados", Koffi Annan, ex secretario general de la ONU).

     Pero ¿cómo hacerlo ahora cuando los gobiernos han claudicado de su obligación de representar a los ciudadanos y cuidar su bienestar?  En un principio, se dice que se necesitarían unos presidentes de gobierno con gran visión y audacia política. Unos dirigentes capaces de proponer y construir formas económicas alternativas, en las que el mercado esté subordinado a los derechos humanos, la democracia y la sustentabilidad ambiental. ¿Dónde están?

     En un muy conocido relato épico de los mayas quichés, El Popol Vuh. Las antiguas historias del Quiché, se dice: "Entonces el Corazón del Cielo les echó un vaho sobre los ojos; los cuales se empañaron como cuando se sopla sobre la luna de un espejo. Sus ojo se velaron y solo pudieron ver lo que estaba cerca, solo eso era claro para ellos. Así fue destruida su sabiduría...". (Extraído del libro Los efectos de la política europea. Un análisis crítico, José J. Romero, coord. 2002)

     Según los mayas, cuando los dioses quieren castigar a los mortales les empañan la vista para que no puedan ver sino lo que está cerca.  Nuestros dirigentes hace años que han olvidado que habían sido elegidos para representar al pueblo. Han sido castigados por los dioses y no ven que su manera de obrar contraviene la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución de sus países, no son capaces de ver lo qué significa no apoyar a la enseñanza y sanidad públicas, no ven a las personas que tienen que ir a comedores sociales para, literalmente, no morir de hambre, etc.

     Ante esta situación, los expertos y no expertos llevan tiempo diciendo que la solución se encuentra en la sociedad civil. "El siglo XXI será de la sociedad civil o no será".

jueves, 11 de octubre de 2012

Comportamiento criminal

     "No existe peor crimen que negar oportunidades a aquellos que, en principio, tienen toda la vida por delante, una biografía por construir. De hecho algunos de los logros más nobles de los humanos surgieron de intentar derribar barreras que obstaculizaban el libre desarrollo de las personas para conseguir que el largo camino que conduce de la cuna a la tumba sea independiente del origen social, el sexo o la raza. Muchas, aunque no todas ni en todas partes, de estas barreras han sido o están siendo abolidas".  Así empezaba un artículo escrito por José Manuel Sánchez Ron, miembro de la Real Academia Española y catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad Autónoma de Madrid.

     El título del artículo era Asesinos del futuro y se refería a las consecuencias que, para nuestros descendientes, podía tener el cambio climático.  Fue escrito antes de que se iniciara la crisis que estamos sufriendo.  Y lo menciono ahora porque para hacer frente a esa crisis algunos gobiernos están obstaculizando "el libre desarrollo" de algunas personas, no futuras, sino presentes.

     Ya sabemos cómo empezó todo. Empezó por la avaricia y la ambición de una élite privilegiada, que desconoce el significado de la palabra "ética" y continuó porque las instituciones internacionales -pilares del vigente sistema económico- decretaron que tenían que ser los ciudadanos los que sacasen a esas élites del hoyo en que habían caído.  En palabras de Martin Wolf, "no nos gusta que un gran número de bancos se derrumbe. Para quien cree en la economía de mercado...".

     ¿Cómo se podía llevar a cabo ese "rescate"? Practicando a virtud de la austeridad.  ¿Todos los ciudadanos? No, solo las clases medias y bajas. (En realidad, esa política -ajuste estructural- ya se había empezado a practicar en los países llamados del Tercer Mundo, aunque, en general, entretenidos con otros quehaceres, en Occidente no nos dimos cuenta de sus  consecuencias. Véanse algunas de las primeras entradas de este blog).

     En resumen. ¿Qué se está haciendo, por ejemplo, con los niños que van a la escuela -una escuela sin los necesarios recursos materiales y humanos- con hambre y cuyos padres tienen que acudir a la ayuda de la Cruz Roja u organizaciones análogas para poder subsistir o con los jóvenes que tenían puestas todas sus ilusiones en ir a la universidad y que han tenido que olvidar tal pretensión porque sus padres no pueden pagar las correspondientes tasas o con los jóvenes que no pueden conseguir una vida independiente porque no encuentran empleo?  ¿Qué se está haciendo con los derechos humanos básicos: derecho a la alimentación, derecho  la educación y derecho a la sanidad?

     Es digno de resaltar la circunstancia de que todo eso está teniendo lugar en países democráticos en cuyas Constituciones, de una u otra manera, se habla del "gobierno del pueblo".

     Como ciudadana de uno de esos países, termino con las palabras con que Sánchez Ron terminaba su artículo: "me duele de forma casi insoportable. (...) De hecho, sufro incluso más por la indignidad del comportamiento criminal del que participo. Seré recordado, ay, como miembro de una tribu global de asesinos".

martes, 4 de septiembre de 2012

Aclaración

     Hasta ahora, he estado, continuamente, aludiendo a un sistema económico que, siempre, he calificado de injusto, inhumano e insostenible. En estos momentos, considero necesario explicar a qué sistema me refiero, para que quede claro que no hablo de ningún partido político en especial. Alguna vez he utilizado el calificativo "global" para referirme a ese vigente sistema económico; es algo que debía haber hecho desde el principio para evitar confusiones.

     ¿Qué sistema económico puede calificarse de "global"?  Más que sistema económico debería hablar de ideología económica, porque los que están entregados a ella "desatienden la realidad". (Véase en el diccionario de la RAE la definición de "ideólogo"). Ahora que se conocen los resultados del sistema, se hace patente el hecho de que sus defensores lo hacen por egoísmo o avaricia, motivos nada nobles. Sin embargo, hay que reconocer que han sabido hacerse con la voluntad de sus "sufridores", mediante una imperceptible anulación de su espíritu crítico, a pesar de que el espíritu crítico y creador es algo que solo tenemos los humanos.

     Es un sistema joven, pero ha conseguido convertirse en la ideología dominante en los gobiernos de muchos países, tanto ricos como pobres, democráticos como no democráticos. Se basa en la creencia de que la desregulación de la economía y mundialización de los mercados resolverían los grandes problemas de la humanidad.

     Muy importante es el enorme peso político que en él tienen los dirigentes de los grandes grupos empresariales y financieros, como representantes de los mercados de bienes, servicios y capitales. Según ellos, y sin ningún fundamento científico, los mercados sin regular funcionan bien, mientras que los Estados funcionan mal, es decir, es un sistema político-económico que propugna la reducción de la intervención del Estado a un mínimo. Estos grupos venden como reformas lo que no que no son sino políticas movidas por sus propios intereses. (La política pierde autonomía. Estos grupos han conseguido capturar las políticas en su beneficio). Hay muchos ejemplos; el más reciente, la reforma sanitaria, que amputa el sistema público de salud, respondiendo a los intereses de grupos económicos. (Amputa el sistema público de salud sin tener en cuenta el dolor que producen y olvidando que la salud es un derecho humano).

     En los pocos años de vida del sistema, se ha demostrado no solo que no puede cumplir ninguna de las promesas anunciadas, sino también que los mercados sin regulación no funcionan bien; sobre todo, son tremendamente imperfectos los mercados financieros. (Esa imperfección da lugar a frecuentes crisis económicas)

     Este sistema económico es impulsado, principalmente, por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) que, en general, ejercen una gran presión política. Existen múltiples ejemplos de esta presión, tanto en los países pobres como en los países ricos. El más cercano está relacionado con la forma cómo se está resolviendo la actual crisis en Estados que se dicen democráticos, que están sometidos a indicaciones y vigilancia exteriores, sin contar con la ciudadanía, a la que solo queda la protesta.

     A este sistema me he referido siempre, desde que inauguré este blog.