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sábado, 21 de marzo de 2020

El coronavirus y la economía neoliberal


Para entender muchas de las cosas que pasarán por culpa del coronavirus hay que tener en cuenta que,  como ya he dicho en otra ocasión,  el vigente sistema económico funciona para las grandes empresas multinacionales y no para los ciudadanos. A continuación, algunos textos que ponen de manifiesto algo de lo que sucederá o ha empezado a suceder, en este sentido. Antes debo confesar que me faltan conocimientos  para realizar un buen análisis de la situación.
Empiezo por la reunión del G-7 (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Japón) que tuvo lugar hace unos días. Según el texto que he leído, se reunieron para “evitar que la pandemia del coronavirus derrumbe la economía  mundial”. “El FMI y el Banco Central Europeo, entre otros, están listos para inundar la economía con miles de millones de euros o dólares”. “El desafío es titanesco si se quiere evitar que la economía mundial entre en una nueva recesión como la de hace 12 años”.
“Los efectos de la crisis de 2008 están en todas mentes. En ese entonces más de 27 millones de trabajadores perdieron entonces sus empleos en las economías más avanzadas.  Esta vez podría ser mucho peor. El ministro de economía francés dijo […] que el país registrará un crecimiento negativo este año, un escenario que se repite por casi todos los países del viejo continente afectados ahora por el coronavirus, que a su vez son las principales economías (Alemania, Francia, Italia, España)”.
“Prueba de la gravedad de la situación. En China, segunda economía mundial, la producción industrial de los primeros dos meses del año se desplomó en -13,5%. Su peor caída en 30 años”.  ¿Por qué no se dice nada de los ciudadanos?                                                    (Fuente:  http://www.rfi.fr/es/economia/20200317-pa%C3%ADses-del-g-7-en-pie-de-guerra-para-enfrentar-al-coronavirus)

En otro texto periodístico (https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/domar-bce-lagarde-tratado-maastritch-mercados-ganar-covid19) he leído: “Christine Lagarde y el Banco Central Europeo (BCE) dicen  haber sacado toda su artillería y exigen una rápida actuación a los Estados miembro para atajar la crisis del coronavirus. La presidenta del BCE acaba de anunciar que comprará 120.000 millones de euros de deuda de los Estados y seguirá inyectando dinero en el mercado, aunque dejará los tipos de interés como estaban”. 
“Pero es mentira, no han sacado toda su artillería, tienen un arma realmente potente que no sacan porque hacerlo sería intervenir los mercados y saltarse el propio Tratado de Maastricht. Restar, o inyectar sin esperar nada a cambio, dinero directamente a los gobiernos para que lo gasten en tomar medidas efectivas para responder a la emergencia sanitaria del virus y los efectos económicos que pueden llevar a un país como el nuestro a una nueva recesión económica. Es hora de romper la norma que imposibilita que el BCE no le preste, o inyecte sin esperar nada a cambio dinero a los Estados”.
“Sacar la artillería que realmente tiene el BCE es irrumpir en el placentero sueño en el que lleva metido en el sistema financiero europeo desde que se creó la Unión Europea. La artillería del BCE rompería el monopolio que tiene la banca sobre la distribución del dinero, sobre el crédito y, especialmente, sobre el gran negocio que supone especular (o refugiarse) en la deuda pública de los países cuando lo están pasando mal,   como ya hicieron en los años que siguieron al crac de 2008. No lo hacen porque existe un ‘articulo’, una norma diseñada por el capital financiero, que prohíbe que el BCE ayude realmente a los gobiernos de Europa. Es hora de romper esa norma”.
“Cuando Lagarde o Draghi habla de inyectar dinero en la economía lo que quieren decir es que crean dinero, se lo dan a los bancos y estos son los que deciden si lo prestan al país y a qué tipo de interés. Si deciden no prestarlo, no invertirlo, meterlo en fondos de inversión meramente especulativos o guardarlo en un paraíso fiscal es decisión del banco”.
“ […] el BCE ha estado inyectando dinero sin cesar, pero poco llega a lo economía real no especulativa, prácticamente nada llega a los Estados[-…] podría haber servido para reactivar la economía desde abajo, para crear empleo público, para fortalecer, en vez de privatizar, nuestro sistema de salud público”.
La “maquinita del dinero” ha servido para “mantener con vida un sistema financiero moribundo, para limar los balances, para evitar que pierdan y puedan seguir repartiendo dividendo a sus accionistas, pro los de abajo los ha mantenido en un estado d precariedad constante”. […] Es hora de domar los mercados y poner el BCE a disposición de la gente”.
Al tratarse de “píldoras para pensar” no me parece oportuno extenderme más, lo que no quiere decir que no vuelva a hablar de este tema. Termino con una frase que no recuerdo quien la dijo: “Pero que un virus que, de momento, ha matado menos que otras gripes comunes haga tambalear la economía la economía mundial nos indica que quien está enferma es esa economía y el sistema que la sustenta”.

miércoles, 5 de febrero de 2020

"Los mercados" y el Foro Económico Mundial


En la noticia “Davos no teme el pacto con Iglesias" (El País, 23 de enero de 2020), se indica que Pedro Sánchez, asistió al Foro Económico Mundial y, entre otras actividades,  allí  mantuvo una reunión con un grupo de   inversores. “En el encuentro había representantes de Zurich Insurance, Soros Fund, BC Tartners, McKinsey, Dow Corporate, Citigroup, Bank of America o Salesforce”.
En esa reunión con inversores, y en otras con los máximos responsables de  Apple, Google, Renault o Arcelor Mittal, Sánchez se llevó a Nadia Calviño, la vicepresidenta económica, y a Teresa Rivera, la de transición ecológica, ambas elegidas por él y no por Iglesias, para mostrar que las decisiones clave del Ejecutivo en política económicas están en manos de las mismas personas que cuando el PSOE gobernaba en solitario.  Era importante convencer a algunos inversores que el grupo de Pablo Iglesias no jugaba un papel importante:    algunos  inversores  admitieron que el grupo de Pablo Iglesias había dicho, en el pasado, cosas  que no lo colocan como en un partido “market  friendly” [favorable a los mercados].
Al final,  el jefe de operaciones internacionales de Morgan Stanley, Frank Robert Petitgas, dijo: “El mercado ha comprobado bien este Gobierno, cree que va a ser razonable y responsable y hará una política seria”. El mensaje general fue que se confiaba en el Ejecutivo español.
Desde mi punto de vista, los inversores, los mercados, no deberían entrometerse en esas cosas.  Recuerdo ahora lo que escribió Joaquín Estefanía, licenciado en Ciencias Económicas y en Ciencias de la Información, siempre ha trabajado en El País,  en su libro Hij@, ¿qué es la globalización? La primera revolución del siglo XXI (Aguilar, 2002). Al final de su primer capítulo afirma que hay un desplazamiento de poder desde los gobiernos a los mercados. Y explica que cuando en el verano de 1997, una oleada sacudió a los países asiáticos, el primer ministro de Malasia declaraba impotente:  “En todos estos países hemos estado trabajando durante treinta o cuarenta años tratando de levantar nuestras economías. Y ahora viene un tipo que dispone de miles de millones de dólares [se refiere a Soros] y en un par de semanas deshace todo nuestro trabajo”.  A continuación, Estefanía comenta que el 1 de enero de 1999 tomó posesión por segunda vez de su cargo como presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso;  en su discurso de investidura afirmó desafiante: “No seré el gestor de la crisis. El pueblo me ha elegido para vencer”. Apenas quince días después, los mercados derrumbaban su proyecto mediante un formidable ataque especulativo que conseguía una fortísima devaluación del real, la moneda brasileña. La economía de ese país entraba en recesión.
Joaquín Estefanía termina este capítulo con el siguiente párrafo: “¿Para qué votar, nos podríamos peguntar en el extremo, si la política de un Gobierno libremente elegido no es tan determinante para el bienestar de los ciudadanos de ese país como la acción de un grupo de operadores anónimos (los famosos mercados), que actúan como epicentro de un terremoto financiero a miles de kilómetros de donde su decisión va a tener efecto?”.

martes, 11 de septiembre de 2018

Se vende



“Se vende aldea en los Picos de Europa” (El País,4 de septiembre de 2018) Según el periódico se trata de “”una idílica aldea asturiana rodeada de prados con vistas a las montañas, incluidos al Parque Nacional de los Picos de Europa y a tan solo 35  kilómetros de Covadonga, 24 de Cangas de Onís y otros tantos de Lastres, en la costa oriental de la comunidad norteña”.
“La pequeña localidad, en la que no reside ningún vecino. Salvo los encargados del complejo rural que tiene una capacidad para 48 camas –en funcionamiento desde hace años-, cuenta con 1.115 metros cuadrados construidos, de los cuales 950 son útiles, aunque su superficie total supera los 100.000 metros cuadrados, unas diez hectáreas en total”.
¿Se puede vender una aldea? A mi juico se pueden vender las casas que se han quedado vacías, por ejemplo,  porque sus dueños han emigrado a la ciudad. Pero… ¿se puede vender una aldea en su totalidad? ¿quién es el dueño de la aldea? ¿Quién recibirá el dinero de la venta?  ¿No se está vendiendo territorio español’. Desde luego, después de la venta, entre otras cosas, nadie podrá disfrutar gratuitamente de un paisaje único. Sin duda estamos en un caso de algo que es de todos, pero no pertenece a nadie, un bien común de la humanidad.   Porque es de todos y no pertenece a nadie, no se puede vender.
Sin embargo, una muy importante característica del actual sistema económico-social es haber transformado todas las actividades humanas en mercancías. Es lo que el catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y Director del Colegio de Altos Estudios Europeos Miguel Servet de París, fallecido en 2010, José Vidal-Beneyto denomina “”proceso de mercantilización de la realidad” y que califica de “gangrena” de las sociedades. En una columna periodística “La gangrena” publicada en El País. 24 de mayo de 2003, este catedrático escribió: “El proceso de mercantilización de la realidad, la conversión de todos los componentes de la vida humana en productos que se venden y se compran, es decir, en mercancías, verdadera gangrena de las sociedades contemporáneas, avanza de manera imparable”. El Premio Nobel de Medicina 2002, John Sulston, en una entrevista publicada en El País el 4 de octubre de 200, afirmó: “El comportamiento de las grandes empresas y la consideración como mercancías y productos de no mercado, han contaminado el comportamiento de las personas y las sociedades”. Entre esas actividades de no mercado se encuentran, además de los bienes comunes, los derechos humanos.
La aldea en los Picos de Europa, que se ha puesto a la venta, es un bien común, que el sistema ha convertido en mercancía. Si usted quiere ver el paisaje que se divisa desde allí tendrá de pagar.
La periodista Berna Gonzáles Harbour es autora de un trabajo titulado “La plaza del pueblo no se privatiza”, publicado en El País de 20 de octubre de 2016. Berna empieza diciendo que Grecia estaba privatizando playas, islas desiertas, sedes olímpicas, edificios históricos y campos de golf y termina  indicando que si una plaza de pueblo o una playa está en manos privadas y usted va a sacar al niño a pasear o a jugar en esa plaza o quiere tomar el sol en esa playa, tendrá que pagar. 
Necesitamos, urgentemente, leer, pensar y, a continuación, actuar para que no nos quiten lo que es de todos.

miércoles, 20 de junio de 2018

Confianza de los mercados



En el periódico El País del día 17 de junio de 2018 se publicó una entrevista a la recién ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño, bajo el título “Es vital la confianza de los mercados, y también de los ciudadanos”. Leyendo la noticia se aprecia que ese título está relacionado con la pregunta del periodista:  “¿Tiene este Gobierno la confianza de los mercados?”. Pregunta a la que la ministra contesta: “No me cabe ninguna duda. […] La reacción de los mercados desde la toma de posesión de este Gobierno ha sido positiva”. El entrevistador insiste y pregunta: “¿Hasta qué punto es importante tener esa confianza para el Gobierno de Pedro Sánchez?”. La ministra contesta con una expresión parecida a la elegida como título de la entrevista: “Es indudable que en el contexto actual es importante tener la confianza de los mercados, pero también de los ciudadanos …”.
No hace falta estar dotado de un gran espíritu crítico para preguntar: ¿Cómo es posible que sea necesaria la confianza –visto bueno- de los mercados para qué funcione bien un Gobierno democrático? ¿Qué puede pasar si los ciudadanos eligen un gobierno que no es de la confianza de los mercados? ¿Dónde la democracia? ¿Por qué no protestan los ciudadanos? ¿quiénes son los mercados? Nadia Calviño indica “en el contexto actual”, ¿qué contexto es ese? 
El contexto actual que menciona la ministra es el de la globalización: globalización neoliberal. El economista y periodista de El País, Joaquín Estefanía, es su libro Hij@, ¿qué es la globalización. La primera revolución del siglo XXI (2002), dice que la globalización es “un proceso que no hemos decidido las personas, que no hemos votado y que, no haciéndolo, nos perjudica como ciudadanos (aunque en muchos casos nos alegre como consumidores)”, y señala la existencia de movimientos antiglobalización que se manifiestaban en todo tipo de “reuniones que les parecen naturalmente sospechosas por ademocráticas; porque sustituyen la voluntad de la mayoría de los ciudadanos en aspectos que afectan a los más de 6.000 millones de personas que habitan la Tierra”. Entre las reuniones que el movimiento antiglobalización consideraba “naturalmente sospechosas por antidemocráticas” se encontraban, entre otras, las de la Organización Mundial de Comercio (OMC), del FMI o del Banco Mundial.
Lourdes Lucía, licenciada en Derecho por la Universidad Complutense, una de las fundadoras en España del movimiento internacional ATTAC, en un capítulo del libro Reacciona. 10 razones por las que debes actuar frente a la crisis económica, política y social (4ª ed. 2011), escribe: “Todas las directrices que proceden de los mercados (es decir, de los bancos, de las multinacionales y órganos supranacionales) van en la misma dirección¸ reajustes estructurales, privatizaciones, reducción del gasto público.” 
En la segunda edición de mi libro Imaginar y crear el futuro (Ed. Bubok, 2017: 163) cito un libro publicado con Licencia Creative Commons, Quienes son los mercados y cómo nos gobiernan (2011) en el que se puede leer: “cuando se habla en los medios de comunicación de los mercados”, en realidad, no se hace referencia a los mercados en general, sino a un tipo muy particular de mercados que presentan hoy día una enorme importancia: los mercados financieros”. Los mercados financieros hablan a través de la Bolsa. La observación de cómo evolucionaba la Bolsa, permitió que la ministra de Economía dijera que la “reacción de los mercados, desde la toma de posesión de este Gobierno, ha sido positiva”.
Desgraciadamente son muchos los Gobiernos que han sufrido el castigo de “los mercados”.